Señora Ayuso: reflexione (por una vez) sobre Atención Primaria

María Lourdes Gutiérrez Velasco

Sra. Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid:

Soy una de las muchas enfermeras que trabajan en la comunidad que usted preside. Mi centro de trabajo es el Centro de Atención Primaria Barrio del Pilar, uno de tantos de Madrid, pero que fue elegido como ejemplo para inaugurar la campaña de vacunación contra la covid-19 en la Atención Primaria de nuestra comunidad. Ese día acudieron al centro diversas autoridades de la Sanidad madrileña, entre las que se encontraba, si mal no recuerdo, el consejero de Sanidad, y se convocó a varios medios de comunicación, periódicos y cadenas de TV. Allí estaban nuestros representantes dando el callo y al pie del cañón de cámaras fotográficas y de TV, viendo cómo empezábamos a administrar vacunas.

¡Qué orgullo! Ver mi centro de salud una y otra vez en TV. Pero el orgullo no era por esa foto bonita del momento, sino porque siempre me he sentido orgullosa de trabajar en esta u otra institución con equipos de personas de todos los estamentos, que dando el todo y más, hacemos que cada uno de nuestros pacientes sea tratado como se merece y haya colocado a la Sanidad de Madrid en un puesto muy alto.

Hoy me sigo sintiendo orgullosa de dar el todo y más y más y más… junto con mis compañeros por conseguir el mismo objetivo, aunque haya quien se esté encargando de que la sanidad madrileña se encuentre cada día en puestos más bajos. Pero hoy no hay fotografía.

Le puedo describir con detalle la fotografía no impresa en papel ni grabada. Hoy el mismo centro de salud es una fila enorme de personas que vienen a vacunarse, a la que se suma otra fila enorme de personas que vienen a trámites administrativos, porque no se les puede atender por teléfono u otras vías, a la que se suma otra fila enorme de personas que vienen a realizarse pruebas diagnósticas de covid (PCR y test de antígenos) desorientadas porque desconocen a dónde acudir, a la que se suma otra fila enorme de personas que vienen a hacerse pruebas diagnósticas de covid derivados desde las unidades covid porque nuestro centro es punto de referencia, a la que se añaden todos los pacientes que esperan los quince minutos de rigor después de la administración de la vacuna por si tienen algún efecto adverso inmediato, a lo que se añade todas las personas que vienen a consultas con su médico, enfermera, matrona, odontólogo, psicólogo, fisioterapeuta o a recoger material para diabéticos, que no son pocas y que como es natural hay que ir aumentando para normalizar la atención, y a lo que hay que sumar, en turno de mañana, la fila enorme de personas que viene a extracción y entrega de muestras analíticas. Como se puede imaginar, una fotografía que no puede cumplir con creces las normas básicas de distancia, ventilación, etc. ¡Menos mal que no están las autoridades de la primera fotografía, porque no cabrían o no se les vería! ¿Será por esto que no vienen? ¿O se contagiarían más que tomando cañas y comiendo?  

Por favor, póngase a trabajar para la salud, empezando por cuidar de verdad a los que cuidan y no con homenajes y agradecimientos que no son más que palabras vacías

Sra. presidenta, ¿sabe usted a dónde lleva a dar el todo y más y más y más…? A cometer errores; y ¿sabe usted a dónde puede llegar el cometer un error de diagnóstico, tratamiento o de una intervención mal realizada en sanidad? A un error irremediable; y ¿se ha planteado usted alguna vez lo que puede suponer para un profesional de la sanidad un error irremediable? Yo sí, y creo que usted se lo debería plantear muy seriamente, porque si algún profesional comete un error irreparable por no haber puesto los recursos necesarios, alguna responsabilidad tendrán los gobiernos, ¿no cree?

Sra. Isabel Díaz Ayuso, deje de vanagloriarse y presumir de éxitos que nunca han existido, de colocarse medallas que no le corresponden, de animar a los madrileños a acudir a lugares donde los contagios pueden multiplicarse exponencialmente, y, por favor, póngase a trabajar para la salud, empezando por cuidar de verdad a los que cuidan y no con homenajes y agradecimientos que no son más que palabras vacías, piense que algún día se puede encontrar con que no tiene a nadie que le cuide, aunque eso es difícil con una buena economía personal con la que todo se puede comprar. Piense que cuando no hay salud no hay vida, o la calidad de vida se puede ver muy deteriorada, por muy bien que se puedan pagar los cuidados y, sobre todo, piense que la inmortalidad física todavía no existe y el legado cultural que usted puede dejar va a ser para un grupo de madrileños que no alcanzan la mayoría absoluta. ¿Le merece la pena de verdad?

Por favor, sea capaz de reflexionar por una vez por usted misma, no deje que siempre le den todo pensado, porque cuando se quiera dar cuenta tendrá una cabeza hueca sin ninguna satisfacción personal. Siempre es buen momento para rectificar y no me cabe duda de que usted lo podría hacer.

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María Lourdes Gutiérrez Velasco es enfermera en el Centro de Atención Primaria Barrio del Pilar de Madrid.

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