Homofobia
La Iglesia “ni se plantea” suspender al cura que se alegró del cáncer de Zerolo
La Iglesia católica no va a apartar de sus funciones a Jesús Calvo, el párroco que el pasado 9 de enero afirmó que el cáncer de Pedro Zerolo es un "castigo" de la "divina providencia, que intenta ejemplarizar". Calvo realizó estas declaraciones en el programa La Ratonera de Alerta Digital TV, emisión durante la que también aseguró que la pena de muerte es "doctrina católica".
Las polémicas palabras de Calvo llegaron apenas 48 horas después de que el concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid y secretario de Movimientos Sociales del PSM, Pedro Zerolo, informase de que le había sido detectado un tumor diagnosticado finalmente como cáncer.
La diócesis de León, de la que depende el polémico cura, ha asegurado que las palabras de Calvo son "en algún momento ofensivas para algunas personas" y "totalmente improcedentes en un clérigo". Por ello, concluye, "no pueden ser compartidas en manera alguna por nuestra diócesis".
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Sin embargo, y a preguntas de infoLibre, responsables de comunicación de la diócesis han afirmado que "ni se plantean" por el momento suspender de forma temporal o definitiva a Calvo, tal y como reclama una campaña de recogida de firmas en Change.org que ha recogido hasta la fecha más de 20.000 firmas. "En este caso no se contempla [la expulsión], ni mucho menos", han reiterado estas mismas fuentes.
En una nota enviada a los medios, la Iglesia recuerda que no es la primera ocasión en la que se dirige a Jesús Calvo por sus polémicas intervenciones en cadenas televisivas de ultraderecha, y asegura que "en fechas recientes se le hizo ver el deber de abstenerse de la emisión de declaraciones de índole política" para "no ser fuente de división". "En ese momento –concluye el comunicado–, Jesús Calvo se comprometió a no volver a intervenir (...) en medios públicos de comunicación".
La Iglesia recuerda igualmente que Calvo "debe renunciar a empeñarse en formas de política activa, sobre todo cuando es partidista, como sucede casi inevitablemente, para seguir siendo el hombre de todos en clave de fraternidad espiritual". Pese a todo, y aunque fuentes de la diócesis insisten en desmarcarse de sus palabras "chocantes" e "indelicadas", no hay castigo a la vista para el párroco.