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Alvise celebra su fiesta: el agitador a la derecha de la derecha logra tres diputados

La sorpresa de la noche. O no tanto, porque se venía alertado desde hace tiempo.El ultra Alvise Pérez entra en el Parlamento Europeo con tres escaños y ochocientos mil votos. Gracias a una comunidad conformada por cientos de miles de feligreses en redes sociales, Luis Pérez es uno de los mayores agitadores de la alt-right española y, a su entrada en el Parlamento, hay que sumar el éxito en la elección del nombre —Se Acabó La Fiesta— que da soporte a su agrupación de electores. Toda una declaración de intenciones para pescar en el espacio de la anti política, más allá de los márgenes de la institucionalidad del sistema.

Ese fue el hilo conductor de su discurso en la noche electoral. Presumió de que no va a hacerse "millonario como todos los demás" y prometió "donar el 100% de su sueldo público" —en más de una ocasión ha afirmado que ese sueldo se sorteará entre sus seguidores, lo que podría incurrir en ilegalidad por compra de votos—: "No somos malditos parásitos", resumió entre aplausos de sus seguidores, congregados en una discoteca madrileña. "Hoy estamos recogiendo los frutos de cinco años de lucha exacerbado contra cinco años de lucha contra la corrupción de todos los partidos políticos, la judicatura y los medios extorsivos de comunicación".

Lo cierto es que Alvise empleó el mismo manual por el que se ha hecho conocido en redes sociales, con un lenguaje beligerante contra la izquierda que completa con bulos, racismo, xenofobia, machismo y ataques personales. "Basta ya de que el Gobierno pacte con la ultraderecha supremacista que es Junts y Puigdemont, mientras nos llaman ultraderechista a los demás. Basta de que los medios mercenarios también utilicéis ese término a aquellos que nos dedicamos a pedir seguridad en nuestros barrios", prosiguió. "Nos tacharán de radicales, pero vosotros sabéis bien qué somos", dijo ante los suyos, abogando por "más seguridad".

Su nombre va ligado al de sus publicaciones en redes, que se caracterizan por su protagonismo exacerbado con un discurso marcado por el "yo frente a todos" y las supuestas "informaciones en exclusiva" que suelen ser bulos que lanza sin ningún tipo de prueba y fotografías de políticos de izquierdas o sus familiares —llegó a publicar una fotografía que más tarde borró de la hija del presidente del Gobierno— en lugares públicos. También fue uno de los principales impulsores de las manifestaciones de Ferraz, buscando capitalizar las protestas alentando a las masas y victimizándose por las injusticias policiales. 

Un difusor de bulos con la anti política por bandera

El agitador, aunque sin experiencia previa como candidato, sí cuenta con un bagaje en política institucional. Desde diciembre de 2018 hasta la campaña electoral de abril de 2019 fue asesor en el Congreso de Toni Cantó, hasta que este fue designado como candidato en las autonómicas valencianas. En aquellos comicios Ciudadanos quedó en tercera posición y Pérez se convirtió en el jefe de gabinete de Cantó. Sin embargo, su relación se fue enfriando tras las polémicas generadas por su discurso extremista en redes. El expolítico de Cs le acabó degradando y situó un coordinador de gabinete por encima a los seis meses. Semanas después, a punto de expirar su contrato, Alvise dimitió.

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Desde entonces, incrementó su faceta en redes construyendo una comunidad de fieles a los que 'alimenta' con bulos por los que se ha sido denunciado en muchas ocasiones. Es más, detrás de su candidatura a la Eurocámara hay quien ve una clara intencionalidad de buscar el aforamiento por esas casusas judiciales. Tuvo que indemnizar a la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por afirmar en sus redes en 2020 que había recibido un respirador personal en su casa durante la pandemia. También se enfrenta a otra causa por difundir una falsa PCR positiva del actual líder del PSC y entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Aunque Vox se ha servido su contenido para atacar a sus rivales y Alvise ha confraternizado abiertamente con los de Abascal, ahora la formación ultra también es objeto de sus críticas. De hecho, se refiere a ellos como "sectarios" y "parásitos". Hace escasos días anunció su intención de presentarse a las generales si el resultado de este domingo le avalaba. Si se convierte en realidad, situaría al bloque de la derecha en una situación de debilidad al estar, de nuevo, dividida en tres candidaturas.

Su caso es un síntoma de hasta qué punto se está cuestionando el funcionamiento de la democracia, como ya vienen advirtiendo mes tras mes los españoles al situar la desafección con la política, los políticos y los partidos en primer lugar de los problemas ciudadanos, por encima de otras problemáticas. Un fenómeno que trató de explotar Vox pero que el agitador ultra ha conseguido capitalizar mejor en estos comicios.

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