Electricidad

El autoconsumo vivirá un 'boom' a partir de octubre impulsado por la crisis de la luz: "Tenemos más recursos que nunca"

Placas solares en el tejado de un colegio de Jaén.
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El autoconsumo eléctrico, generalmente a través de energía fotovoltaica, es cada vez una opción más atractiva. No solo por el alza de los precios de la luz y la actitud de las compañías eléctricas: las ayudas estatales, los fondos europeos y la eliminación de trabas burocráticas han abonado el terreno para el boom boomque prevén los expertos a través de octubre, cuando todas las autonomías habiliten unas subvenciones históricas. Sin embargo, siguen existiendo obstáculos en el camino. No es tan fácil poner placas en un bloque de pisos, porque el retorno es menor y por el casi imposible consenso vecinal; algunas comunidades siguen pidiendo una licencia de obras de trámite largo y coste excesivo; y el oligopolio, denuncian algunos consumidores, retrasa o impide el contrato necesario para recibir compensación por los excedentes vertidos a la red. 

"Tenemos más recursos que nunca". Así de optimista se muestra la directora técnica de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), Paula Santos. No niega que aún existen algunas dificultades, tras el fin de un impuesto al sol que ya es un mal sueño. Pero estamos bien. Los últimos datos a nivel nacional no recogen 2021, pero muestran una tendencia positiva: en 2020 se obtuvo un 30% de crecimiento, logrando los 1.539 MW de autoconsumo fotovoltaico total en España. En el año de la pandemia se instalaron 596 MW frente a los 459 de 2019. En 2014 fueron 22. Las instalaciones industriales siguen siendo mayoría, pero las domésticas están ganando terreno: han pasado de ser un 10% del total a un 19%.

Capacidad instalada en placas fotovoltaicas de autoconsumo. | UNEF

Sin embargo, datos regionales apuntan a que 2021 será aún mejor. En la Comunidad de Madrid, las solicitudes de instalación aumentaron un 137% el pasado año. En Extremadura, las nuevas placas han crecido un 141% en lo que va de año. "El autoconsumo va a ser uno de los tractores de la economía española. El confinamiento fue solo un pequeño parón en el camino", confirma las buenas sensaciones el coordinador de la Asociación Nacional de Autoconsumidores, Lluis Cusí. "Las reducciones en los impuestos de las administraciones locales y una nueva inyección de dinero en el sector van a poder lograr el paso que faltaba dar: que el autoconsumo sea accesible a la mayoría de personas", asegura. 

El Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), aprobó en junio 1.320 millones de euros para autoconsumo, baterías y climatización renovable. Las subvenciones serán repartidas por las comunidades autónomas, que antes del 1 de octubre tienen que publicar las convocatorias. UNEF, que mantiene contactos con las administraciones regionales, confía en que llegarán a tiempo y comenzará un despegue sin precedentes. El dinero, calcula Santos, será "más que suficiente" para echar una mano a todo aquel que quiera poner una placa solar en el tejado de su casa o de su negocio.

Los fondos sufragarán hasta el 40% del coste de la instalación, en caso de consumidores domésticos. infoLibre ha hecho la prueba de cuánto supone. En el caso de una instalación de tamaño medio en el centro de Madrid, un domicilio de dos personas donde se gasta, aproximadamente, 50 euros al mes en electricidad en el mercado libre, una empresa de instalación ofrece un presupuesto de unos 5.244 euros y calcula un ahorro de 588 euros por año. Con esas cifras, la amortización llegaría a los nueve años: pero gracias a las ayudas estatales, a partir de los cinco años el usuario ya ha compensado el esfuerzo inicial. Cusí calcula un tiempo medio de amortización de entre seis y ocho años en instalaciones que duran entre 20 y 30 años.

Santos explica que, aunque la mayoría de las autonomías aún no hayan sacado la convocatoria, ya es posible beneficiarse de las ayudas, cobrando a posteriori la subvención. "Las instalaciones residenciales que comenzaran a partir del 30 de junio son elegibles". Lo único que hay que hacer, por ahora, es guardar todas las facturas y esperar al anuncio para hacer la solicitud. 

"Tenemos que estar contentos", se congratula la directora técnica de UNEF. "Incluso en un año tan complicado como 2020 ha seguido creciendo. Y esperamos que siga igual" (o mejor). Acto seguido, reconoce que, "como en todos los sectores", hay mucho aún que hacer: desconocimiento del público, trabas burocráticas y de las eléctricas, dificultades en instalaciones colectivas y poco desarrollo de las comunidades energéticas locales, los principales obstáculos. 

