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‘Conversación con Jordi Sevilla’
El periodista Miguel Ángel Villena –editor de tintaLibre, la revista mensual de infoLibre– publica Conversación con Jordi Sevilla (Editorial Turpial), obra en la que repasa la trayectoria profesional y política del exministro socialista y máximo responsable del programa económico del PSOE para las elecciones. El libro se presenta el 1 de diciembre en Barcelona, en el Círculo de la Economía, y el día 3 en Madrid, en la Fundación Bertelsmann.
A continuación publicamos el capítulo 9 del libro, titulado La casa común de la izquierda.
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PREGUNTA: Dos reflexiones tras las elecciones catalanas y de cara a las generales y a los posibles pactos posteriores. ¿El ascenso de Ciudadanos en Cataluña tiene una traslación a la política nacional? En segundo lugar, ¿el papel del PSC resulta clave para ganar las elecciones teniendo en cuenta el peso en escaños de Cataluña?
RESPUESTA: Ciudadanos es una fuerza política que ha llegado para quedarse, con mayor o con menor fuerza. En el ámbito nacional resulta difícil pensar que en el próximo Parlamento de la nación no haya una parte importante de diputados que estén bajo la bandera de Ciudadanos. Sin embargo, no creo que sea extrapolable la situación de Cataluña al resto de España, aunque sin lugar a dudas Ciudadanos va a contar de una manera destacada en la formación de las mayorías parlamentarias después de las próximas elecciones.
En lo que se refiere a los socialistas catalanes, el desempeño del PSC y especialmente de su candidato, Miquel Iceta, ha sido francamente encomiable durante la pasada legislatura. No lo tenían fácil, el propio Iceta lo ha contado. Nosotros hemos sufrido una escisión muy importante y hemos sufrido el embate, especialmente nosotros, de las nuevas fuerzas emergentes, tanto Podemos como Ciudadanos, que en Cataluña se presentaron con mucha fuerza inicial; luego uno la ha traducido y el otro no. La campaña electoral catalana y las modificaciones en la estrategia política que ha introducido Iceta en el PSC han servido para mejorar el resultado respecto a lo previsible. En la actualidad el Partit dels Socialistes Catalans está más alineado, más en sintonía con el PSOE que nunca jamás en la historia de la democracia española. El PSOE, por su parte, también está haciendo guiños muy importantes de aproximación a la realidad catalana y al propio PSC. Y cito dos: Pedro Sánchez participó en la campaña en Cataluña en las autonómicas como si fueran generales y, en segundo término, ha realizado un gesto bastante más que simbólico al poner de número dos por Madrid a una candidata como Meritxell Batet, que ha sido diputada y es militante del PSC.
P.: Hablando de pronósticos electorales. ¿De Andalucía y Cataluña proceden casi la mitad de los 350 diputados del Congreso?
R.: No tantos, pero sí muchos.
P.: ¿Ese dato supone que los resultados obtenidos en las autonómicas de Andalucía y de Cataluña os llevan a un cierto optimismo de cara a ser el partido más votado? Sobre todo porque el PP no cosechó unos resultados más bien flojos en los dos comicios citados.
R.: Soy optimista por ese análisis que tú planteas, pero no tanto. Hasta que alcanzamos la mayoría en 2004 siempre se comentaba que el Partido Socialista no podría ganar en España sin ganar en Madrid y en Valencia. Lo cierto es que ganamos en España sin ganar en Madrid y en Valencia porque ganamos en Cataluña, ganamos en Andalucía, ganamos en otras regiones. A mí me parece que lo esperanzador es que mucha gente ya se ha dado cuenta de que para solucionar muchos problemas, entre ellos el de Cataluña, no existe más solución que la negociación y el diálogo. En ese punto, todos son conscientes de que esa negociación y ese diálogo no son posibles con el Partido Popular de Mariano Rajoy.
P.: Pese a la estrategia del miedo que practica el PP, porque está claro que las visiones catastrofistas favorecen el voto a los conservadores. En una palabra, el discurso de Rajoy sobre Cataluña puede darle muchos votos en Castilla-La Mancha o en Cantabria.
R.: Creo que esa fórmula del miedo no va a dar resultado. Mucha gente se ha dado cuenta de que el tancredismo, el inmovilismo y la estrategia del miedo desplegados por el PP no han funcionado; ni ha funcionado en Cataluña ni van a funcionar para resolver los problemas de España. Esta situación deriva en que cada vez más personas miran hacia el Partido Socialista y hacia Pedro Sánchez como la esperanza, la expectativa de esperanza, para encabezar un movimiento de negociación, de acuerdo, de diálogo y de solución a nuestros problemas. En ese sentido me muestro muy optimista.
