Sanidad
El Estado destina a conciertos con la sanidad privada más de 10.000 millones de euros al año
Las administraciones públicas destinaron en 2014 un total de 10.018 millones de euros a conciertos con establecimientos sanitarios de titularidad privada. Es decir, a pagar a empresas para que se encarguen de prestar servicios que se ofrecen en el sistema público de salud. Así lo recoge el informe Sistema de Cuentas de Salud [consultar en PDF, aquí] elaborado por el Ministerio de Sanidad.
La colaboración público-privada se lleva a cabo a través de conciertos, por los que se acuerda la prestación de servicios empleando medios ajenos a la administración sanitaria y que suelen hacerse para aligerar las listas de espera; convenios singulares, que suponen la integración de establecimientos privados en la red pública en los que se atiende a una población determinada; y concesiones administrativas, por las que se acuerda que el sector privado gestione un servicio a cambio de una cantidad de dinero público.
Esa cifra de 10.018 millones de euros supone un 15% de los 66.826 millones de euros de dinero público invertidos en sanidad en 2014. Por tipo de servicio llama la atención el hecho de que más de la mitad (52,9%) del gasto sanitario dedicado a financiar instituciones residenciales de servicios sociales ("establecimientos de atención medicalizada", según el informe) corresponda a conciertos. Es decir, que de los 3.775 millones dedicados a este concepto, 1.997 los gestionaron empresas privadas.
El informe del Ministerio de Sanidad evidencia que la cooperación con la sanidad privada también es estrecha en el ámbito de los proveedores de atención ambulatoria, entre los que se encuentran los centros de salud, los laboratorios médicos y de diagnóstico o la atención domiciliaria. Así, de los 12.273 millones invertidos en este concepto en 2014, se dedicaron a conciertos un total de 3.621 millones de euros. El porcentaje alcanza el 26,5% del total.
Más limitada es la colaboración con la sanidad privada en el ámbito hospitalario. Según este documento, durante 2014 el conjunto de las administraciones públicas (principalmente las comunidades autónomas, que tienen la competencia en materia de sanidad) dedicaron 4.400 del total de 36.976 millones de euros invertidos en este concepto a conciertos (derivaciones de consultas, operaciones...). En este caso, el porcentaje es del 11,9% del total.
Más peso de las empresas
La sanidad pública es uno de los servicios básicos que más afectado se ha visto por los recortes de la crisis económica. De hecho, la inversión pública en sanidad durante el año 2014 (66.826 millones de euros) se vio mermada en un 8,8% respecto a 2011, cuando se consignaron un total de 73.238 millones de euros. Este deterioro ya empieza a relucir en encuestas oficiales como la última del CIS, que evidenció que el 51,9% de la población opina que el sistema sanitario público en España funciona "poco o nada bien".
En paralelo, también decreció el volumen de gasto que destinan las administraciones a contratar con el sector privado en el mismo período. Así, pasó de 10.696 millones de euros en 2011 a 10.018 en 2014. En este caso, sin embargo, el descenso ha sido del 6,3%, un porcentaje inferior al registrado en el conjunto de la inversión pública en sanidad. Es decir, los recortes en sanidad también han afectado a la colaboración con el sector privado, si bien de una manera más leve.
De hecho, haciendo una comparativa con los datos de los últimos años, el análisis evidencia que, en porcentaje, el peso que tiene la colaboración público-privada en el gasto público sanitario ha crecido desde 2011, el último con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Ese año, las administraciones públicas dedicaron el 14,6% de su gasto sanitario en contratar con el sector privado (10.696 millones de euros de un total de 73.238). Mientras que en 2014 el porcentaje ascendió al 15% (10.018 millones de euros de un total de 66.826).
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Por otro lado, el informe Sistema de Cuentas de Salud también pone de manifiesto cómo mientras el gasto sanitario público ha acusado cierto desgaste en los últimos años –6.412 millones de euros menos en 2014 respecto a 2011, un descenso del 8,8%–, el gasto sanitario privado (lo que invierten familias o empresas) sigue creciendo. Los datos oficiales evidencian que ha pasado de 25.930 millones de euros en 2011 a 28.895 en 2015. El aumento es, por tanto, del 11,4%. En números absolutos, 2.965 millones.
Además, las familias fueron quienes soportaron el mayor peso en la financiación sanitaria privada. Así, el consumo final en sanidad de los hogares (medicinas, seguros privados, dentistas...) ascendió en 2014 a 23.324 millones de euros. Es decir, hicieron frente al 80,4% del total del gasto privado. Estas cifras ejemplifican hechos como que el médico haya sido el único ramo del sector de los seguros que ha crecido durante todos los años de la crisis.
Por otro lado, el auge de la sanidad privada se refleja también en el terreno que ha ido arañando al sector público. En 2011, el gasto privado representaba el 26,1% del gasto total en sanidad y las estadísticas reflejan cómo año tras año ha ido subiendo, hasta situarse en el 30,2% en 2014. Por el contrario, en el mismo período, el peso del gasto público descendió 4,1 puntos al pasar del 73,9% al 69,8%.