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Las propuestas del PP

Feijóo elogia el modelo portugués de salarios bajos, fiscalidad reducida y normas ambientales más laxas

Alberto Núñez Feijóo se fotografía con seguidores del PP en la Feria Internacional Ganadera de Zafra (Badajoz),

Alberto Núñez Feijóo tiene un modelo. El presidente del Partido Popular no suele detallar mucho cuáles son sus propuestas para España, pero este lunes, en un acto con empresarios en Cáceres, dio pistas muy concretas al elogiar el modo en el que Portugal está atrayendo empresas y, con ellas, personas con grandes patrimonios. 

Lo hizo para profetizar una fuga de españoles con grandes fortunas al vecino país después de que el Gobierno haya anunciado un impuesto temporal que tendrán que pagar las 22.935 personas (apenas un 0,1% de los declarantes) que en España poseen más de tres millones de euros. 

¿Por qué a Portugal? Según Feijóo, porque el presidente luso, António Costa, al que calificó de “verdadero socialdemócrata” en contraposición a Pedro Sánchez, ha hecho posible que allí se pueden montar empresas en las que los trabajadores cobran menos y por los que hay que abonar menos cotizaciones y porque se pagan menos impuestos. “No tienen donaciones, sucesiones ni patrimonio”, subrayó, así que cuando se anuncian impuestos para las grandes fortunas —él se refirió a las personas “que tienen patrimonio”, en general, sin aclarar que se trata sólo de los más ricos— “estamos empujando las inversiones hacia el otro lado” de la frontera.

Dos ventajas, bajos salarios e impuestos reducidos, a los que hay que sumar normas urbanísticas y de suelo más permisivas y regulaciones medioambientales “más laxas”, añadió. “Yo he vivido (siendo presidente de la Xunta) cómo empresas proveedoras de Inditex y del sector de la automoción se han instalado en Portugal”, enfatizó confesando de paso que se trata de un fenómeno anterior a la reforma fiscal del Gobierno de Sánchez que ya existía durante el mandato de Mariano Rajoy.

“Es un error en este momento decirle a los inversores, a los patrimonios españoles, que aquí no son bien recibidos y pueden irse a Portugal, donde son muy bien recibidos. Es una irresponsabilidad y una gran equivocación”, remarcó.

Feijóo dejó muy claro que se opone a que las grandes fortunas de España contribuyan más, durante dos años, a financiar el esfuerzo que está soportando el Estado para compensar los desequilibrios que está causando la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania.

“Se lanza un mensaje muy, muy antiguo”, aseguró parafraseando una intervención del expresidente Mariano Rajoy en el Foro La Toja de la semana pasada. “Volver a hablar otra vez de ricos y pobres, volver a señalar a las empresas como responsables, incluso con nombres y apellidos en algún caso, eso en la Unión Europea no se hace ya”, subrayó. Porque “la gente que tiene dinero ya paga impuestos”. Que nadie piense “que no pagaban impuestos hasta la fecha; han pagado impuestos toda su vida”.

Una “broma”

“Dejémonos de bromas, esto no es un reforma fiscal, es un incremento de impuestos de 3.000 millones de euros”, concluyó pasando por alto que sólo se subirán a las patrimonios de más de tres millones de euros y se bajarán a todos los contribuyentes que ingresen menos de 21.000 euros al año, que son quienes más están sufriendo las consecuencias de al inflación  y que, según el Ministerio de Hacienda, son el 50% de los trabajadores de nuestro país. Y aunque lo considera una subida, Feijóo criticó que el nuevo modelo no vaya a tener efecto hasta el año que viene. 

El PP se prepara ya para recurrir las medida en cuanto sea aprobada si encuentra un resquicio legal, seguramente en nombre de una supuesta invasión de competencias. Para hablar de este asunto, el vicesecretario de Economía de Feijóo, Juan Bravo, se reunió este lunes con los consejeros del ramo de las comunidades gobernadas por su partido (en solitario o en coalición con la extrema derecha de Vox) y adelantó que juntos “van a defender hasta el final” sus competencias para evitar que de forma excepcional y durante sólo dos años los más ricos contribuyan más a la caja común del Estado.

En el mismo acto en Cáceres, además de criticar la reforma fiscal del Gobierno, el líder del PP se mostró especialmente preocupado por la deuda pública española y advirtió del riesgo de que España entre una crisis financiera como la de 2008. En su razonamiento, Feijóo cuestionó que la economía esté en crecimiento —en contra de todos los indicadores disponibles— y que lo haga por encima de las grandes economías europeas, en particular la alemana. “Tenemos que crecer. Si el país no crece, si no mejoramos el PIB, los ingresos por crecimiento, vamos a tener empresas más débiles. La obsesión de la política económica debe ser crecer”.

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Admite Feijóo que “la inflación la vamos a contener”, aunque según él por lo que llama “el efecto escalón". "El año pasado teníamos mucha y ahora ya empezaremos a bajar porque la comparamos con trimestres muy altos", señaló. Así que lo que más le preocupa ya no es la inflación, “es la deuda". "España llegará a 1,5 billones de deuda este año. Cuidado con esto porque vivimos la crisis de deuda en el año 2011 con la prima de riesgo y España tenía que dedicar unos 40.000 millones a pagar los intereses de la deuda”, avisó.

El líder del PP aprovechó su presencia en un acto con empresarios para sembrar dudas acerca del uso que está dando el Gobierno a los fondos europeos —“no se sabe muy bien dónde están”, afirmó—y repetir sus propuestas en materia energética. Feijóo defiende en este punto un cambio de prioridades. 

“Hay que darle una vuelta” y renunciar a completar la transición energética en 2030 “como si no hubiese pasado nada”. Mantener los objetivos fijados por la Unión Europea para afrontar las consecuencias de la crisis climática, a su modo de ver es imponer “la ideología a la realidad”. En vez de eso, defendió, hay que reabrir térmicas para quemar carbón y otros combustibles fósiles que la comunidad científica considera responsables de la situación catastrófica del clima del planeta y mantener vivas las centrales nucleares.

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