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La Unión Europea y la lucha contra la pandemia mundial

Imagen de la bandera de la Unión Europea.

Francisco Aldecoa

Cuando se cumple un año de que se conociera el nacimiento en China de la epidemia, tres meses después declarada pandemia, del covid-19, la Unión Europea ha tomado importantes decisiones desde el punto de vista interno e internacional a lo largo de estos últimos meses y, especialmente, en las últimas semanas donde la Comisión ha presentado el 11 de noviembre una importante comunicación titulada Construyendo la Unión Europea de la Salud: reforzando la resiliencia contra las amenazas transfronterizas. Y, al mismo tiempo, el Parlamento Europeo unos días después, 25 de noviembre, publicó una importante resolución sobre las Consecuencias de los rebrotes en la Política Exterior.

Son muy conocidas por los medios de comunicación y la opinión pública las decisiones que ha adoptado la Unión Europea con objeto de evitar las consecuencias económicas y sociales del covid-19, de forma bastante temprana, tanto por la iniciativa de la propia Comisión desde el 14 de marzo, pasando por las decisiones del Banco Central Europeo, la iniciativa del Parlamento Europeo y la propuesta de la Comisión Europea de un “Plan de Recuperación”. Con ello se llegó a la aprobación por el Consejo Europeo de dicho “Plan”, el 21 de julio, recortando la audacia de la propuesta de la Comisión, pero manteniendo el compromiso federal que esta decisión aportaba. Esto es debido a que se creó el Fondo de las Nuevas Generaciones, que trataba de repartir su cuantía en función de las necesidades y no en proporción a la población o a la renta que sería una decisión de carácter intergubernamental.

Sin embargo, ha pasado mucho más desapercibida la decisión adoptada el 8 de abril de 2020 por la Comisión Europea y el Alto Representante a través de la Comunicación sobre una respuesta europea global para el Coronavirus en la lucha contra el covid-19, donde ambos adoptan un conjunto de medidas que han guiado la estrategia durante estos casi nueve meses, en la lucha contra la pandemia a nivel internacional y que se ha convertido, con ello, prácticamente en el actor indispensable contra el mismo a nivel global. Así pues, en dicha comunicación, a través de diversas iniciativas, perfectamente diseñadas, anuncia la utilización de 15.000 millones de euros para hacer frente a la misma. A lo largo de estos meses la cuantía ha sido bastante más del doble.

En esta Comunicación, se resalta que la Unión Europea se fija especialmente en los Estados más afectados por la pandemia, para darles una asistencia en el ámbito de la salud. Estos países son la Vecindad del Este, los Balcanes occidentales, el Medio Oriente, el norte de África y el resto del continente, parte de Asia y América Latina y el Caribe. El foco se centra en los países más vulnerables. Se trata de una respuesta inmediata frente a una crisis de salud y de las necesidades humanitarias y de la capacidad para responder a la epidemia y al impacto socioeconómico de la crisis. Aquí surge el “Team Europe”, grupo de trabajo que va a guiar la acción estratégica de la Unión Europea en el mundo; y que va a tener unos efectos de gran relevancia.

Recientemente, en la Resolución del Parlamento Europeo del 25 de noviembre titulada “Consecuencias del brote del Covid-19 en la Política Exterior”, el Parlamento Europeo valora positivamente esta acción desarrollada al remarcar que “acoge con satisfacción las iniciativas de apoyo del Equipo Europa y de la Respuesta Global al Coronavirus, que ayudan a los países socios a hacer frente a las consecuencias del coronavirus […] que celebra la coordinación de la Unión con el G-7, el G-20, las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos y otros socios internacionales”, aunque lamenta la falta de un liderazgo mundial compartido. Asimismo, afirma que el brote mundial de la “pandemia del Covid-19 constituye un punto de inflexión en el contexto internacional, un multiplicador de riesgos y catalizador de cambios en el orden internacional; destaca la importancia fundamental de fortalecer la resiliencia interna de la Unión…”.

En esta ocasión, es una de las primeras veces que la Unión Europea va por delante de los otros actores internacionales, en este caso en la propuesta para gestionar una crisis de salud de tal magnitud que tiene repercusión en la seguridad internacional. Entre otras razones, porque posiblemente sea el actor internacional que está en mejores condiciones para hacerlo, ya que la Unión Europea tiene las capacidades necesarias para hacer frente a esta crisis, tanto desde el punto de vista económico como tecnológico, y especialmente en el ámbito sanitario, donde también somos la primera potencia mundial.

En el mes de noviembre de 2020 en la propuesta de la Comunicación citada anteriormente, la Unión Europea está planteando la conveniencia de un marco más fuerte en materia de salud y resalta la necesidad de hacer frente al rebrote en Europa y, para ello, busca tomar una serie de medidas y construir la “Unión Europea de la Salud”. Con ello propone, concretamente, el desarrollo de tres propuestas legislativas: la primera en torno a las amenazas a la salud transfronterizas, la segunda basada en el refuerzo de las atribuciones del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades y en tercer lugar la extensión del mandato de la Unión Europea del Medicamento.

Al mismo tiempo, quiere vincular un mecanismo de protección civil de la Unión que ya fue propuesto por la Comisión Europea en junio de 2020. Sobre todo, es interesante resaltar que estas propuestas son a tratado constante y, sin embargo, la Comisión señala la necesidad de que en la inminente Conferencia sobre el Futuro de Europa se ha de poner el énfasis en la preocupación de los ciudadanos con objeto de crear un foro dirigido a atender a sus prioridades y preocupaciones. Esto tiene como fin proveer una plataforma óptima que establezca un nuevo rol de la Unión Europea en materia de salud en orden a responder a las expectativas de los ciudadanos respecto de la Unión. Asimismo, se plantea la necesidad de ampliar las competencias de la Unión en esta materia reforzando el Tratado vigente.

También debemos mencionar que en la actualidad la Presidencia Italiana en el G20 y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propusieron crear una Cumbre de la Salud Global para mediados de 2021, lo cual permitirá a la Unión Europea mejorar su reflexión a lo largo del mundo y reforzar su rol global en la era de las pandemias. Ya que se da por hecho que a pesar de que a lo largo de 2021 se vayan aplicando las diferentes vacunas y especialmente en el seno de la Unión, la pandemia no habrá terminado y sus efectos no se habrán resuelto en un año.

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La lucha contra la pandemia a nivel mundial la estudiamos en el libro titulado La Unión europea y la pandemia global. Un actor imprescindible en la nueva y necesaria gobernanza internacional (Madrid, Catarata, 2020). En este libro se resalta el papel de la Unión Europea en la lucha contra el covid-19, ya que tiene especial virulencia en el ámbito internacional debido a que en el ámbito europeo se está estabilizando su segundo rebrote. Con la lucha contra el covid-19 se está reforzando el nuevo liderazgo mundial y la UE se está convirtiendo en la potencia indispensable. Este liderazgo europeo es colectivo, diferente a los unipersonales de Donald Trump, Xi Jing Pin, Putin, Bolsonaro, Modi y otros. Esta transformación de la Unión Europea en la lucha contra el covid-19 está reforzando también de forma clara su papel en el mundo.

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Francisco Aldecoa Luzárraga es catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid.

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