El futuro de Cataluña

El juicio por rebelión y la candidatura a las europeas potencian el papel de Junqueras

El líder de ERC, Oriol Junqueras.

El líder de ERC, Oriol Junqueras, acaba de cumplir su primer año en prisión provisional, pero pese a su desaparición forzada de la vida pública, su influencia dentro del independentismo catalán es cada vez mayor. La Fiscalía pide que se le condene a 25 años de prisión e inhabilitación por su participación en la organización del referéndum ilegal del 1-O y la declaración de independencia, una pena mayor que la que solicitó para cualquier otro dirigente encausado. Y ello –unido a la huida del expresident Carles Puigdemont a Bélgica, que le ha restado protagonismo mediático– ha convertido a Junqueras en el gran referente actual del secesionismo.

El Ministerio Público hizo pública el viernes 2 de noviembre su acusación contra los líderes del procés de cara al juicio que se celebrará en los próximos meses y que definirá no solo el futuro penal de buena parte de los principales dirigentes independentistas, sino también la posible convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña. No hubo sorpresas en lo relativo a la calificación de las penas, ya que la Fiscalía insistió en achacar a los encausados el delito de rebelión. Pero sí que fue novedosa la jerarquización que, por primera vez, se hizo entre ellos. La acusación pidió 16 años para cada uno de los cinco exconsellers presos y 17 para los líderes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, y la expresidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell, pero la pena que se planteó para Junqueras fue de 25 años por el mismo delito de rebelión.

La petición de una pena mayor para Junqueras se explica por su mayor nivel de responsabilidades en el Govern que llevó a cabo la organización y celebración del referéndum del 1-O y promovió la declaración de independencia, un Ejecutivo en el que era vicepresident. Pero el hecho de que la Fiscalía no haya acusado a Puigdemont –la justicia alemana rehusó extraditarlo por un supuesto delito de rebelión y la Justicia española se negó a poder encausarlo solo por malversación– lo ha colocado como el principal protagonista de un proceso que copará la atención del independentismo en los próximos meses y que será clave para el futuro a medio plazo de Cataluña.

Su rol protagonista se verá reforzado, además, por su candidatura como número uno de la lista de ERC en las próximas elecciones europeas, que se celebrarán en mayo de 2019, una candidatura que confirmó el partido la semana pasada y cuyo fin es "denunciar la represión y la indecencia del Estado español", según señaló su portavoz, Sergi Sabrià. La idea, afirmó el dirigente, es "denunciar ante el mundo que el Estado español no es una democracia plena, que es capaz de aprisionar líderes y activistas políticos para intentar acabar con un movimiento político".

Poner a Junqueras a la cabeza de la candidatura permitirá a éste tener una proyección mediática que, unida al juicio que tendrá lugar a principios del año que viene, podría tomar carácter internacional. Pero además, el hecho de centrar el mensaje de campaña en una denuncia contra el Estado también podría facilitar que ERC recogiera votos no solo en Cataluña, sino también en el resto de España, habida cuenta de que las elecciones europeas tienen circunscripción única –a diferencia de las generales, donde el reparto de escaños se realiza por provincias– y los ciudadanos de todo el país pueden elegir las papeletas de partidos que habitualmente no concurren en su comunidad.

Esta estrategia ya le funcionó a Herri Batasuna en los comicios europeos de 1987, donde obtuvo un escaño gracias a que un tercio de sus votos –en torno a 100.000, unos 40.000 en Cataluña– los consiguió fuera del País Vasco. Fuentes de ERC explican a infoLibre que no descartan la posibilidad de realizar actos fuera de Cataluña para tratar de recoger algunos votos, y se muestran convencidas de que podrán conseguir una cantidad "modesta" de sufragios en el resto del Estado. Pero para hacer campaña en otros territorios, explican estas fuentes, ERC necesitaría "aliados" para "no aparecer como paracaidistas".

