LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Quedarse en X o irse: política y medios marcan distancias con la red que revolucionó la información

La situación en el PP

Aznar se ofrece a reconstruir el centroderecha desde su "posición actual"

El expresidente del Gobierno José María Aznar.

Ni 24 horas ha tardado el expresidente José María Aznar en atacar al todavía líder del PP, Mariano Rajoy, tras anunciar este que renuncia a seguir al frente de la formación conservadora tras haber sido apeado de la Presidencia del Gobierno. Este martes, Aznar denunció públicamente que el "centroderecha" español ha sido "desarticulado", aseguró que no se siente "representado por nadie" ni "militante" de ningún partido –PP incluido– y se ofreció a contribuir a la reconstrucción de este espacio político. Aunque, eso sí, Aznar aseguró que estaría dispuesto a involucrarse desde su "posición actual", y "no" desde ninguna otra.

El expresidente compareció para presentar el libro No hay ala oeste en la Moncloa, escrito por el ex secretario de la Presidencia Javier Zarzalejos. Y lo hizo apenas unas horas después de que Rajoy anunciara que dejará de liderar el PP tras 14 años en un puesto para el que fue elegido por el propio Aznar, que desde hace ya años mantiene una relación más que tensa con él. Un desencuentro que ha llegado hasta tal punto que Aznar aseguró que su único "compromiso" es "con España y los españoles". "Dicho de otra manera, no tengo ningún compromiso partidario, ni me considero militante de nada, ni me siento representado por nadie", lanzó nada más comenzar su intervención.

El discurso fue muy duro con un Rajoy al que Aznar no mencionó expresamente en ningún momento, pero al que responsabilizó de haber liderado la deriva que ha llevado a la fractura de un "centroderecha" que, a su juicio, ha perdido "sus señas de identidad" y "su conexión con el electorado". "Lo que estaba unido hoy está dividido, e incluso parece que enfrentado", denunció Aznar, que también planteó la necesidad de "reconstruir una izquierda nacional" que comenzó a "desmantelarse en el año 2004".

A su juicio, la fractura de ambos espacios ha llevado a una "crisis del sistema de partidos", y no puede ser un "consuelo" que no sea "un fenómeno exclusivo de España". Y esa no es la única crisis que asuela, según Aznar, a España, que también tiene –a su juicio– una "crisis de liderazgo". "Cuesta entender que los que tienen peores resultados, lejos de asumir responsabilidades, no solo las asuman sino que son promocionados a las responsabilidades más altas de un país", denunció sin dar nombres el expresidente, que señaló que "el victimismo, cuando se ejercita como política, es lo contrario al liderazgo, y quien lo ejerce no es sino víctima de sí mismo".

La tercera gran crisis de la que habló el exdirigente del PP fue la provocada por el "intento de golpe de Estado en Cataluña". Un intento que, según Aznar, no solo no ha cesado, sino que se mantiene activo porque "en Cataluña hay un gobierno golpista y el movimiento independentista no ha sido desmantelado". "La restauración del orden constitucional y la normalidad institucional no van a venir por milagro de conversión, ni tampoco por cesiones o concesiones", sostuvo el expresidente, que apostó decididamente por desarticular "plenamente el movimiento secesionista, con todo lo que eso implica, apoyos mediáticos, financieros, sociales y políticos". "Sin eso no se podrá revertir la situación, y si no se hace eso no se está haciendo lo suficiente por que España gane a los golpistas", denunció Aznar.

Aznar también se refirió a la corrupción como un "cáncer" para la vida pública, pero se desvinculó de cualquier tipo de acusación dirigida contra él. "Yo respondo de mis actos, de los míos, del primero hasta el último", insistió el expresidente del Gobierno, que criticó que haya quien esté tratando de "manchar" su "trayectoria". Aznar no se refirió en ningún momento a las detenciones e imputaciones de miembros de sus gobiernos en casos de corrupción, desde Rodrigo Rato hasta Eduardo Zaplana. Y tampoco a los dirigentes que él eligió para el partido. De hecho, la caja B del PP estuvo funcionando durante todo el tiempo que Aznar lo presidió.

Un "odio africano" que viene de lejos

Las desavenencias de Aznar con Rajoy vienen de lejos, y van más allá de las meras discrepancias políticas. Así, al menos, lo creía el recientemente detenido exministro Eduardo Zaplana, que en una conversación intervenida en la investigación del caso Lezo afirmaba que Aznar tenía un "odio africano" a un Rajoy al que lleva años criticando públicamente. La ruptura total se produjo en diciembre de 2016, cuando el expresidente comunicó por carta al todavía líder del PP que renunciaba a su puesto como presidente de honor del partido, meses después de haber conseguido que FAES –la fundación que preside– se desvinculase del PP.

Aznar apuesta por "renovar" y "refundar" el PP como condición para seguir teniendo posibilidades de Gobierno

Aznar apuesta por "renovar" y "refundar" el PP como condición para seguir teniendo posibilidades de Gobierno

Las críticas de Aznar contra Rajoy han sido variadas y frecuentes, y dentro del PP se reprocha en privado al expresidente su "deslealtad" y su acercamiento a Ciudadanos, cuyo posicionamiento Aznar apoyó en las pasadas elecciones autonómicas en Cataluña. El último dardo público que lanzó el exdirigente a Rajoy fue en marzo, cuando le pidió "recuperar" el pacto porque el mantenimiento de las pensiones y la educación no se puede afrontar con "mayorías precarias".

Pero tanto él como FAES ya habían cargado contra la deriva del PP en muchas ocasiones antes. En enero, la fundación señalaba en un editorial de su revista que PP y PSOE "se han despeñado juntos, abrazados el uno al otro en una larga caída" causada por adentrarse "a marchas forzadas" en una "supuesta modernidad impostada". En diciembre del año pasado, el propio Aznar elogiaba el discurso "reconocible" de Ciudadanos frente al comportamiento de un PP que, a su juicio, respondía a sus reflexiones con "el desdén o la humorada". Y en noviembre, el expresidente era aún más tajante al asegurar que le cuesta "reconocer al PP".

Frente a estas críticas, Rajoy lanzó este martes un ataque velado a Aznar en el discurso en el que anunció su retirada de la política. El todavía líder del PP no pronunció el nombre del expresidente, pero aseguró que no piensa "dejar el carné" del partido que le "ha acompañado siempre". "Y allí donde me encuentre seguiré con vosotros en la senda que el partido transite, y desde el primer momento a la orden de quien elijáis [...] Y a la orden es la orden y con la lealtad que mi conciencia y mis 40 años aquí me exigen", zanjó Rajoy.

Más sobre este tema
stats