P.: En paralelo al ascenso de Ciudadanos, las expectativas de Podemos se desinflan un poco. En cualquier caso, ¿la desunión de las formaciones a vuestra izquierda, que no han logrado finalmente una confluencia, os puede beneficiar en las urnas? ¿Y cómo ves posibles pactos de gobierno con otras formaciones de izquierda?
R.: Es evidente que Podemos ha tenido un mal resultado en Cataluña, pero de la misma manera que antes te he dicho que no deberíamos extrapolar el buen resultado de Ciudadanos, tampoco creo que debamos extrapolar el mal resultado de Podemos con su alianza con Iniciativa per Catalunya. A mí me gustaría que el Partido Socialista Obrero Español volviera a ser la casa común de la izquierda, como lo fue entre 1975 y 1982, cuando integró a la FPS, al PSP de Tierno, a la mitad del Partido Comunista y a los socialdemócratas de Fernández Ordoñez de la UCD. Ese reagrupamiento nos brindó una aplastante mayoría absoluta y posiblemente 10 años de reformas, cambio y construcción del Estado del bienestar como nunca habíamos tenido en la historia reciente de España. En esa línea, juzgo mucho más importante que las diferentes sensibilidades y las diferentes visiones de izquierda, en lugar de poner como primer punto de sus obligaciones pegarse entre ellos y criticar y denostar a la más próxima, pues busquen estrategias de colaboración y de cooperación. A mí me gustaría que fuera en el seno del propio Partido Socialista como una alternativa clara de casa común de la izquierda. Este es un país que sigue siendo de centro izquierda. Lo dicen todos los barómetros, todas las encuestas…
P.: Todas las elecciones, si me apuras.
R.: En efecto, todas las elecciones desde hace muchos años. Ahora bien, es cierto que desde hace ya unos cuantos años no hemos sido capaces de presentar una alternativa lo suficientemente fuerte, cohesionada y unida. A mí no me preocupa que la izquierda del Partido Socialista, esta izquierda más allá de la izquierda, se presente junta o separada. Lo que verdaderamente me preocupa se refiere a que se presente junta o separada contra el Partido Socialista. Me preocupa que, en lugar de ser una alternativa que se pueda plantear como complementaria a los socialistas con posibilidades de llegar a acuerdos y alianzas frente a la derecha y frente al Partido Popular, esa izquierda se dedique a sacar más pecho frente al Partido Socialista que frente al Partido Popular. Creo además que los ciudadanos acabando castigando con su voto en las urnas ese tipo de conductas.
P.: Has utilizado la expresión que hacía tiempo que no escuchaba a ningún dirigente socialista, la “casa común de la izquierda”. Al hilo de este argumento, te quería preguntar sobre las posibilidades de pactos con Podemos, con Izquierda Unida, con las izquierdas nacionalistas… Vosotros tenéis más posibilidades de socios que el PP. ¿Vamos a volver a la geometría variable de la segunda legislatura de Zapatero, cuando el PSOE no tenía mayoría absoluta?
R.: Se puede volver a la geometría variable y se puede volver en función de cuáles sean al final los resultados en escaños. Es decir, al final la investidura del presidente del Gobierno se tiene que conseguir o por mayoría absoluta en la primera vuelta o por más votos a favor que en contra en la segunda vuelta. Sirvan como antecedente las experiencias que hemos tenido durante estos últimos meses, tras las elecciones municipales y autonómicas que han sido muy variadas. Hemos tenido comunidades autónomas donde eso se ha conseguido con el voto a favor de Ciudadanos; en otros casos se ha obtenido con el voto a favor de Podemos en la investidura, pero no tanto con un compromiso de gobierno durante la legislatura; y en otros casos, como Valencia, pues con el apoyo de Compromís y el apoyo externo con la abstención; en otros casos con Izquierda Unida… De cualquier modo, está claro que caminamos hacia un Parlamento de geometría variable. En esas circunstancias, ¿quién cuenta con mayor capacidad para generar mayorías parlamentarias? En ese punto es donde creo que, sin duda, el Partido Socialista de Pedro Sánchez presenta un aval y una trayectoria que lo convierten en un partido mucho más fiable a la hora de generar mayorías parlamentarias.
P.: No obstante, esa variedad de pactos lleva al PP a acusaros de ir de la mano del radicalismo, o bien de lograr acuerdos con quien sea con tal de alcanzar el poder.
