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Podemos

La discusión sobre un congreso extraordinario en Podemos se interpone en la negociación con Sánchez

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.

Los dirigentes de Podemos toman posiciones en los días previos al Consejo Ciudadano Estatal –el máximo órgano del partido entre congresos– que debe servir para analizar el mal resultado de las elecciones del 26 de mayo. El secretario general, Pablo Iglesias, ha convocado una reunión de este órgano para el sábado, y varios dirigentes territoriales exigirán a la dirección estatal que asuma responsabilidades. La mayor parte de estos barones, no obstante, se muestran cautos antes de que tenga lugar la cita. Pero ha sido un ex secretario general, el madrileño Ramón Espinar, quien ha puesto encima de la mesa una posibilidad que lleva sobrevolando Podemos desde que se conoció el batacazo del 26M: la de convocar un congreso extraordinario para renovar tanto la línea política como la dirección del partido.

El día inmediatamente posterior al desplome de Podemos en las autonómicas, municipales y europeas, Iglesias convocó a los medios para ofrecer un mensaje breve, pero claro: el partido debía estar unido porque, pese a su mal resultado, aún estaba en disposición de entrar al Gobierno de Pedro Sánchez. Y, por ello, ni cabía pensar en adelantar el congreso de Vistalegre III –que, si no hay cambios de planes, no tendrá lugar hasta febrero de 2021– ni Iglesias se planteaba la dimisión. "Somos conscientes de las fuerzas que tenemos" y con esas fuerzas "tenemos que tratar de ayudar a construir un Gobierno de coalición" en el que "podamos estar en la proporción modesta" que nos corresponde, insistió Iglesias, cuya prioridad sigue siendo que Unidas Podemos alcance el Consejo de Ministros.

En esa misma comparecencia, Iglesias anunció que convocaría al Consejo Ciudadano de Podemos para valorar los resultados, y desde entonces algunos de los dirigentes territoriales han lanzado mensajes más o menos críticos contra la dirección estatal, a la que acusan de haber sido (al menos en parte) la causante de sus malos resultados. Buen ejemplo de ello es el secretario general autonómico de Aragón, Nacho Escartín, que asumió parte de la responsabilidad del descalabro de Podemos en su comunidad –donde el partido ha pasado del 20% de los votos al 8% a nivel autonómico– pero, en un texto escrito al dia siguiente de las elecciones, también denunció "las luchas internas, el ninguneo y desprecio de Madrid con los territorios, las ocurrencias como lo de Amancio Ortega" y "el fuego amigo constante".

Ese mismo día, Escartín fue aún más lejos al asegurar en la Cadena Ser que "si el rey está desnudo, hay que decirlo abiertamente", aunque no citó expresamente a Iglesias. Y, en la misma línea, Ramón Espinar aseguraba este domingo en un artículo en eldiario.es que es imperiativo convocar una "Asamblea ciudadana" –un congreso– extraordinaria, lo cual implica celebrar primarias para escoger una nueva dirección. "Sin elecciones próximas en el horizonte, hay tiempo para analizar y abrir debates sobre las causas cualitativas del desastre", porque "la actual dirección de Podemos" está ofreciendo un "análisis exculpatorio" sobre los resultados electorales, criticó Espinar en su artículo, aunque posteriormente matizó y sostuvo que "no es tiempo" de buscar un relevo para Iglesias.

El análisis político, antes de los nombres

Por el contrario, otro secretario general autonómico consultado por infoLibre también apunta a la dirección estatal para explicar la causa de los malos resultados de Podemos el 26M, pero pide templar los ánimos y centrar el análisis a partir del sábado en el por qué del batacazo y no en los dirigentes. "Obviamente, si se baja en todos los sitios es que hay una causa común, aunque también pueda haber causas particulares en cada territorio, pero el debate que tenemos que hacer es estratégico, no centrado en las personas", sostiene este barón, que plantea la posibilidad de celebrar una suerte de "conferencia política" en la que se renueve la hoja de ruta de Podemos para los próximos años. "Luego ya debatiremos sobre personas", señala.

Y algo similar pide la dirección andaluza de Podemos, una de las tradicionalmente más críticas con Iglesias, cuyo número dos, Pablo Pérez Ganfornina, ha planteado la necesidad de "que se asuman las responsabilidades que se tengan que tener", aunque antes de eso lo imprescindible es iniciar "un debate sobre lo que ha pasado". "Toca debatir tranquilamente primero sobre la política, sobre cuáles son las tareas, prioridades, y después sobre quiénes ocupan los puestos", insistió Ganfornina, que sostuvo que tras ese análisis se podrán "poner en el centro las personas que mejor pueden desarrollar la tarea". Y otras fuentes de la dirección andaluza de Podemos coinciden: "Ahora mismo, es ridículo salir a decir 'Pablo, dimite', pero es imprescindible abrir un debate desde abajo" y yendo más allá de una mera consulta a los inscritos, sostienen.

En cualquier caso, el hecho de que varios líderes autonómicos coincidan en responsabilizar, en mayor o menor medida, a la dirección estatal de los malos resultados no implica que todos ellos hagan un análisis común sobre las causas, lo cual dificulta la creación de un eventual frente común contra Iglesias a largo plazo. La relación con IU es un buen ejemplo de estas disensiones. Mientras Podemos Aragón, por boca de Escartín, ha dejado ya caer que "no siempre la suma multiplica ni tampoco la diferencia amplía el espacio", la dirección andaluza reivindica sus resultados en las autonómicas –los mejores a la izquierda del PSOE de toda España– para insistir en su férrea defensa de una coalición estable con IU.

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La negociación con el PSOE

Pese a la tormenta de críticas, por el momento la prioridad para la dirección de Podemos sigue siendo tratar de sacar adelante la negociación con Sánchez. Alcanzar el objetivo de alcanzar carteras ministeriales, además de la obvia ganancia de poder político, permitiría a Iglesias salir reforzado de cara a su disidencia interna. Y algunos barones territoriales advierten de que iniciar un intercambio público de reproches perjudicaría a Podemos en esa negociación. "Ahora lo que toca es negociar gobiernos progresistas, abrir un melón interno nos debilita", analizan algunas de estas fuentes.

No obstante, tampoco hay una coincidencia total con respecto a este asunto. La dirección andaluza, controlada por el sector anticapitalista de Podemos, se ha mostrado reacia a entrar en un Gobierno del PSOE desde hace semanas y tiene previsto volver a mostrar su oposición en el Consejo Ciudadano estatal del próximo fin de semana con el aval que le da ser uno de los territorios donde mejor ha resistido la formación morada. "Gobernar con el PSOE es cambiar la naturaleza original de Podemos", afirman fuentes de Podemos Andalucía.

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