Abascal vuelve a incumplir la norma que obliga a los diputados a declarar sus intereses económicos
Por segunda vez desde su desembarco al frente de Vox, Santiago Abascal ha incumplido la norma del Congreso en virtud de la cual ha de presentar una declaración que, más allá de la también obligatoria de bienes y rentas y como definió en su último informe anual la Oficina de Conflicto de Intereses de la Cámara, permita “al público conocer mediante una sola lectura todo el círculo de intereses con los que el parlamentario ha estado en relación”. En relación no al año anterior a la entrega del formulario de la denominada Declaración de Intereses Económicos sino durante los cinco previos a la obtención del mandato parlamentario.
Tal como ha comprobado infoLibre, Abascal es el único líder del arco parlamentario que se ha negado a cumplimentar, siguiendo las normas establecidas, la declaración de intereses económicos. En el apartado inicial, donde cada diputado debe reseñar las “actividades desarrolladas en los cinco años anteriores a la obtención del mandato parlamentario y que puedan condicionar su actividad política o le hayan proporcionado ingresos económicos”, el jefe de Vox ha repetido sílaba a sílaba lo que ya figuraba en su declaración de 2021 y que puedes ver pinchando aquí: “Ninguna de las actividades desarrolladas por mí durante los cinco años anteriores a la obtención del mandato parlamentario podrá condicionar mi actividad política en tanto en cuanto esta se desarrollará siempre al servicio del interés superior de España y de los españoles, con lealtad a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico vigente”.
En resumen, ni un solo dato. En el formulario, Abascal ni siquiera menciona sus vínculos con la Fundación Denaes ni con la Fundación Disenso, el laboratorio de ideas de Vox. Es él mismo quien preside Disenso, que se nutre de fondos millonarios suministrados por Vox.
Un cambio en el grupo de Vox
Pero mientras que en 2021 el grupo de Vox en el Congreso vulneró el Código de Conducta con una sólida unanimidad, ahora se ha producido un cambio cuya explicación ignora este medio: hace dos años fueron sus 52 diputados los que calcaron el texto del presidente del partido –el reproducido en el párrafo anterior más lo que le seguía–; esta vez 17 de los 33 miembros del grupo han seguido las indicaciones del Código de Conducta del Congreso [pincha aquí ] .
Se han alineado con Abascal en este copia y pega discursivo la nueva portavoz del grupo, María José Rodríguez de Millán Parro –más conocida como Pepa Millán–; Íñigo de Hoces, uno de los hombres fuertes del equipo de mando de Vox; el exsecretario general y concejal madrileño Javier Ortega Smith; Andrés Rodríguez Almeida, diputado por Las Palmas y uno de los que más bienes y participaciones accionariales refleja en su declaración de bienes y rentas; y Ángel López Maraver, jefe de gabinete de Abascal. Otro de los pesos pesados del núcleo duro de Vox, Manuel Mariscal, ha entregado el formulario en blanco, como han hecho varios parlamentarios del grupo.
infoLibre envió a los portavoces de Vox un mensaje donde solicita su versión sobre el incumplimiento del Código de Conducta en la declaración de intereses económicos de Abascal, así como sobre la fractura evidenciada en que la mitad del grupo parlamentario sí haya seguido las indicaciones del formulario. En algún caso no consta información sobre 2018, año que la mayoría de los miembros del Congreso –pero no todos– conjuga en su declaración de intereses económicos dado que el periodo que ha de abordarse es el quinquenio previo a la toma de posesión en el escaño. Al cierre de esta edición, no había habido respuesta.
Sobresueldo y ocultaciones
De 2018, cuando Abascal no ocupaba ningún cargo público tras su paso en 2013 por la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social –dependiente de la Comunidad de Madrid, donde ganó 82.491 euros y cuyas cuentas de ese ejercicio final nunca vieron la luz–, solo se sabe que el líder de la extrema derecha cobró 55.148 euros como presidente de Vox. En 2022, y así consta en su última declaración de bienes y rentas, fechada el pasado 16 de agosto, ese sobresueldo adicional a la retribución que le abona el Congreso ascendió a 37. 357,8 euros.
El caso de la declaración de intereses económicos no es el único ni el primero que destapa el desapego de Santiago Abascal respecto a las políticas de transparencia. En 2020 y como desveló infoLibre en octubre de aquel año, el jefe de la extrema derecha ocultó al Congreso la compra de un chalé de 185 metros cuadrados con garaje, jardín de 100 metros, localizado en una zona de alto nivel al norte de Madrid y de precio desconocido pero sujeto a una hipoteca de nada menos que 736.000 euros. La adquisición se produjo en julio. Pero Abascal no rectificó su declaración de bienes hasta diciembre para incluir el inmueble.
Una declaración que debe ser "autosuficiente y completa"
Abascal oculta desde julio al Congreso la compra de un chalé con una hipoteca de 736.000 euros
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En su último informe anual, publicado el 18 de octubre de 2022 [pincha aquí para acceder al documento, que comienza en la página 9 del pdf] y aunque sin mencionar siquiera el nombre del grupo parlamentario, la Oficina de Conflicto de Intereses dedicó un tibio reproche a Vox por saltarse a la torera la normativa sobre la declaración de intereses económicos. No reseñar las actividades desarrolladas en el quinquenio anterior al momento en que el diputado ocupa el escaño y alegar –como hizo y vuelve a hacer Abascal– que esos datos ya figuran en las declaraciones de bienes y actividades no se ajusta a lo preceptuado.
El artículo del Código de Conducta (el 4.3.a) que sustenta la declaración de intereses económicos persigue “la detección de conflictos de intereses”. “Y esa finalidad –prosigue el informe– otorga relevancia también a las actividades de los años anteriores al inicio del mandato, con independencia de que la actividad ya no se esté desarrollando”.
Aunque la propia Oficina de Conflicto de Intereses denegó la solicitud de Unidas Podemos para expedientar a los diputados de Vox por saltarse a la torera el Código de Conducta, en su informe anual rompió una lanza en favor de la transparencia. El objetivo de detectar conflictos de intereses “exige que la Declaración de Intereses sea autosuficiente y completa, permitiendo al público conocer mediante su sola lectura todo el círculo de intereses con los que el parlamentario ha estado en relación”. Bajo esa premisa, el nexo entre la declaración de intereses con el pleno despliegue del principio de transparencia “se ve perturbado si el público es remitido a otras declaraciones o documentos y obligado a realizar inferencias o deducciones más o menos seguras”. Y exactamente esa, remitir al lector a sus "respectivas declaraciones de actividades y bienes" si quiere conocer qué actividades le proporcionaron ingresos a lo largo del quinquenio, es la fórmula por la que ha optado Santiago Abascal.