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Interior intenta deportar a parte de los saharauis que estaban retenidos en el aeropuerto de Barajas

Concentración de apoyo a los solicitantes de asilo saharauis en Barajas.

El Ministerio del Interior ha intentado deportar a una parte de los 35 saharauis que permanecían retenidos en Barajas, pero al menos un grupo de los solicitantes de asilo se negó a subir al avión y continúa en dependencias del aeropuerto, según informa EFE. Según han informado fuentes jurídicas, más de 40 personas, entre los que había una veintena de saharauis, fueron trasladados la noche del pasado domingo desde las salas de asilo a la pista de despegue.

Un grupo de saharauis, entre los que se encontraban varias mujeres y dos niños de un año, trasladó a los agentes de la Policía presentes en el lugar que no querían irse y que harían "todo lo posible" para resistirse, por lo que no llegaron a bajarse del coche policial y fueron llevados de vuelta a las salas de asilo del aeropuerto, precisan las fuentes. 

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Una de las mujeres que iba a ser deportada la noche del domingo y que finalmente se quedó en el aeropuerto es Rachida Amaador, de 32 años, tía de Husein Bachir Amadour, un activista saharaui que llegó a España en patera en 2019 y fue devuelto a Marruecos, donde cumple 12 años de cárcel por el homicidio de un joven durante unos enfrentamientos entre facciones estudiantiles.

Según ha informado a EFE su abogada, María Vieyra, después de haber visto denegada su solicitud de protección internacional, solicitó un reexamen de su petición, en el que, según la letrada, se aportaron "muchas pruebas", pero este fue denegado de nuevo, "muy rápido".  Le notificaron que sería deportada en un vuelo a Marrakech que salía de Madrid a las 23:50 pero, ante la negativa de esta para entrar en el avión, fue finalmente trasladada de vuelta a las salas de asilo del aeropuerto, donde permanece ahora.

Fuentes policiales han indicado a EFE que estas situaciones no son excepcionales cuando ciudadanos que van a ser deportados tienen que subir al avión, momento en el que tratan de resistirse y el comandante de la aeronave decide, por seguridad, que esas personas no viajen. Según las fuentes consultadas, es la forma de paralizar la expulsión y volver a solicitar asilo de nuevo, aunque ya se les haya denegado en alguna ocasión.

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