LA BATALLA DEL 28M
Asturias, un bastión de la izquierda en el que el PSOE busca seguir gobernando en solitario
Las izquierdas miran mucho a Asturias estos días de precampaña. Y especialmente los socialistas. La noche del 28M puede ser una de sus autonomías estrella frente al intento de Alberto Núñez Feijóo de teñir de azul el mapa autonómico. El presidente, Adrián Barbón, se ve fuerte y con las encuestas a favor para seguir al frente de uno de los bastiones en votos y sentimental del PSOE.
Los sondeos hechos públicos hasta el momento dibujan una nueva victoria del PSOE en esta autonomía. En la encuesta preelectoral del CIS, del pasado mes de diciembre, se daba a los socialistas como primera opción, con el 35,1% de apoyos, con el PP quedando en segundo lugar, pero muy alejado (un 14,9%). Unidas Podemos (si se sumaran Podemos e IU, aunque irán por separado) tendría un 11,5%, mientras que Vox se quedaría en un 6,5%. Ciudadanos lograría apenas el 1,2%. Aunque las opciones de izquierdas bajarían un poco, las derechas se quedarían muy atrás.
La encuesta publicada este mes por NC Report para La Razón se da al PSOE también como primera fuerza, aunque perdería dos escaños respecto a 2019. Pero podría repetir al frente del Principado sumando con Unidas Podemos. El PP sube respecto a las anteriores elecciones, sin aunar mayoría absoluta con Vox y Foro. En las pasadas elecciones el reparto de escaños quedó así: PSOE (20), PP (10), Cs (5), Podemos (4), IU (2), FAC (2) y Vox (2). Durante esa legislatura, Barbón lideró un gobierno en solitario de los socialistas.
La estrategia de Barbón
Aunque algunas encuestas dice que su victoria podría no ser como en 2019, en el cuartel general de los socialistas se trabaja para lograr el mismo resultado e incluso pronostican que podrían ampliar. El jefe del Ejecutivo y candidato socialista venderá su gestión durante esta legislatura y proclama que va a seguir gobernando hasta el último minuto frente a la dinámica electoral.
Se confía mucho en la figura de Barbón en el PSOE, con un mayor grado de conocimiento. También su gestión durante la pandemia será una de las banderas para la reelección. Los socialistas también tienen a favor para encarar esta cita su fuerte implantación territorial (gobiernan en 54 de los 78 ayuntamientos). Entre sus grandes municipios están Gijón, Avilés y Siero. A su favor, estiman los socialistas, también está que su izquierda tiene la capacidad de poder sumar con ellos frente a otras autonomías donde tienen más problemas.
El aspirante socialista, asimismo, se maneja bien en los escenarios de pactos, con la experiencia de geometría variable que ha tenido durante esta legislatura. Además, el panorama asturiano incluye una derecha muy fragmentada. Esta será también una de las ideas clave para el 28M por parte del PSOE: la opción progresista o una de las derechas muy condicionada por la extrema derecha.
El presidente asturiano está convencido de que la gente diferencia muy bien entre las autonómicas y las generales. Por eso, hará una campaña muy basada en el territorio y en las preocupaciones propias. No cree que funcionará esa idea de plebiscito contra Pedro Sánchez que intenta vender Alberto Núñez Feijóo. Su programa electoral se impregnará principalmente la necesidad de continuar con el cambio durante una década, con un modelo económico más verde y con mayor peso de la innovación y la investigación. Esta filosofía se resume en el lema de la precampaña: “Llegó el momento de Asturias”. Una visión a diez años, con más empleo de calidad. Poniendo en el centro el modelo del Estado del Bienestar en el Principado, dando mucha importancia al modelo público sanitario y educativo.
La apuesta de Feijóo por Canga
Cuando se hizo cargo de las riendas del PP, Alberto Núñez Feijóo dio por buenos los liderazgos de la mayoría de sus barones territoriales. Fue una decisión práctica, ante la cercanía de las elecciones locales y autonómicas del 28M, pero también política: de ese modo cada territorio se hacía cargo del éxito o del fracaso de sus respectivas elecciones y su propio liderazgo se quedaba, en teoría, libre de cargas de cara a las generales de finales de año.
