La evaluación de la gestión de la pandemia necesita conocerse ya

Joan Carles March

Hace casi 3 años me escribió un mensaje Helena Legido, profesora de la LSH&TM, porque quería plantear a un grupo de investigadores y salubristas la posibilidad de escribir una carta a The Lancet sobre la necesidad de una evaluación de la gestión de la pandemia. Enseguida le dije que sí y la ayudé de forma activa a buscar personas que podían conformar el panel de veinte profesionales que al final firmamos el escrito [ver aquí]. En la carta, pedíamos una evaluación urgente e independiente de la gestión de la pandemia al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas. La carta salió un 6 de agosto de 2020. Desde esa fecha, hemos publicado una segunda carta en The Lancet Public Health y un artículo en Gaceta Sanitaria y hemos mantenido dos reuniones con el que fue ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la secretaria de Estado, Silvia Calzón.

Desde entonces hemos sabido que las cosas han avanzado lentamente y no al ritmo y con la idea que tenía el grupo de firmantes. La evaluación no se ha presentado aún, aunque lleva cerrada desde hace más de un mes. A partir de las reuniones con el ministro de Sanidad, a las cuales asistí, técnicos del Gobierno y las comunidades escribieron los criterios técnicos sobre cuál podría ser el mecanismo de evaluación que podría ponerse en marcha. Nueve meses después salió el grupo de coordinación del proceso de evaluación. Y desde entonces (casi dos años) se ha ido haciendo un trabajo de entrevistas (una de ellas conmigo), grupos y análisis, de cuyo conjunto no sabemos nada.

[Nota de infoLibre sobre el informe: Tras acordar el Ministerio de Sanidad y las comunidades la creación de un grupo de trabajo, finalmente se aprobó su composición en septiembre de 2021. Se trata de cuatro expertos en áreas como salud pública, medicina preventiva, economía y epidemiología: Rosa Urbanos, Fernando Rodríguez, Carmen Pérez y Xurxo Hervada. Sanidad ya ha recibido un "primer borrador" del informe, según ha explicado el ministro, José Manuel Miñones. No obstante, Fernando Rodríguez, uno de los autores, afirma que el informe, entregado el 30 de abril, no es ningún borrador, sino el documento final. A preguntas de este periódico, Sanidad se limitó a afirmar que "en breve" mantendrá una reunión con los expertos "para que expliquen" su trabajo. "A partir de ahí, el Ministerio tiene que evaluar el informe", señala. Todo ello está recogido en esta información]

Necesitamos desde hace meses y meses (o años) una evaluación de la respuesta ante la covid-19 en España. Es necesario saber y analizar lo que se hizo y cómo se hizo. Lo ideal para nosotros era que la evaluación hubiera servido para la toma de decisiones durante los meses y años de la gestión de la pandemia. Pero eso ya no va a ser.

Nosotros apuntábamos hacia una evaluación por parte de un panel de expertos (a poder ser, internacionales y nacionales), que se centrasen en las actividades del Gobierno central y de los gobiernos de las 17 comunidades, así como de los sistemas de salud y asistencia social. Todo ello para preparar al país para futuras pandemias, identificando debilidades y fortalezas y teniendo claras las lecciones aprendidas. Y que incluyera tres áreas: gobernanza y toma de decisiones, asesoramiento científico y técnico y capacidad operativa. Esta evaluación, desde nuestro punto de vista, no debería concebirse como un instrumento para asignar culpas, sino para identificar áreas de salud pública y del sistema de salud y de asistencia social que deben mejorar.

El trabajo de la OMS relata cómo los gobiernos y las organizaciones de salud pública de todo el mundo respondieron lenta e ineficazmente al coronavirus, a pesar de las advertencias. El informe habla de planificación ineficaz y de respuestas lentas

Lo que sabemos apunta a una falta preparación para una pandemia (sistemas de vigilancia débiles, baja capacidad para pruebas PCR y escasez de equipos de protección personal y de cuidados críticos), junto a una reacción tardía de las autoridades centrales y autonómicas, procesos lentos de toma de decisiones, falta de coordinación entre autoridades, poca dependencia del asesoramiento científico, desigualdades sociales y de salud y falta de preparación en residencias de ancianos. Pero la realidad es que estos problemas se vieron exacerbados por los efectos de una década de austeridad que había agotado la fuerza laboral sanitaria y reducido la salud pública y la atención primaria.

Mientras han ido pasando los meses, un panel Independiente, propuesto por la Organización Mundial de la Salud para la Preparación y Respuesta ante una Pandemia, ha generado un informe sobre la gestión de la pandemia tanto de los países como de la OMS. El trabajo relata cómo los gobiernos y las organizaciones de salud pública de todo el mundo respondieron lenta e ineficazmente al coronavirus, a pesar de las advertencias. El informe habla de planificación ineficaz y de respuestas lentas, incluidos los pasos en falso de la propia OMS, que ayudaron a alimentar una pandemia. Muchos de las fallos, como la incapacidad de los gobiernos para obtener equipos de protección o para realizar un rastreo de contactos generalizado, han sido claros. Además, el informe describe los errores en cadena, desde el sistema de alerta de pandemia “lento, engorroso e indeciso”, a los años de planes de preparación que no se cumplieron o a las respuestas inconexas de los gobiernos.

Pero los tropiezos de la OMS no justifican los fracasos. Las señales de advertencia fueron ignoradas. El informe también culpa a los líderes por responder lentamente a las primeras pruebas de que las personas sin síntomas podrían propagar el nuevo coronavirus. Las principales agencias de salud brindaron consejos contradictorios y se perdieron oportunidades para aplicar medidas básicas de salud pública.

Se encontró que los países que respondieron enérgica y eficazmente al brote obtuvieron mejores resultados económicos.

El informe sugiere que es necesario abordar los desafíos a los que se enfrenta la OMS, ya que hay un gran abismo entre lo que se espera de ella y el dinero que recibe.

La pandemia ha producido un enorme impacto en términos de salud física y mental, disrupción social y sufrimiento en la población, aumentando además las desigualdades. Ante ello es necesario, de cara al futuro, ejecutar políticas públicas efectivas dirigidas a toda la población y centrarnos en la población más desfavorecida. Es necesario que estemos mejor preparados y con ágil capacidad de recuperación ante las amenazas pandémicas que puedan surgir.

Y todo, con una buena evaluación, lo podríamos hacer mejor. Conozcámosla ya.

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Joan Carles March es profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

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