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'Operación Tándem'

El BBVA se encamina hacia un tercer interrogatorio como banco investigado por los oscuros contratos con Villarejo

La Vela, edificio BBVA en Madrid

La imputación del BBVA en el caso Villarejopor una serie de contratos que encomendaron al poderoso policía y su empresa Cenyt seguir, espiar e investigar a políticos y empresarios seguirá viva. Este jueves, el representante legal de la entidad financiera, Adolfo Fraguas, declaró durante más de cinco horas ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón por segunda vez en menos de 10 días. Pero ni siquiera ahí terminó el interrogatorio. Fraguas deberá volver para una tercera comparecencia, todavía sin fecha, en la que la Fiscalía Anticorrupción continuará con su extensa batería de preguntas antes de dar paso a la defensa.

Al interrogatorio de este jueves asistieron tres abogados del BBVA encabezados de nuevo por la exfiscal Helena Prieto. Socia del bufete Garrigues, Prieto también aparece de manera simultánea como quien dirige el forensic forensicencargado por el banco. Un forensic consiste en una especie de investigación cuasi policial de carácter interno cuya elaboración corre siempre a cargo de "expertos independientes".

La imputación del banco constituye la más importante de esta pieza del caso Villarejo junto con la de su expresidente, Francisco González. Conocido como FG en los ámbitos financieros, González no solo niega toda responsabilidad sino que asegura que no se enteró hasta 2018 de la existencia de los contratos con Villarejo, que cobró del banco al menos 10 millones entre 2004 y 2017.  González declaró casi tres horas el día 18. Fraguas, como representante legal del banco, ya ha duplicado ese tiempo.

El BBVA defiende que no es responsable de los contratos que se firmasen con empresas de Villarejo

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La resistencia del BBVA a facilitar al juzgado 6 de la Audiencia Nacional información esencial sobre el forensic –no ha entregado, por ejemplo, las entrevistas realizadas– arroja más dudas sobre qué papel jugó y juega como institución. Y choca con la posición de la Fiscalía, que parece decidida a llegar al corazón del asunto. Hasta ahora, todo indica que el banco carga la responsabilidad completa de lo sucedido sobre directivos de segundo nivel de la etapa de FG, principalmente sobre el exjefe de seguridad, Julio Corrochano, y el exdirector de la división inmobiliaria, Antonio Béjar, que ha decidido colaborar con la justicia para evitar convertirse en lo que ciertas fuentes jurìdicas califican como chivo expiatorio.

Pero si el cerco de los investigadores continúa estrechándose, tampoco cabe descartar que la entidad termine por desmarcarse de Francisco González para salvar su imagen y alejar las amenazas de daños que implica constar en la lista de investigados en una causa judicial relacionada con delitos de corrupción. De momento, el juez atribuye al BBVA como empresa –es decir, como persona jurídica– los supuestos delitos de cohecho, revelación de secretos y corrupción en los negocios.

La primera  operación para que, por lo que se sabe hasta la fecha, contrató el BBVA a Villarejo se remonta a 2004. Para aquella primera operación –Trampa– destinada a abortar el desembarco de Sacyr en el accionariado del BBVA, Villarejo utilizó su empresa Cenyt. Entre otras actuaciones, interceptó 15.000 llamadas de nada menos que 3.925 teléfonos diferentes, entre ellos los del hoy exministro socialista Miguel Sebastián; los empresarios Luis del Rivero, en 2004 presidente de Sacyr, y Juan Abelló; y los de quienes en aquel periodo ostentaban la presidencia y la vicepresidencia nada menos que de la CNMV, Manuel Conthe y Carlos Arenillas. El objetivo era desactivar la entrada de la constructora Sacyr en el accionariado del banco.

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