Las asociaciones ecologistas discrepan sobre los efectos de las emisiones: desde muertes a daños medioambientales

"Emitían 40 veces más de lo que debían. Lo que ha hecho Volkswagen, aparte de ser ilegal es algo inmoral... Es indescriptible porque están jugando con la salud de la gente y su credibilidad". Así de tajante se muestra en declaraciones a infoLibre Paco Segura, coordinador de la ONG Ecologistas en Acción, al ser preguntado por el escándalo del gigante automovilístico alemán que, según denunció la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) en un duro informe, y confirmó la compañía posteriormente en un comunicado, habría instalado un software en 11 millones de vehículossoftware –en España, Seat habría montado más de medio millón de motores diésel usados y proporcionados por la casa alemana– para engañar sobre las emisiones de sus coches. 

Una semana después de que el caso saltase a la palestra, Greenpeace hace balance de las consecuencias que han podido tener sobre la salud humana y sobre el medio ambiente los cinco años –de 2009 a 2015– en los que se estuvieron comerciando los motores trucados. La ONG ecologista calcula, en un análisis publicado en su página web, que se vertieron entre 60.000 y 240.000 toneladas de óxidos de nitrógeno, lo que provocaría, según sus cálculos,  entre 400 y 1.700 "muertos prematuros" al año. "Cerca de 240.000 toneladas de óxidos de nitrógeno pueden causar, aproximadamente, 1.700 muertes al año debido al aumento del riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía isquémica", apuntan. Si se tiene en cuenta el volumen de emisión más bajo, la cifra no alcanzaría el medio millar.

Sin embargo, Segura no la considera "una estimación seria" y afirma que cuantificar el escándalo en "número de muertos" es "bastante complicado": "Es tirarse a la piscina con una regla de tres, algo bastante delicado", señala a este diario. Por ese motivo, la responsable de Energía de Greenpeace, Marina Bevacqua, recalca que "es una estimación" que depende "de cuándo los coches salieron a la calle, de cuándo empezaron a rodar y en qué países". "La horquilla de fallecimientos es amplia porque depende de muchos factores", apostilla. 

Tanto Segura como Bevacqua coinciden en que la tecnología diésel tiene trampa, porque al mismo tiempo que reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno aumentan las de gases de efecto invernadero. "Al usar este filtro, es necesario consumir más combustible y, como consecuencia, se incrementa el volumen de dióxido de carbono (CO2) emitido", resalta la responsable de Energía de Greenpeace, que señala que "nos están haciendo elegir entre la salud o el medio ambiente". "La tecnología está hecha para que podamos reducir ambas emisiones al mismo tiempo", finaliza Bevacqua. 

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El coordinador de Ecologistas en Acción explica a infoLibre que los óxidos de nitrógeno son gases "muy irritantes" que provocan "problemas de carácter respiratorio, como alergias, asma o insuficiencias respiratorias, además de enfermedades cardiovasculares". "Influye más sobre la salud que sobre el medio ambiente", explica, pero aclara que "de los tres contaminantes relacionados con la combustión de los motores diésel (partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno y ozono), son las primeras las causantes de una mayor tasa de mortalidad prematura". Según Segura, que cita estudios de la UE, "450.000 personas fallecen al año a causa de la calidad del aire en Europa", siendo "27.000 de ellos en España".

Sin embargo, el activista recalca que los óxidos de nitrógeno "no tienen tantas consecuencias directas sobre el medio ambiente". "En verano, sin embargo, el dióxido de nitrógeno puede dar lugar al ozono troposférico, un gas que puede originar problemas medioambientales: una reducción del 15% de la productividad vegetal, porque quema los estomas, las células respiratorias de las plantas, así como daños en bosques y otras zonas con vegetación", concreta. Por ello, Segura no duda al afirmar que las emisiones excesivas de los automóviles de la compañía germana han podido provocar daños sobre el medio ambiente.

"Escándalos de este tipo evidencian que la industria automotriz prefiere cometer un crimen que admitir que el producto que están manufacturando es peligroso para la salud", asevera Bevacqua, que pide "dejar de usar los combustibles fósiles y pasar a invertir en coches eficientes, inteligentes y basados en energías renovables". El coordinador de Ecologistas en Acción, por su parte, señala que el escándalo "pone en solfa" estas "medidas tecnológicas": "Los coches rara vez emiten lo que dicen las especificaciones. De 15, sólo uno se ajusta a los límites, mientras que el resto presentan emisiones entre diez y veinticinco veces superiores". "Lo único que se puede hacer es reducir el tráfico, no quitar sólo de la circulación a los vehículos viejos", sentencia.