Conflicto palestino-israelí
Israel encuentra en Vox a su principal aliado ante el silencio del PP y la apuesta de la izquierda por los dos Estados
La tensión en Oriente Próximo continúa en ascenso. El diluvio de bombas que el Ejército de Israel ha dejado caer sobre la Franja de Gaza en la última semana ha dejado ya más de dos centenares de muertos –58 de ellos niños– y más de un millar de heridos, frente a la decena de ciudadanos israelíes fallecidos como consecuencia de los cohetes lanzados desde suelo palestino. A pesar de los pronunciamientos de la comunidad internacional y de las llamadas a la calma, nada ni nadie está siendo capaz de poner freno a una escalada de violencia que también está marcando parte del debate político en España. Poco a poco, los principales partidos han ido tomando posiciones en el conflicto. Algunos, como Unidas Podemos o Vox, lo han hecho sin ambages, respaldando con firmeza a alguna de las partes implicadas. Otros, como PSOE o Ciudadanos, haciendo llamamientos –aunque con matices– a la "convivencia pacífica". Solo el principal partido de la oposición, el PP de Pablo Casado, ha evitado por el momento pronunciarse con claridad sobre las hostilidades.
La tensión empezó a incrementarse en la zona a finales de abril, cuando se registraron importantes enfrentamientos entre las fuerzas policiales hebreas y un grupo de manifestantes palestinos que protestaba contra una marcha ultraderechista que se dirigía hacia la Ciudad Vieja de Jerusalén al grito de "muerte a los musulmanes". Una olla a presión que terminó estallando a comienzos de mayo con los enfrentamientos en la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar sagrado para los musulmanes. En ese momento, el enfrentamiento se recrudeció. Cientos de cohetes comenzaron a dispararse desde la Franja de Gaza hacia Tel Aviv, lanzamientos –la mayoría interceptados por el escudo antimisiles hebreo– reivindicados por Hamás. Israel, por su parte, respondió con artillería y cientos de toneladas de bombas en una escalada de violencia que comienza a tomar el preocupante rumbo del escenario que se vivió en 2014 con la operación Margen Protector: cincuenta jornadas de enfrentamiento y más de dos millares de muertos.
Con la escalada de tensión en Oriente Próximo, los principales partidos españoles han ido tomando posiciones. El primero en hacerlo fue el PSOE. "Condenamos el lanzamiento de cohetes desde Gaza a Israel, que ha provocado una escalada del conflicto, y los bombardeos de Israel a la Franja de Gaza. Las vidas de civiles han de ser protegidas y todos los líderes deben actuar con responsabilidad en la lucha contra los extremismos y en la preservación del estatus histórico de los lugares sagrados", sostuvo la pasada semana el secretario ejecutivo de Política Internacional socialista, Héctor Gómez, quien no dudó en mostrar también su preocupación por la amenaza de desahucio que pesa sobre decenas de familias palestinas de Jerusalén que viven en el distrito de Sheij Yarrah desde hace décadas después de que colonos ligados a la extrema derecha esgrimiesen títulos de propiedad sobre las edificaciones, un asunto que está a la espera de sentencia del Tribunal Supremo.
Para el PSOE, el único camino posible para alcanzar la paz y la seguridad en la zona pasa por el abandono de la violencia y la apuesta por un diálogo "pacífico" que permita la solución de los dos Estados: Israel y Palestina. Avanzar en esa dirección siempre ha sido la posición firme mantenida por los socialistas. Así se lo trasladó de hecho en noviembre de 2017 el propio Pedro Sánchez al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en una reunión mantenida a los pocos meses de volver a coger las riendas del PSOE. Y así lo seguía manteniendo la formación en el programa electoral para las elecciones generales de abril de 2019 –desapareció en el de noviembre–: "Impulsaremos el reconocimiento del Estado palestino por parte de los Estados miembros de la UE. Trabajaremos sobre la solución de los Estados –Israel y Palestina– basada en las fronteras de 1967 y con la capitalidad compartida de Jerusalén".
Unas horas más tarde, fue Unidas Podemos el que exigió, con más firmeza, el fin de los ataques israelíes: "Condenamos rotundamente la violencia y exigimos a Israel el cese de los ataques directos sobre la población civil palestina". A través de un comunicado, el grupo parlamentario cargó contra las "décadas de crecimiento de las colonias israelíes", contra el "bloqueo colectivo" a Gaza, contra la "apropiación de tierras y agua", las "detenciones arbitrarias" o el "aumento de la violencia de los colonos". Por eso, la nota demandaba a la ONU, a la Unión Europea y a España como Estado del que ellos mismos forman parte del Gobierno "la implementación del conjunto de resoluciones internacionales" que piden "acabar con la ocupación, el bloqueo, el apartheid, la colonización, la venta de productos de las colonias y el uso de armamento violando los derechos humanos".
"Ataque del terrorismo yihadista"
Frente a esas críticas, el grupo Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM) lleva una semana trabajando a pleno rendimiento en redes sociales para instalar su propio relato sobre el conflicto en la Franja de Gaza. "Recuerdo a los españoles que el 11 de marzo de 2004, cuando hubo los atentados islamistas en Madrid, Israel nos ofreció solidaridad y apoyo. Y los islamistas de Gaza celebraron aquellos atentados. Eso no se nos puede olvidar a ningún español aunque estén confusos o aunque no tengan toda la información", decía hace pocas horas el presidente de la organización, Ángel Mas, durante una intervención en un medio en la que también cargó contra el coordinador general de EH Bildu, al que acusó de "defender" a "los terroristas" de Hamás: "Cualquier español sabe que estará en el lado correcto de las cosas en tanto que esté en frente de un terrorista como Arnaldo Otegi".
