Crisis en el PSOE
Fieles a Pedro Sánchez ven en el paso de Patxi López un intento de dividir a los díscolos
"Una maniobra". "Una posible operación en ciernes". Así definen algunos diputados del PSOE que rompieron la disciplina de voto en la sesión de investidura de Mariano Rajoy el paso del expresidente del Congreso y exlehendakari Patxi López, quien, el pasado sábado, publicó un artículo en El País donde desgranó su propuesta para renovar el proyecto socialista, que atraviesa sus horas más bajas.
El texto, titulado Un nuevo proyecto para un nuevo siglo, no pasó desapercibido en ningún sector. Entre los fieles a Sánchez no son pocos quienes ven detrás de ese documento la mano del ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, alejado de la primera línea pública de la política pero que sigue manejando hilos, y que el pasado septiembre se incorporó al Consejo Editorial del diario de Prisa.
"Sabiendo que Alfredo está en el Consejo Editorial de El País, creo que está todo dicho", dice un diputado defensor del no a Rajoy. "Lo entiendo como algo directamente impulsado por Rubalcaba", añade otro miembro del grupo parlamentario socialista. Esta última fuente considera que el objetivo de la maniobra sería "dividir a los partidarios de Pedro [Sánchez]" y "desmoralizar" a "los suyos".
Fuentes consultadas por este diario apuntan que López, que formó parte de la Ejecutiva de Sánchez, "se ha distanciado" de aquel. Sin embargo, mantiene buena relación con otros integrantes de aquella dirección. "Lanzar a Patxi busca aglutinar a los restos del sanchismo. Es el principio de una puesta en escena cautelosa", sostiene un diputado afín a Sánchez, que además admite que el exlíder del PSOE ha perdido apoyos en las últimas semanas.
Otra fuente del grupo parlamentario socialista coincide con este análisis y cree, además, que Rubalcaba podría impulsar a López frente a Susana Díaz. "O, al menos, para avisarle de que no lo tiene todo hecho", agrega. El razonamiento es que el sector que derrocó a Sánchez no se mantendrá tan unido como hasta ahora cuando se abra la batalla por el control del partido: no todos apostarán por los mismos nombres.
La candidatura de Patxi López ya sonó semanas atrás. El 26 de octubre, días antes de la votación de investidura, el secretario general del PSE de Bizkaia, Mikel Torres, afirmó que López es la "mejor opción" para liderar el partido por "trayectoria política" y "carisma". "Torres es uno de los hombres más vinculados a Patxi", recuerda un cargo de los socialistas vascos: "Así que no creo que fuera casual", opina.
Entre los diputados y cargos del PSOE hay dudas de que López vaya a pelear por la Secretaría General. "Tendría que haber optado hace dos años", dice un diputado en referencia a las primarias de 2014, cuando se barajó la posibilidad de que López se presentara. Finalmente no lo hizo: compitieron Pérez Tapias, Madina y Sánchez, y ganó este último.
Antes aún, cuando Zapatero anunció en 2011 que no repetiría como candidato, el entonces lehendakari también tuvo un papel relevante: apostó por un congreso urgente para elegir a un nuevo líder en el PSOE en lugar de celebrar primarias a la candidatura para la Moncloa. Aquello se entendió como una maniobra auspiciada por Rubalcaba –que finalmente se hizo con el control del partido– y contra Carme Chacón, defensora de las primarias y aspirante entonces a ganarlas para suceder a Zapatero.
Sánchez sigue ausente
Por su parte, el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez sigue ausente de la vida política española. Este lunes, martes y miércoles Sánchez está de visita en Washington, donde asiste en calidad de invitado a un seminario organizado por el Centro Interamericano de Gerencia Política. Sánchez también será ponente de un seminario sobre las elecciones presidenciales en las que se enfrentan este martes Clinton y Trump.
Sus colaboradores admiten que por ahora quieren ser "extremadamente prudentes" para "no generar expectativas". Los miembros de su equipo de comunicación afirman que Sánchez "está trabajando" y que "cumplirá su compromiso" de escuchar a los militantes. Añaden que hay "invitaciones" de agrupaciones para que el exlíder asista a actos. Pero por ahora se reservan: "No queremos emitir", dice una de estas voces.
Entre los cargos del PSOE cercanos a Sánchez son varios los que consideran que está "pinchado" o que no tiene futuro. Varios de ellos apuntan a la entrevista que concedió a Salvados como origen de muchos de sus nuevos males. "En esa entrevista no estuvo prudente, perdió tropas ahí", dice uno de estos dirigentes. "Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero Pedro se equivocó en Salvados", añade un diputado sanchista.
Sobre sus próximos pasos, estas mismas fuentes creen que "Sánchez tiene que reflexionar, ver cómo se plantea una posible alternativa liderada por él mismo y, sobre todo, con quién o quiénes la construye". De momento, añaden estas voces, Sánchez "no se mueve": mantiene contactos regulares con cargos afines a quienes consulta, y el pasado jueves reunió a varios de ellos por primera vez. Pero no hay ningún planteamiento concreto.
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Si Sánchez se decide a dar un paso al frente, añade una diputada, lo tendrá "muy complicado". Lo primero, por "falta de medios" para organizar una verdadera campaña con la que retomar el control del PSOE: "Va a tener un problema económico para sustentarlo". Y, en segundo lugar, porque el Congreso del partido aún no está convocado: "La gestora controla los tiempos y por ahora no hay plazos", dice.
Los planes de la dirección provisional pasan por poner fecha al cónclave en un Comité Federal en diciembre, para después abrir un largo periodo de ponencias. Para el sector mayoritario ese tiempo de reflexión es necesario para repensar el proyecto. Para los sanchistas, que desean primarias cuanto antes, se trata de "un paripé para retrasarlo todo". La cúpula del PSOE quiere que el congreso del partido se aplace al menos hasta junio.
En esa misma línea, este lunes, en un almuerzo organizado por la Fundación Siglo XXI, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirmó que "en pocas semanas" deberían establecerse las bases para realizar "un diagnóstico profundo" de la situación del PSOE antes de ponerse a hablar "de nombres propios" para encabezar Ferraz, una etapa que llegaría más tarde.