Elecciones municipales
IU y Podemos reconocen que alienta los pactos en la izquierda
La izquierda ya estaba calentando motores para explorar la posibilidad de una convergencia real de cara a las elecciones municipales de mayo de 2015, prácticamente al poco de las europeas del 25-M. Pero ahora un nuevo elemento podría acentuar y acelerar los procesos: la reforma electoral que Mariano Rajoy parece dispuesto a aprobar aun sin el consenso con el PSOE, para que así sea elegido directamente el alcalde de la lista más votada. Izquierda Unida y Equo, que participan en las plataformas Ganemos que están emergiendo en distintos puntos del país están convencidas de que una modificación de las reglas de juego de ese calibre ayudará a la confluencia de partidos y movimientos sociales de izquierdas. Podemos, aunque responde con una mayor frialdad dado que está a la espera del resultado de su asamblea constituyente, en el otoño, reconoce que la reforma del PP, de llevarse a cabo, será "un factor a tener en cuenta" en su estrategia para las locales.
El 26 de junio, pocas semanas después de unas europeas que convulsionaron el panorama político por la fulgurante irrupción de la formación de Pablo Iglesias –cinco escaños en Bruselas en su debut, sólo uno menos que la coalición liderada por IU–, Ada Colau, fundadora y exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), lanzó Guanyem Barcelona con el propósito de ahormar una gran candidatura de izquierdas en la capital catalana. El movimiento tuvo su réplica casi inmediata en Madrid –el nombre de Municipalia fue enseguida relevado por la marca común, Ganemos Madrid–, en ciudades como Málaga, Valladolid, Logroño, Murcia, Las Palmas o Tenerife y en localidades de los cinturones metropolitanos de Barcelona (L'Hospitalet de Llobregat, Rubí, Cerdanyola del Vallès, Mollet del Vallès) y Madrid (Alcorcón, Móstoles). En opinión de la fuerza matriz, Guanyem, se trata de una "marea ciudadana de ruptura que seguro reforzará la revolución democrática en curso".
Los pasos dados en menos de dos meses aún han sido pequeños, pero sí muy significativos. Guanyem anunció ayer miércoles que había conseguido, casi un mes antes de la fecha fijada como plazo, las 30.000 firmas necesarias para seguir adelante. 30.000 avales que buscaba como prueba de que sus 200 promotores no se lanzaban a una piscina sin agua, de que había deseos de articular una candidatura distinta para "ganar" la alcaldía de Barcelona, desde 2011 en manos de Xavier Trias, de CiU. ERC, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) y la Candidatura d'Unitat Popular (CUP) ya han subrayado que no ven con malos ojos la iniciativa. Cosa muy distinta es que todos se presenten a las municipales bajo las mismas siglas. Colau aseguraba ayer en Cuatro que la confluencia que persigue Guanyem es la que ya "se está dando en la calle" con una mayoría social que se está movilizando y pidiendo, entre otras cosas, una "democracia real", luchar contra la corrupción, un "nuevo contrato ético" o la salvaguarda de los derechos sociales, informa Europa Press.
Los siguientes pasos
Guanyem continuará en septiembre con sus encuentros en los barrios y con la organización de una jornada de trabajo en la que se debatirá sobre el código ético que adoptará la candidatura, que funcionará a modo de contrato con los ciudadanos. En otras ciudades, el proceso es aún incipiente. Los promotores de Ganemos Madrid, por ejemplo, se han planteado lanzar una campaña de apoyo inicial, con recogida de firmas, pero la decisión aún no está tomada. En la capital, igual que ocurre en Málaga o Logroño, se han creado distintos grupos de trabajo (programa, metodología, comunicación, finanzas, candidaturas...) encargados de ir desbrozando el camino y armando consensos. En Barcelona, el referente claro es el de Colau. En otros puntos del país, no hay liderazgos tan definidos.
