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'Día das Letras': 20 años del plan de consenso para normalizar el gallego que Feijóo se encargó de borrar

Un hombre con un cartel en el que se lee 'Eu amo o galego' participa en una manifestación, bajo el lema: ‘Queremos Galego’, a 17 de mayo de 2022, en Santiago de Compostela.

David Lombao

Aquí puedes leer el artículo original en gallego.

Cuando alguien obtiene una plaza para trabajar en la Xunta, el Gobierno gallego le facilita el acceso al Manual de acogida. Se trata de una publicación concebida para "facilitar la incorporación" del personal público acercándolo a diversos aspectos del trabajo diario. Una de las áreas sobre las que es informado es la normalización lingüística y, dentro de esta, el Manual bosqueja la importancia de uno "de los avances más importantes en política de extensión del uso social del gallego", el Plan Xeral de Normalización da Lingua Galega (PXNLG).

Esta publicación de uso interno es uno de los últimos reflejos que, sobre el papel, el Gobierno gallego dio a un documento que está a punto de cumplir veinte años con gran parte de sus preceptos todavía pendientes de cumplir. Así sucede a pesar de tratarse de un plan que fue fruto de un amplio trabajo de una comisión técnica y siete comisiones sectoriales, culminado después por un consenso político que fructificó, el 21 de septiembre de 2004, en una votación unánime del Parlamento, compuesto como ahora por PP, BNG y PSdeG.

Se da la circunstancia de que un plan impulsado desde el ámbito institucional y que, apoyado en diversos sectores sociales fructificó definitivamente en el ámbito parlamentario y gubernamental, acabó con el tiempo regresando al espacio social y reivindicativo. En buena medida por la renuncia del Gobierno gallego a aplicarlo, especialmente en los primeros compases del retorno del PP a la Xunta en 2009 cuando, de la mano del entonces conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, el gabinete de Alberto Núñez Feijóo redujo el Plan Xeral a un "remolino de ideas" o, como mucho, a una "referencia".

La reivindicación a la aplicación del PXNLG está este año en el núcleo de la movilización de la Plataforma Queremos Galego por el Día das Letras, este 17 de mayo. Considera el colectivo que la mayoría de las más de 400 medidas contenidas en el plan "no solo no se desarrollaron, sino que sufrieron importantes retrocesos". 

Mientras, desde el PP y sectores afines –no así desde la Secretaría Xeral de Política Lingüística– se sitúa a esta plataforma y a sus reivindicaciones en el ámbito de la radicalidad. Así lo hicieron también Feijóo, el actual presidente Rueda y otros cargos cuando el Gobierno de coalición PSdeG-BNG, que tomó posesión menos de un año después de la aprobación unánime del PXNLG, comenzó a aplicar el plan en ámbitos como la enseñanza para garantizar que, por lo menos, la mitad de las materias escolares fuesen impartidas en lengua gallega.

Diagnóstico que sobrevive 

Casi dos décadas después, buena parte del diagnóstico y algunas de las propuestas del PXNLG resuenan más en el campo reivindicativo que en el ejecutivo o gubernamental. Por ejemplo, a la hora de contrastar los "puntos fuertes" del idioma, como "una base social muy amplia de hablantes", la "presencia en todo el territorio", la existencia de los medios públicos de comunicación o la "mejora de la imagen y de la presencia pública" con los "puntos débiles" o materias pendientes.

Así, ya en aquel momento el Plan prendía luces de alertas sobre elementos como el aumento "del número de padres que crían a los hijos en castellano" o la "persistencia de inercias no galleguizadoras en las clases altas". Pero también la "escasa sintonía de los sectores económico y empresarial" con los movimientos a favor del gallego, que "los transmisores afectivos de la lengua son viejos", la "utilización ritual del gallego por parte de algunos cargos públicos" o hasta la "incoherencia de ciertas entidades que celebran el Día das Letras Galegas pero el resto del año son indiferentes o contrarias al uso de la lengua gallega".