"Llevamos dos o tres años pidiendo compensación de los excedentes"

Eliminado el impuesto al sol, la principal traba que denuncian los que se lanzan a autoconsumir electricidad es la licencia de obras. Asturias, Navarra, Euskadi y Murcia la siguen pidiendo, y Aragón ya tramita su derogación. El coste puede superar los 200 euros y la concesión puede tardar más de seis meses. El resto exige una simple declaración responsable. "No es una obra arquitectónica", lamenta Santos. "Tenemos que seguir trabajando en ese sentido". Pero otro de los obstáculos lo ponen las propias compañías eléctricas, no la administración.

La mayoría de los autoconsumidores prefieren seguir enganchados a la red eléctrica convencional, para tener la seguridad de contar con luz cuando cae el sol. La alternativa es una instalación de baterías que, a pesar de entrar en el decreto de ayudas del Gobierno, sigue siendo una opción más cara y con menos garantías. En el primero de los casos, la ley permite la compensación de excedentes. Si la placa fotovoltaica genera una electricidad que no se consume (por ser demasiada o por no encontrarse en el domicilio durante las horas centrales del día), la instalación vierte el recurso a la red para que otro consumidor la disfrute. Y la empresa comercializadora debe restar de la factura lo correspondiente a lo generado. 

Para ello, es necesario formalizar un contrato entre comercializadora y usuario. La Asociación Nacional de Autoconsumidores denuncia que algunas, "las más grandes", dan largas. "Tenemos varios procesos administrativos abiertos. El principal y el más grande es en Cataluña. Cincuenta autoconsumidores llevamos dos o tres años pidiendo compensación de los excedentes. La comercializadora muchas veces rechaza la documentación por detalles. No es un problema de una comunidad autónoma. No es mayoritario, pero...", lamenta Cusí. 

La brecha de clase sigue presente 

Santos reclama una ventanilla única en la administración para agilizar los trámites. Pero reconoce que no es la única reforma que se necesita para extender el autoconsumo y hacerlo, de verdad, masivo. Como en tantos asuntos, la brecha de clase sigue presente. Las instalaciones para domicilios independientes (casas, chalets, adosados...) es mucho más fácil. Pero en las ciudades, la inmensa mayoría vive en bloques de pisos donde no hay tanto espacio y los acuerdos con los vecinos son necesarios. El 60% del parque español son bloques. Una placa solar entre varias familias sale mucho más barata, pero a la vez, el ahorro obtenido por la factura es menor. Las organizaciones reclaman una modificación en la Ley de Propiedad Horizontal para que estas iniciativas salgan adelante con mayoría simple de los propietarios, en vez de con tres quintos del edificio. 

Sin embargo, señalan la oportunidad, para estos supuestos, de los llamados coeficientes dinámicos. Se trata de que la generación eléctrica no se reparta por todas las viviendas por igual, sino que abastezca a un piso que tiene demanda (por encontrarse sus ocupantes consumiendo dentro), y que pase a otra vivienda cuando se enciendan las luces. 

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Otro paso clave aún por dar, explica Cusí, es el de la promoción de las comunidades locales de energía. "Es una figura jurídica, una forma de organizarse. Como un equipo de fútbol del autoconsumo", explica. Pone un ejemplo: un polideportivo con muchísimo espacio en su cubierta para poner placas solares, pero que solo tiene consumo por la tarde y noche. "Mediante esta opción, el ayuntamiento, con ayuda de la ciudadanía, puede financiar todo el tejado de placas solares y que esta electricidad vaya destinada a los consumos de las viviendas que hay alrededor, a 500 metros". Lo tiene todo: organización vecinal, independencia de las grandes eléctricas, acción climática y ahorro económico. 

Haciéndose eco de la reivindicación, el Ministerio para la Transición Ecológica anunció este jueves 100 millones en ayudas para las comunidades energéticas locales. "El IDAE lanzará a consulta pública tres programas de ayudas de forma inminente. Las líneas subvencionarán todas las fases de creación de una comunidad energética, desde la orientación inicial y la identificación de socios hasta la subvención de proyectos en comunidades ya constituidas", explica el Gobierno. "Ahora podemos imaginar 1.200 pueblos con comunidades o 300.000 tejados solares", aseguró la ministra, Teresa Ribera. 

Para Santos, más allá del dinero invertido en estos impulsos, es necesario mejorar la comunicación de las amplísimas ventajas del autoconsumo eléctrico. Evita dependencias del oligopolio, supone un ahorro a medio plazo, contribuye a la acción climática, tiene escaso impacto ambiental y fomenta, en definitiva, un modelo energético más limpio, más distribuido y más justo. "Hay que hacer toda una labor de difusión y acompañamiento. Cada vez se conoce más, pero todavía podemos ir un poquito más allá". 

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