El Ejecutivo y el PP, mientras, aumentan la presión sobre la elección directa de alcaldes, y ya han anunciado una ronda de contactos con los grupos parlamentarios a partir del mes próximo. El presidente del Gobierno, según las últimas informaciones, parece decidido a aprobar su reforma aun con la oposición de los socialistas, que ayer mismo le advirtieron de que no se sentarán a la mesa de diálogo, "ni ahora ni nunca", en palabras de Abel Caballero, regidor de Vigo y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Los fundadores de Guanyem Barcelona, Ganemos Madrid o Ganemos Málaga, igual que en IU y Equo, reconocen que el movimiento de piezas de Rajoy alentará la confluencia de la izquierda, porque no queda otra que agrupar fuerzas para plantar cara a lo que tachan como "pucherazo" y "cacicada" del PP. Todos los interlocutores consultados por infoLibre insisten en que las aproximaciones y las conversaciones en distintos puntos de España para intentar alumbrar candidaturas de unidad ya habían emergido, eran previas a la jugada del Ejecutivo. Su lectura, de hecho, es que los conservadores reaccionan por el temor al crecimiento de la izquierda alternativa. "No está claro" que la reforma de los conservadores logre frenar la "revolución democrática" que los ciudadanos demandan en España, dijo Colau. "Es un síntoma más del miedo del PP, pero le puede salir el tiro por la culata y llevarse la sorpresa. Pero será un acicate para promover la convergencia, incentivará la toma de conciencia de la necesidad de esa confluencia", sentencia Jaume Asens, portavoz, como Colau, de Guanyem.
No cambia los planes iniciales
"La medida de Rajoy no modifica los planes iniciales –dice Guillermo Zapata, promotor de Ganemos Madrid–, pero si se aprueba sí habrá que poner el doble de esfuerzos para que la iniciativa llegue más lejos". Ysabel Torralbo, portavoz de la plataforma malagueña, coincide con la apreciación de que el "pucherazo electoral perpetrado por el PP puede provocar que la ciudadanía se una", que "puede influir" y acelerar la convergencia.
IU y Equo son quizá las fuerzas que más están persuadidas de que la alianza será imparable en caso de que el PP decida dar el paso, con el fin de cambiar las reglas de juego para las municipales de mayo de 2015. Lara Hernández, responsable de Convergencia en la dirección federal de Cayo Lara –y, por tanto, miembro de la macroárea que coordina el diputado Alberto Garzón–, recuerda que IU y Podemos suman, según el último barómetro del CIS, un 23,5% en estimación de voto, por encima del PSOE (21,2%) y a sólo 6,5 puntos de los conservadores. Un dato que, añadido al de las europeas, "evidencia una corriente de fondo", que los ciudadanos "piden un cambio real y no se refugian en la abstención". Como subraya Hernández, la voluntad de convergencia de IU "está muy clara" porque "está en su ADN desde el mismo momento de su fundación", en 1986, y así lo han reiterado los órganos de dirección tras el 25-M.
Rotunda se muestra la diputada autonómica Tania Sánchez, participante de los debates de Ganemos Madrid: "Si el PP se empeña en que la pluralidad política no tenga expresión electoral en los municipios, cambiando las reglas del juego de un sistema proporcional a uno mayoritario, fomentará los acuerdos de fuerzas de cambio en torno a candidaturas de amplio respaldo ciudadano. La mayoría social quiere parar las políticas de austeridad que están empobreciéndonos. Encontraremos las formas de hacerlo aunque nos cambien las reglas de juego". En similares términos se expresan sus compañeros de IU Madrid Esther Gómez y Jorge García Castaño: la reforma del PP, en suma, podría "acelerar" la creación de un bloque amplio.
Confluencia "desde la base"
Inés Sabanés, coportavoz de Equo en Madrid, también ha participado de los primeros debates de Ganemos en la capital. Y ella cree igualmente que el jaque impulsado por e PP "puede ayudar a que cuaje un proceso de convergencia real, hecho desde la base, no alianzas puntuales ni sopas de siglas que nadie quiere".
