¿Hasta dónde puede llegar Aliança Catalana, la ultraderecha independentista?

El partido fundado y liderado por Sílvia Orriols, la alcaldesa de Ripoll, entró por primera vez en el Parlament catalán tras las elecciones de 2024, con dos escaños y algo menos del 4% de los votos. Desde entonces, la visibilidad mediática de Aliança Catalana (AC) se ha multiplicado y las últimas encuestas muestran un claro crecimiento. Según el sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO, el ‘CIS’ catalán) del pasado mes de marzo, la formación ultraderechista podría multiplicar por cinco sus resultados, llegando a los 8-10 escaños, con el 6,2% de los votos. La duda es cuánto puede crecer la nueva ultraderecha independentista.
Oriol Bartomeus es director del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) y profesor asociado en la Universidad Autònoma de Barcelona. Considera que el crecimiento de AC responde a dos factores fundamentales: “un cambio de época, un repliegue identitario que comporta un incremento de los discursos xenófobos y, en el caso específico catalán, el fin del procés deja huérfano parte del voto [independentista], que se vehicula hacia nuevas problemáticas. Lo que motiva al electorado de AC es la oposición a la inmigración”.
“AC nace de la frustración del procés”, coincide Joan Serra, que investigó en profundidad el mundo de Aliança Catalana durante su etapa como redactor en jefe del diario Nació. Serra también subraya la influencia del “crecimiento de los populistas de extrema derecha en Europa y Estados Unidos. Aliança celebró la victoria de Trump”, recuerda.
El 62% de los votantes de AC defienden que Cataluña sea un Estado independiente y el partido de Sílvia Orriols apoya un “ultranacionalismo etnicista”, en palabras de Serra. Sin embargo, considera que la principal motivación de sus votantes es “el odio al inmigrante, especialmente a los de confesión musulmana”. Aliança Catalana ha conectado el rechazo a la inmigración con el odio a ‘Castilla’. “Orriols tenía una web, Els intransigents, con un discurso xenófobo contra los castellanos. Hace un cambio de chip de los castellanos a los inmigrantes”, relata Xavier Rius Sants, autor de Aliança Catalana: els nostres ultres (Icaria).
Otros temas, como la economía, son secundarios para Orriols y sus electores. “Se presentaron al Parlamento sin un programa electoral, solo tenían un guion. Tienen aportaciones poco trabajadas sobre reindustrialización, su programa económico es difuso pero no les supondrá un problema en las elecciones municipales de 2027; estarán en debates locales”, prevé Serra.
Saber más sobre el electorado de AC da pistas sobre sus posibilidades de crecimiento. “Es claramente un voto masculino, de personas nacidas en Cataluña, sobre todo mayores, situadas en el centro o centroderecha”, explica Bartomeus, “su electorado está muy situado en capitales de comarca y pueblos medianos del territorio histórico de Convergència i Unió, del conservadurismo nacionalista”. “Están haciendo dos congresos comarcales cada fin de semana”, revela Rius Sants, “se centrarán en los municipios de la Cataluña interior donde tuvieron buenos resultados”.
El papel de Junts
La subida de los ultras se alimenta en gran medida del electorado de Junts, que según la última encuesta del CEO bajaría de los 35 escaños obtenidos en 2024 a una horquilla de 27 a 29. Hasta 1 de cada 10 votantes de Junts se decantaría por Aliança Catalana, una cifra que ha crecido en los últimos meses. La respuesta del partido de Carles Puigdemont ha sido “frenar el pacto de gobierno que estaba hecho en Ripoll [para arrebatar la alcaldía a Orriols], pedir la delegación de las competencias de inmigración y vender como victoria política la limitación de migrantes no acompañados en Cataluña”, explica Serra.
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Todos los expertos consultados dudan del éxito de la estrategia. “Mientras se mantenga el tema de la inmigración, AC ganará terreno. Quien lo mantiene en agenda es Junts, parece un suicidio inexplicable”, alerta Bartomeus, “lo hemos visto en otros países: la derecha y hasta la socialdemocracia han hecho de la inmigración un tema”. “Que Junts diga que hay demasiados inmigrantes, que colapsan la sanidad… es un discurso peligroso, legitima la ultraderecha”, coincide Sants Rius.
¿Hasta dónde puede llegar el crecimiento de AC? “Hay partidos de extrema derecha que suben como la espuma y hay un momento de inflexión: o dan el salto o comienzan las divisiones internas; esto se verá en las municipales de 2027”, explica Serra. “Estamos en un momento de rearticulación del sistema de partidos post-procés, no sabemos qué margen de crecimiento tiene AC”, precisa Bartomeus.
Es difícil saber cuánto crecerá, pero quienes mejor conocen el partido de Sílvia Orriols están convencidos de que ultraderecha independentista ha venido a la política catalana para quedarse.