La fecha de la sentencia, clave para la candidatura

No obstante, Junqueras no podrá hacer campaña personalmente al estar en prisión, y está por ver que finalmente pueda siquiera presentarse a los comicios, que se celebrarán el próximo 26 de mayo. Todo dependerá de la fecha en la que tenga lugar el juicio –que aún no ha sido fijado pero que está previsto para principios del año que viene–, el tiempo que tarde en dictarse sentencia y el delito que, en su caso, finalmente se impute a Junqueras. De retrasarse la sentencia hasta después del 26 de mayo, Junqueras no tendría ningún impedimento para ser candidato, y las fuentes de ERC consultadas por infoLibre están convencidas de que el juicio terminará después de las elecciones por la gran cantidad de testigos que tendrán que declarar.

Pero si, contra sus pronósticos, el juez fallase antes del 26 de mayo, la presencia del dirigente en las listas de ERC dependería de la pena que se le impusiera. Y es que la ley electoral prohíbe a los condenados por rebelión ser elegidos diputados o eurodiputados, incluso aunque su condena no sea firme, si dicho fallo incluye "la pena de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo o la de inhabilitación absoluta". Es decir: si se impusiera el criterio de la Fiscalía y Junqueras terminase siendo condenado por rebelión a penas de prisión e inhabilitación, automáticamente quedaría imposibilitado para formar parte de cualquier candidatura, aunque aún pudiera recurrir la sentencia.

¿Y si, por el contrario, el juez no viera rebelión en la actuación de Junqueras y lo condenase únicamente por sedición, como pide la Abogacía del Estado? Al no ser un delito de rebelión, la ley electoral establece que Junqueras únicamente sería inelegible si hubiera una sentencia firme que conllevase una pena de cárcel en su contra, es decir, si no pudiera ya recurrirla ante ningún tribunal.

ERC rechaza un "frente" con Puigdemont

En cualquier caso, y más allá de lo que ocurra finalmente con la candidatura de Junqueras, ERC tiene pensado utilizar la potencia mediática de su líder y su situación procesal para una campaña electoral en la que Junqueras, a diferencia de Puigdemont, será protagonista directo por su enjuiciamiento. De hecho, el choque que ambos líderes y sus formaciones mantienen desde hace meses por sus diferentes estrategias quedará reflejado en los comicios europeos, para los que ERC, sabedora de que tendrá una ventaja al menos mediática sobre su competidor en el espectro independentista, ya ha rechazado concurrir en un frente unitario del secesionismo, como sugirió Junts per Catalunya. 

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Fue la consejera de Presidencia de la Generalitat, Elsa Artadi, la que aseguró que Junqueras sería "muy buen candidato" de una lista conjunta de ERC y Junts per Catalunya a las europeas "por todo lo que representa". "El problema en ningún caso puede ser quién lidera esta lista", por lo que la formación de Puigdemont está abierta "completamente" a ceder el número 1 al presidente de ERC, aseguró Artadi. Pero los republicanos ni se plantean aceptar la oferta. "Lo hemos probado de todas las formas posibles y lo que recoge más votos son listas separadas", argumentó el mismo día Sergi Sabrià.

La reticencia de ERC a una candidatura unitaria se explica, en parte, por la lucha soterrada que existe desde hace años por el liderazgo del independentismo. En las últimas elecciones autonómicas, las encuestas otorgaban a los republicanos una clara ventaja sobre un PDeCAT en horas bajas, pero la aplicación del 155 y la huida de Puigdemont y su negativa a aceptar –al menos retóricamente– su destitución catapultaron a Junts per Catalunya y evitaron el deseado sorpasso por parte de ERC. Con esta lección aprendida, los republicanos no tienen intención de desaprovechar el protagonismo de Junqueras en los próximos meses diluyendo sus siglas en un frente único. Y esa decisión no es solo para las europeas, ya que estas elecciones coincidirán con las municipales, en las que está por ver cómo aguanta el PDeCAT.

Pero es que, además de la pugna por liderar el independentismo, ERC y Junts per Catalunya no disimulan desde hace meses que tienen diferentes estrategias. Los republicanos aspiran a conseguir el apoyo de los ciudadanos no independentistas pero que apuestan por un referéndum, y de ahí que, según señala uno de sus dirigentes, Junqueras lleve meses rechazando la "política frentista" de Puigdemont. "Si queremos apelar a la mayoría que salió a la calle el 3 de octubre del año pasado no podemos escenificar un frente" con Junts per Catalunya, argumenta este dirigente de ERC, que admite, además, que este choque de estrategias provocaría problemas desde el primer momento en una eventual coalición.

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