R.: Ese argumento se desmonta fácil. Basta leer los diferentes acuerdos de gobierno, lo que pone en los textos, los compromisos que se han adquirido, porque en un 99,9% son muy sensatos y muy razonables. En segundo lugar, que miren la evidencia de lo que está pasando; ya podemos observar en muchas comunidades autónomas y muchos ayuntamientos donde se está gobernando con fórmulas de gobierno distintas a las de una mayoría absoluta de un partido o de otro. Bueno, la conclusión es que gustará más o menos, pero realmente no da la impresión de que las cosas funcionen tan catastróficamente como amenaza el Partido Popular. Me gustaría añadir que el PP está haciendo un ejercicio, una vez más, muy irresponsable porque está lanzando sombras de duda sobre resultados democráticos de elecciones democráticas y, por tanto, está cuestionando el derecho de los ciudadanos a elegir y a votar libremente a quienes deseen. Me parece que se trata de una irresponsabilidad muy grave por parte del PP.
P.: Aparte de que cuestiona una de las esencias de la democracia, que son las coaliciones.
R.: Evidente: hablar, discutir y negociar.
P.: Ya intentó el PP que fuera alcalde el candidato de la lista más votada.
R.: Me hizo mucha gracia aquel intento, tiene mucha miga toda aquella ofensiva que hubo hace unos meses para que fueran alcaldes los cabezas de la lista más votada. Resulta que el 80% de los alcaldes son los cabezas de la lista más votada. Estamos hablando de un problema del 20% de los municipios si es que se trata de un problema. A veces poner números a las afirmaciones resulta un ejercicio muy ilustrativo.
P.: Algunos auguraban un desastre electoral para el PSOE en las municipales y en las autonómicas del pasado mayo. A pesar de la pérdida de 750.000 votos, el derrumbe no se ha consumado y parece que los socialistas habéis sobrevivido a la crisis mejor que la derecha. ¿Tiene un suelo, un mínimo electoral el PSOE? ¿Ha tocado fondo tras la crisis y tras la aparición de fuerzas emergentes?
R.: Muchos sectores sociales en España son conscientes de la labor histórica que ha realizado el PSOE en los años de democracia, en la consolidación de la democracia, en el ingreso en la Unión Europea y en la construcción del Estado del bienestar, entre otros muchos logros. Por ello, amplios sectores piensan que, más allá de las retóricas, quien ha representado en España progresos, avances y cohesión social en los últimos 38 años ha sido el Partido Socialista. Y por tanto, como lo han vivido, pues siguen confiando en la posibilidad de que el Partido Socialista vuelva a representar, como lo está haciendo en la actualidad, esa posibilidad de cara al futuro.
P.: Ese análisis valdría quizás para la gente de más de 40 años, pero ¿para la gente más joven que representa el PSOE? ¿Votantes jóvenes y urbanos están dando la espalda a los socialistas y se decantan por otras opciones?
R.: La gente más joven tiende a ser siempre más radical por definición, a izquierda o a derecha. De todos modos, los jóvenes aunque no hayan vivido todos estos años de democracia, lo han leído, lo han conocido o lo han oído en casa. De cualquier modo, está claro que nosotros tenemos más problemas con los sectores jóvenes y urbanos que con otros perfiles de votantes. Pero insisto, aquí hay partidos que están vendiendo humo. Nosotros estamos proponiendo reformas posibles.
P.: Desde fuera se te define como la cara moderada del PSOE, como un dirigente del ala más liberal de la socialdemocracia, bien visto por los empresarios y los sectores financieros. ¿Eres de algún modo la imagen amable de la campaña de Pedro Sánchez para no asustar a los bancos, a las empresas del Ibex?
Presentación este jueves de ‘Conversación con Jordi Sevilla’, de Miguel Ángel Villena
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R.: No lo sé. Es evidente que resulta difícil verse a sí mismo desde fuera. Dicho honestamente, tengo la impresión de que sigo siendo lo que he sido toda mi vida. O, al menos, lo que he sido desde hace muchos años. Me considero un socialista de toda la vida, un socialdemócrata clásico, mucho más partidario del cambio real a través de las reformas que de propuestas revolucionarias que acaban dejando todo como estaba. Siempre he sido como Indalecio Prieto, socialista a fuer de liberal, y he estado convencido de que la socialdemocracia debe tener dos grandes obsesiones: crecer y repartir. Por tanto, es necesario combatir la desigualdad a base de favorecer la productividad y el crecimiento. Ahí es donde me sitúo. Ahora bien, si los demás cambian de posición y a veces giran más a la derecha o más a la izquierda y a mí me ven en un lado o en otro… En fin, tengo la impresión de que estoy ubicado en esas posiciones de la socialdemocracia clásica desde que tenía veintipocos años.
P.: Si no entraras a formar parte de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez, ¿volverás a una empresa privada? ¿Regresarás a un puesto como técnico comercial del Estado?
R.: No lo tengo decidido. Tengo la inmensa suerte de poder optar por volver a un puesto de funcionario o por seguir una actividad en el sector privado. Soy consciente del privilegio que esto representa en la España de hoy.