Hay, con todo, algunas excepciones en las que inevitablemente el resultado será imputable directamente a la dirección nacional y Asturias es una de ellas. El equipo de Génova, con su mano derecha, Miguel Tellado, a la cabeza, cortó de raíz la pugna por la candidatura a la Presidencia imponiendo como aspirante a Diego Canga, un alto funcionario de la zona gris de la Unión Europea, ajeno a la estructura del partido y con un perfil muy del gusto de Feijóo.
Por el camino se quedaron figuras como la de la presidenta del partido en la comunidad, Teresa Mallada, la del actual secretario general, Álvaro Queipo, y la de la exdiputada nacional Susana López Ares. La guerra entre las diferentes facciones quedó enterrada a la espera del desenlace electoral.
Quién es el candidato del PP
El candidato del PP ha desarrollado toda su carrera en Bruselas, en los últimos años a la sombra del italiano Antonio Tajani, fundador de Forza Italia y hoy número dos del gobierno de la ultraderechista Georgia Meloni. Quizá por eso nadie se toma en serio las declaraciones en las que asegura no tener pensado pactar con Vox si, después de las elecciones, necesita sus votos para ser investido presidente del principado.
En todo caso, Canga no lo tiene fácil. El PP sólo ha conseguido gobernar en Asturias una legislatura, entre los años 1995 y 1999, con Sergio Marqués en la Presidencia. El resto del tiempo ha estado en manos del PSOE con la única y breve excepción de los dos años (2011-2012) en los que Francisco Álvarez Cascos, el que fuera todopoderoso número dos de José María Aznar, presidió la comunidad al frente de Foro.
Aquel partido, creado a imagen y semejanza de Cascos, sobrevive a la expulsión de su alma máter y sigue hipotecando el sueño del PP de hacerse con el control de todo el espacio de la derecha. Un territorio del que parece definitivamente descartado Ciudadanos, pero que sigue disputando Vox, lo que complica definitivamente el escenario electoral al que se enfrentan los de Feijóo. Al PP le atribuyen las encuestas una subida resultado de la absorción de los votos de Ciudadanos, pero aún así sólo le cabe soñar con la posibilidad de sumar con Vox y Foro.
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Cuando Podemos irrumpió en el escenario asturiano en el año 2015, cosechó casi el 20% de los votos a nivel autonómico llegando incluso a cogobernar en ciudades como Oviedo. Los morados lograron atraer a perfiles procedentes de formaciones arraigadas como el PCE o incluso IU. Sin embargo, en estos comicios la formación dista mucho de tener el mismo músculo en 2015, tanto a nivel electoral como a nivel interno. En este último ámbito se encuentra atomizada en dos partes: la que respalda a los críticos Daniel Ripa y Covadonga Tomé y la que cierra filas con Sofía Castañón, miembro de la dirección encabezada por Ione Belarra.
Esta división ha fracturado totalmente al partido a nivel interno. Su candidata a la presidencia del Gobierno, Covadonga Tomé, ha denunciado que la dirección la ha mantenido apartada de la toma de sus redes sociales desde hace meses. No la promocionan ni le apoyan. A esto se le suma que hace dos semanas la dirección expulsó a su compañero Ripa tras abrirle un expediente por "dañar durante más de un año la imagen del partido por medio de manifestaciones públicas".
La relación con Izquierda Unida tampoco es precisamente fluida. Asturias es uno de los pocos territorios en los que ambas formaciones nunca han llegado a un acuerdo. No lo hubo en 2015, ni en 2019 y, tal y como apuntan diversas fuentes, tampoco la habrá en los comicios del próximo mayo. En IU acusan a los morados de tener una “deriva nacionalista” que no comparten y presumen de que su formación está asentada a nivel territorial. Una de sus principales figuras, Gaspar Llamazares, se presenta como candidato a la alcaldía de Oviedo, también contribuirá a la campaña a nivel autonómico con Ovidio Zapico como candidato a la presidencia del Gobierno.