Podemos, aun con mucha mayor prudencia, sí asume que la modificación electoral del PP tendrá que ser un "factor a tener en cuenta" en las discusiones que se sigan en el otoño en el partido, en el marco de su congreso constituyente. "Si hay un cambio, la asamblea tendrá en cuenta el panorama y la coyuntura, claro. No será una deliberación encapsulada", reconoce Luis Alegre, hombre de la máxima confianza de Pablo Iglesias. Todos los militantes registrados –ya van más de 100.000– deberán decidir qué hacer, si concurrir en solitario (y dónde) o bajo un paraguas compartido. Por ahora, algunos de sus cuadros participan en los debates preliminares de Ganemos.
"Todas las opciones están encima de la mesa, y no hay modo de saber qué piensa nuestra gente, de medir el nivel de apoyos. Se esgrimen argumentos a favor y en contra de converger con otros", advierte este dirigente. Entre estos últimos, uno lógico: la tentación de comprobar que Podemos se consolida en los siguientes comicios como tercera fuerza política, orillando a IU. Una posibilidad que el CIS ya apuntaba. La formación de Iglesias, no obstante, tiene claras algunas líneas rojas: la celebración de primarias para la elección de la lista y el rechazo a los pactos cupulares, entre las direcciones. "Si alguien piensa que esto se despachará mediante un acuerdo entre Alberto [Garzón] y Pablo [Iglesias], se equivoca. No hacemos política de esa forma", avisa Alegre, responsable de organización del congreso fundacional del otoño.
¿Reticencias?
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Con o sin reforma del PP de por medio, la duda persiste: ¿habrá esta vez convergencia de la izquierda? Este no es un proyecto nuevo. La propia IU ya intentó alumbrar, para las europeas, una alternativa conjunta, Suma, que fracasó estrepitosamente y que, de hecho, propició el nacimiento de Podemos. El 25-M, sin embargo, abrió los ojos a muchos cuadros, tanto como para lanzar a Garzón a la primera línea para impulsar decididamente la confluencia y abrazar las primarias abiertas, de las que antes casi abominaba. Pese a los cambios operados en la federación, las reticencias de algunos dirigentes continúan. En Madrid, de hecho, ha ocurrido: dos grupos –uno integrado por los excoordinadores Ángel Pérez y Gregorio Gordo, y otro vinculado al número dos de Lara y exlíder regional, Miguel Reneses–, cuestionan la estrategia de Garzón y expresan el temor al desdibujamiento de las siglas.
Sin embargo, en IU, en Equo, o en los Ganemos de Barcelona, Madrid y Málaga sostienen que el momento político es distinto, "histórico", que el 25-M cambió el escenario por completo y visualizó la posibilidad del hundimiento real del bipartidismo. Es decir, aumentó las expectativas de cambio. "Tenemos que salir a ganar, porque es mucho lo que está en juego. Si se cierra la puerta a la confluencia ahora, pueden pasar décadas hasta que ocurra de nuevo", advierte Hernández. "Ha habido profundos movimientos, nuevos actores, nuevos movimientos sociales, mareas ciudadanas... Una auténtica explosión que ha hecho posible que ya no se mire la política de forma convencional, como antes", completa Sabanés.
Asens, Torralbo o Zapata apelan a la "generosidad" de todos los interlocutores en pos del objetivo común: ayudar a tejer mayorías que disputen al PP el poder. "Hay que dejar de lado los purismos de la izquierda y que se ponga por delante al ciudadano", asegura la portavoz malagueña. Construir un "bloque amplio, que combine lo viejo y lo nuevo, la experiencia y las nuevas luchas", añade el miembro de Guanyem. En los planes no entran las alianzas con el PSOE. El objetivo, reiteran todos, es "ganar" y ser alternativa al bipartidismo.