ACOM, un escasamente transparente lobby judío hoy presidido por este economista y que está articulando buena parte del discurso pro-israelí en redes sociales en plena escalada de tensión, fue fundado por David Hatchwell, rutilante empresario inmobiliario, que en la actualidad encabeza la Fundación Hispanojudía. El ataque contra fuerzas y dirigentes de izquierdas, a los que ha acusado una y otra vez de "judeófobos", es la actividad digital más destacable del colectivo, que ni mucho menos es la organización representativa de la comunidad judía. La otra, el aplauso y reconocimiento a formaciones de la derecha parlamentaria como Vox. A la formación de extrema derecha, a pesar de que ha tenido miembros con trayectoria neonazi en sus filas, la califica como "constitucionalista", un "baluarte" de las buenas relaciones entre España y el país hebreo.
De hecho, Israel ha encontrado en la formación liderada por Santiago Abascal a su principal aliado. Este lunes, el vicepresidente primero de Acción Política del partido ultra, Jorge Buxadé, quiso dejar claro que Vox "va a estar siempre con los estados soberanos" en la "defensa de sus fronteras y la seguridad de sus ciudadanos" frente al "ataque del terrorismo yihadista" que "ha sufrido gran parte de Europa". Un mensaje que ya se encargaron de mover en redes sociales durante el fin de semana. "La mayor amenaza para el pueblo judío procede del progresismo, que abandera y ampara a los terroristas. En Europa o en Oriente, no hay paz sin seguridad. Reiteramos nuestro compromiso con la necesidad de unas fronteras seguras como fundamento de la soberanía de los estados", tuiteaban junto con el vídeo de una de las manifestaciones en Madrid.
"Respuesta legítima" de Israel
El PP es otro de los niños mimados de ACOM. Sobre todo Isabel Díaz Ayuso, a quien han calificado en alguna ocasión como "Ayustina" de Aragón y de quien ha elogiado su discurso "inteligente" y su "melena al viento". Por el momento, la presidenta regional no se ha pronunciado sobre la escalada de tensión. Sí que lo han hecho, sin embargo, algunos de los nombres que la han acompañado en el camino al 4-M. "Que no esté España dice tanto del Gobierno que tenemos...", escribía Alfonso Serrano, el jefe de campaña de Ayuso, en respuesta a un tuit lanzado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el que agradecía con imágenes de banderas a los países que habían apoyado "decididamente" a Israel y su "derecho a la autodefensa contra ataques terroristas". "¡Ánimo, Israel!", apuntaba, por su parte, Toni Cantó a raíz de un mensaje lanzado en redes sociales por ACOM.
El posicionamiento público de los conservadores, sin embargo, no ha ido más allá de algunos mensajes en redes sociales. Desde que comenzaron las hostilidades, el PP no ha emitido ninguna valoración oficial al respecto, tampoco preguntado por este diario. Ni a nivel partido ni tampoco a través de sus dirigentes de peso. Ni su presidente, ni su secretario general, ni tampoco el portavoz nacional se han pronunciado sobre las hostilidades en la zona, ni ante los medios ni a través de redes sociales. Y eso que la llegada de Casado a la presidencia de la formación conservadora fue en su día motivo de optimismo para el lobby pro-israelí. "En su primer discurso como presidente del partido no ha dudado en mencionar a Israel como un ejemplo a seguir, apoyo que ha manifestado en diversas ocasiones", celebraba ACOM en julio de 2018.
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Ciudadanos, por su parte, también hace, como la propia ministra de Exteriores, Arancha González Laya, un llamamiento a la calma. "Nuestra prioridad es garantizar la convivencia pacífica y duradera entre palestinos e israelíes en igualdad de derechos", dicen fuentes de los naranjas, que condenan "enérgicamente" los "actos de violencia amparados y organizados por Hamás" al tiempo que esperan que la "respuesta legítima" de Israel "sea proporcionada y respetuosa con los derechos humanos" a fin de "evitar daños a la población civil".
Dicho esto, la formación liderada por Inés Arrimadas se muestra comprometida con "mantener unas excelentes relaciones" con Israel "dado que es un socio imprescindible en Oriente Medio" a la hora de hacer frente "a retos tan importantes como la seguridad, la lucha contra el terrorismo y la estabilidad en la región". "Asimismo, expresamos nuestro compromiso con la seguridad del Estado de Israel y condenamos cualquier afirmación que cuestione su existencia", concluyen.
Las relaciones de España con Palestina siempre han sido, a ojos del Ministerio de Asuntos Exteriores, "excelentes". Tanto es así que Madrid fue elegida como escenario en 1991 para una primera conferencia que abriría una serie de negociaciones bilaterales que cristalizaron en los Acuerdos de Oslo, un pacto transitorio que debía desembocar en la creación de un Estado palestino independiente. En la última década, las visitas de personalidades españolas a Palestina y viceversa han sido continuas. Entre ellos, Felipe VI y Letizia cuando eran príncipes de Asturias. Aquel viaje se produjo un año después de la I Reunión de Alto Nivel España-Autoridad Palestina. Una comisión que, desde entonces, no ha vuelto a reunirse. Se espera que este mismo año, coincidiendo con el aniversario de la Conferencia de Madrid, se celebre un nuevo encuentro.