Economía
EEUU y la UE abren la negociación sobre libre comercio a pesar del espionaje
La Unión Europea y Estados Unidos celebran entre el 8 y 12 de julio en Washington la primera ronda de negociaciones del Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) que finalmente la parte europea no ha suspendido a pesar del escándalo del espionajea pesar del escándalo del espionaje estadounidense debido al "enorme impacto económico para la economía europea, pero también para la economía estadounidense".
El acuerdo podría aumentar entre el 0,5% y el 1% del PIB europeo y traducirse en unos 545 euros por hogar. La UE defenderá la eliminación de "todas las tarifas (aduaneras) que sean posibles" con excepciones "limitadas" para productos "de mayor sensibilidad". Por el momento se ha excluido de las conversaciones el sector audiovisual.
El volumen de intercambios comerciales alcanza los 2.000 millones diarios por lo que el acuerdo tendría "un impacto enorme". Los aranceles medios en vigor son "bajos" del 4%, aunque son "bastante más elevados" en el caso de los productos agrícolas y pesqueros, industriales o textiles, hasta el 25 o 30% según los casos.
La parte europea apuesta porque las tarifas que se eliminen tengan efecto "inmediato". Estados Unidos, en cambio, ha pedido aplazar la negociación sobre tarifas a "una fase posterior".
Espionaje
En paralelo a las negociaciones comerciales, este lunes se reunirá también en Washington el grupo de expertos UE-EEUU en el que las autoridades estadounidenses se han comprometido a dar explicaciones sobre sus supuestas actividades de espionaje en Europa, solicitado por países como Francia.
Se tratarán cuestiones de privacidad y protección de datos de los ciudadanos europeos, según ha dicho el presidente José Manuel Durao Barroso. "Espero que lleve a la clarificación con el fin de reforzar la confianza que será necesaria para lograr los acuerdos muy ambiciosos que esperamos en comercio", ha asegurado el portugués.
Dificultades en agricultura
La UE anticipa en todo caso que las tarifas agrícolas serán un capítulo difícil, así como la protección de las Indicaciones Geográficas, aplicadas a productos cuyas características están relacionadas con su origen geográfico como "el queso, el jamón", aunque ya hay un acuerdo bilateral que protege las IG europeas, según una fuente europea.
La parte europea también aspira a resolver "rápidamente" la prohibición actual "sin justificación alguna" a la carne de vacuno europea y mejorar también la expotación de sus frutas y hortalizas.
Límites
La UE ha dejado "muy claro" que no negociará "una modificación" de su normativa en materia sanitaria y fitosanitaria, que prohíbe la utilización de hormonas ni cambiará su normativa sobre organismos genéticamente modificados. Sin embargo, sí tiene "intereses ofensivos" en estas áreas frente a las trabas impuestas a los productos agroalimentarios europeos para acceder al mercado estadounidense.
Entre las exportaciones confía en eliminar las restricciones sobre el gas y tratará de "convencer" a Estados Unidos de incluir los servicios financieros en la negociación.
Apertura de la contratación pública
Respecto a la compra de bienes y servicios y la contratación de obras por parte de entes públicos la parte europea aspira a lograr un mercado "lo más abierto posible", especialmente en el sector del transporte ferroviario. No está claro que el sector de la defensa se aborde por "sensibilidades significativas".
La UE tiene también un interés muy claro en hacer "más compatibles" los sistemas normativos en sectores como el automovilístico, farmacéutico, químico y servicios financieros pero sin modificar las legislaciones de ambas partes.
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Ronda de calentamiento
La ronda servirá para preparar sobre todo la próxima reunión, "probablemente en octubre" en Bruselas. Se espera que se celebren dos rondas más antes de final de año. “Hemos estado trabajando durante más de un año antes de anunciar las negociaciones", ha explicado una fuente europea.
Las negociaciones estarán encabezadas por parte europea por el director de Comercio responsable de EEUU y Canadá, Ignacio García Bercero, y por parte estadounidense por el asistente del representante de Comercio para Europa, Dan Mullaney.