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Crisis de los refugiados: la UE se enreda en el debate sobre cuotas con sus fronteras desbordadas

Refugiados cruzan la frontera entre Grecia y Macedonia en Gevgelija.

La reunión de los ministros europeos del Interior que pretendía marcar el inicio de una actuación común para encauzar la crisis de refugiados acabó este lunes sin acuerdo. Los representantes de los Veintiocho fueron incapaces de rubricar el controvertido proyecto de distribuir entre los Estados miembros a 120.000 refugiados provenientes de Siria, Afganistán, Irak o Eritrea que han llegado en los últimos meses y, de forma masiva, a las costas de Grecia e Italia. Sólo adoptaron la primera fase de ese proyecto, que consistían en acoger a 40.000 solicitantes de asilo, tal y como propuso la Comisión Europea el pasado mayo. 

Aunque, según dijo en Bruselas el ministro español Jorge Fernández Díaz, "hay una mayoría cualificada muy amplia" a favor del reparto, cuatro Estados –República Checa, Eslovaquia, Hungría y Letonia– se opusieron a él con fuerza. El titular de Interior, que admitió que con este desacuerdo el mensaje que se manda a la opinión pública no es el deseado, dijo que la decisión final se aprobará en el próximo consejo de ministros del Interior, el próximo 8 de octubre en Luxemburgo. Mientras, decenas de miles de personas siguen avanzando cada día por las carreteras de Grecia, Macedonia, Serbia o Hungría intentando llegar a Alemania y también campamentos en la costa francesa a la espera de poder cruzar a Reino Unido. 

La realidad es que la cifra de 160.000 reubicados, en cualquier caso, parece estar lejos de dar una solución real a la crisis de refugiados. Las ONG la consideran un buen principio, pero insuficiente, ya que las guerras en Siria e Irak seguirán forzando al éxodo a miles familias huyendo del horror. Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, más de 410.000 personas han entrado por el Mediterráneo en lo que va de año. No hay una certeza absoluta sobre cuántas de ellas necesitan protección internacional, si bien el 70% son afganas, sirias o eritreas. Estas últimas nacionalidades son las que, según la Comisión Europea, podrían acogerse al programa de reubicación de emergencia por su especial vulnerabilidad. 

Necesidades incluso mayores

ACNUR advierte de que los cálculos iniciales apuntan a necesidades incluso mayores a las establecidas en el plan propuesto para reubicar a 160.000 refugiados de Grecia, Italia y Hungría. No obstante, la organización confía en que esta propuesta contribuya "en gran medida a paliar esta crisis" siempre, claro está, que se ponga en práctica con prontitud. Y eso algo que no parece que vaya a ocurrir dadas las manifiestas dificultades de los Veintiocho para llegar a acuerdos. De hecho, la organización considera que la prioridad es garantizar que todos los Estados miembros se impliquen en esta iniciativa. 

En cualquier caso, en la Agencia de la ONU de Ayuda a los Refugiados insisten en que el programa de reubicación sólo puede prosperar si a su vez va acompañado de esfuerzos a gran escala de acogida, asistencia y registro de emergencia en los países más directamente afectados por flujo de llegadas, especialmente Grecia, Hungría e Italia. "Con el fin de apoyar a estos países, la UE debería movilizar sus mecanismos y agencias de asilo, migración y protección civil, incluidos los recursos de los Estados miembros, con el apoyo de ACNUR, OIM y la sociedad civil", subrayan en un comunicado.

Consideran que la respuesta de la UE debe basarse en la creación de centros de recepción efectivos, con el apoyo de todas las partes implicadas, con el objetivo de que se garantice "una adecuada asistencia, registro y control de las personas a su llegada a Grecia, Italia y Hungría". Asimismo, señalan que las personas con necesidad de protección internacional deberían ser reubicadas entre todos los países de la Unión Europea en base a un mecanismo de distribución equitativa. La organización ha mostrado su preocupación ante el hecho de que diferentes medidas individuales puedan generar una situación en la que numerosos refugiados que buscan en Europa la protección a la que tienen derecho según la legislación internacional "puedan verse inmersos en un limbo legal".

Una respuesta humanitaria 

La eurodiputada socialista Elena Valenciano –que este lunes visitó la frontera de Hungría con Serbia, cerrada ya por una valla fronteriza– considera que poner el foco en la discusión sobre qué cifra de refugiados acoge cada país es ver sólo una parte de una crisis que, a su juicio, lleva camino de convertirse en humanitaria. "De momento no sabemos ni cuántas personas necesitan protección internacional, ahora eso es lo prioritario. Ya llegamos tarde y no podemos esperar más. Hay que montar en Turquía, en Líbano y el resto de los países que los están enviando delegaciones en las que se les pueda registrar y prestar ayuda humanitaria. Hay muchos niños, muchas personas enfermas, mujeres embarazadas... cuando llegue el frío va a ser un desastre total", subraya. 

Entre las medidas a corto plazo, Valenciano considera "urgente" desplegar una acción humanitaria a gran escala –directamente a través de la agencia de cooperación de la UE o financiando a las ONG especializadas– en todos los países en los que hay gran volumen de refugiados. Asimismo, apuesta por poner en marcha una "operación de evacuación" para evitar el "indigno" manejo de seres humanos del que se están lucrando las  mafias de trata de personas e insistir en la protección a la infancia. "Es tan sencillo como aplicar el abc de los derechos humanos", subraya. 

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En cualquier caso, Valenciano es crítica con los países que no han mostrado disposición a aceptar el sistema de cuotas propuesto por la Comisión Europea. "Al bloque del este habrá que decirle que la UE no son sólo los beneficios de las inversiones, sino un conjunto de valores", subraya. En este sentido, defiende incluso una política de sanciones para los países que no acepten la propuesta de la Comisión Europea. "Hay que desplegar una nueva política, todos tenemos que cambiar el chip", sentencia. 

El eurodiputados de Podemos, Miguel Urbán, califica de "irrisoria" la cifra de 160.000 personas que la Comisión ha propuesto que sean acogidas en la UE. "El sistema de cuotas está mal planteado, primero tenemos que saber cuántas son las personas que necesitan protección. Hay que tener en cuenta, de todas formas, que Europa sólo acoge al 6% de los demandantes de asilo sirios. Y hay personas de otros países que también necesitan ayuda. Nosotros defendemos que no se debe diferenciar exiliados económicos de los que huyen de las guerras porque los primeros huyen del hambre, que también mata", subraya.

Como cuestiones prioritarias, el eurodiputado de Podemos cree que es primordial reabrir la posibilidad de solicitar protección internacional en las Embajadas y Consulados españoles en los Estados de origen y de tránsito, eliminar el visado de tránsito para personas que proceden de países en conflicto, así como trabajar en la adopción de una política común de asilo que refuerce la solidaridad entre los pueblos europeos. Asimismo, Urbán defiende que debería derogarse el Protocolo Dublín 3, que estipula que la petición de asilo en la UE sólo puede realizarse desde el país por el que se entró en la Unión, "minando así los principios europeos de solidaridad y de libre circulación de personas". 

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