En este sentido, el documento oficial evidenciaba hechos como la "ausencia casi total del gallego en las guarderías y escuelas infantiles, mayormente en las privadas, que están creando generaciones nuevas impermeables al gallego" o que "la CRTVG no fue capaz de llegar todavía a la audiencia juvenil y urbana". También la "escasa efectividad" de las "ayudas oficiales a los medios privados para aumentar el uso del gallego" porque, admitía, "el poco gallego que aparece es lo que se paga".

Propuestas derogadas o pendientes

Sobre diagnósticos como estos, el Plan fijaba objetivos generales que después serían repetidos, también, más en el ámbito reivindicativo, tales como "garantizar la posibilidad de vivir en gallego a quien así lo desee, sabiendo que cuenta con el amparo de la ley y de las instituciones". Y lo hacía juntando principios generales con medidas muy concretas, algunas de ellas que llegaron a ser aplicadas y después derogadas, otras parcialmente ejecutadas y otras que continúan pendientes veinte años después.

La enseñanza es, posiblemente, el mejor ejemplo de avance y retroceso en la aplicación del Plan. Así, en el año 2007 el Gobierno de coalición aprobó un nuevo decreto del uso del gallego en la educación con medidas como el ya citado mínimo del 50% de la docencia en gallego en todos los niveles y su conexión a materias del área científico o técnico como las matemáticas, habitualmente instaladas en el castellano.

A pesar de llegar a transcribir literalmente lo estipulado en el PXNLG, en 2010, Feijóo cumplió su promesa de derogar el decreto –que había sido inicialmente pactado también con el PP–, redujo la presencia de la lengua propia en las aulas y la vetó explícitamente de materias como las matemáticas alegando lucha contra la "imposición". Poco después excluyó las escuelas infantiles de las acciones de normalización lingüística mediante el rediseño gráfico y político de las antiguas Galescolas, a pesar de responder también al mismo Plan.

Pero el Plan Xeral iba mucho más allá de la enseñanza. Así, por ejemplo, proponía medidas concretas como condicionar las "subvenciones a la producción en gallego" en los periódicos "a cambio de un porcentaje" de contenidos en la lengua propia de Galicia efectivamente publicados "y no a priori" o varias líneas para "modernizar" la programación de la CRTVG y procurar un mayor acercamiento a la juventud.

De la Iglesia o las orquestas a la tecnología

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También se centraba en ámbitos tan diversos como la galleguización de la liturgia católica mediante la negociación con la Iglesia, pero también con acciones como una campaña bajo el lema Dios, que nos dio la palabra, las entiende todas (también el gallego). Resaltaba, igualmente, la importancia de que el gallego fuese un idioma de uso normal en el repertorio de las orquestas de verbena o en diversas actividades empresariales y tecnológicas. 

Simultáneamente, el PXNLG bosquejaba acciones que todavía veinte años después están asentándose, tales como propiciar el acceso en gallego a producciones audiovisuales internacionales. O también "potenciar la investigación de la traducción automática, el reconocimiento y la síntesis de voz, y otras nuevas técnicas que faciliten la opción positiva en el mercado de la información y de la comunicación, y que aseguren la libre circulación del gallego en los sistemas avanzados de la vida moderna", lo que actualmente cristaliza en el Proxecto Nós.

Con esto de fondo, esta semana el nuevo conselleiro con competencias en materia de Lingua, José López Campos, comparecía por primera vez en el Parlamento realizando a los grupos parlamentarios una llamada a tejer los "consensos necesarios para seguir impulsando y prestigiando el uso del gallego en todos los ámbitos" y hacerlo "desde la cordialidad y la libertad" para "trabajar juntos en una de las grandes riquezas de Galicia". No se detuvo, no obstante, en concretar la aplicación del Plan unánime que está a punto de cumplir veinte años.

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