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El futuro del PSOE

Una militante a Mesquida: “Estoy confusa. No me queda claro si te vas a presentar a las primarias”

Juan Mesquida, este 11 de junio en Madrid en la presentación de la plataforma Forma parte de la Solución.

El desconcierto expresado por una afiliada socialista al final del acto de presentación de la plataforma de Juan Mesquida, cuando ya habían transcurrido más de 40 minutos, era bastante sintomático: "Estoy confusa. No entiendo mucho. Soy una militante de base. Tienes ideas que me parecen muy buenas, pero al ser del partido, del PSOE, no sé si estás en una plataforma distinta o es que en realidad más adelante quieres decir que sí, que te quieres presentar a las primarias. Y es lo que yo quiero, pero como no contestas claramente a nadie...". 

No quedaba claro porque Juan (o Joan) Mesquida, exsecretario de Estado de Turismo (2008-2010) y ex director general de la Policía y la Guardia Civil (2006-2008) bajo los Gobiernos socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero, no lo dijo en ningún momento. Este martes presentó en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, la plataforma de la que es portavoz, formapartedelasolucion.es, un foro de diálogo de "ciudadanos corrientes", con "ideologías distintas", que pretende un "objetivo mucho más ambicioso" que servir de trampolín a unas "hipotéticas primarias", que busca "canalizar la indignación hacia la acción" y "recibir ideas para aportar soluciones". Una plataforma pues, del mismo tipo que otras que están surgiendo –"complementaria" a ellas, dijo–, sin mucha concreción todavía en las propuestas. Por eso una cierta estupefacción dominó la sala. ¿Se presentará o no a las primarias? "No es el momento de plantear una candidatura a ningunas elecciones. Llegado el momento, ya se verá", contestó, en respuesta a la preocupada militante, como había respondido antes a los periodistas. Un "ya se verá", por otro lado, común con otros posibles aspirantes, tipo Eduardo Madina, Patxi López o Carme Chacón.

Mesquida, que ya desde diciembre amagaba con postularse a las elecciones internas, acudió pasadas las once hacia la sala María Zambrano del Círculo. A esas horas, más allá de su equipo y de los informadores, no había caras conocidas del PSOE. Ni siquiera el exministro José Bono, cuyo nombre circulaba como uno de sus teóricos apoyos. Tampoco figuraba el logo del partido por ningún lado. El exsecretario de Estado ni siquiera mencionó al PSOE en su primera intervención porque no era "un evento del partido". Como tampoco dio los nombres de quiénes le respaldan, para no "mediatizar" el acto, para no eclipsarlo, porque sería un "contrasentido". Ni deslizó cuántos son. Sólo reveló que sus colaboradores son una treintena que trabajan como voluntarios, poniendo sus propios medios, autofinanciándose. Secretismo total. 

"Nunca he visto la erótica del poder"

El ex alto cargo del PSOE comenzó su exposición refiriéndose al desafecto ciudadano, a la sensación que tienen los españoles de que los políticos son un problema, como vienen constatando las encuestas del CIS. La solución, dijo, "pasa por el cambio radical en las estructuras de los partidos", sin plantear "terceras vías", la remoción de las fuerzas políticas, "sino taponar las vías de agua con una mayor democratización interna". "La gente quiere que los políticos no nazcan en coche oficial, que no se profesionalicen, que haya limitación de mandatos, que los partidos tengan primarias en todos los niveles. Los ciudadanos quieren meterse hasta la cocina de los partidos y quieren participar", señaló. "Ya está bien de aquello [que decía Alfonso Guerra] de que el que se mueve no sale en la foto, o la libreta azul. Los ciudadanos quieren tener la cámara de fotos, quieren decidir y tener la libreta azul, que el político mire a los ojos a los ciudadanos, no al que hace las listas". 

Segunda idea, aparte de la "participación", la "máxima transparencia" y la intolerancia contra la corrupción: el Gobierno de concentración y el traslado de los Pactos de la Moncloa de 1977. Mesquida pidió un Ejecutivo que reuniera a "la mayor inteligencia posible, a los más capaces", a los que tengan "legitimidad democrática y social". Que se olvide "la bronca" para los próximos dos años. ¿Y eso no es un Gobierno tecnocrático?, se le inquirió. "Hay gente muy buena en todos los partidos, en las plataformas sociales, en el mundo de la empresa, del asesoramiento financiero y jurídico. ¿Por qué estas personas tan brillantes no participan, por qué no se les dan canales de participación. Si yo fuera presidente, habría encerrado en la Moncloa, en el puente del 1 y 2 de mayo, a las mentes más brillantes, por ejemplo, para que fluya el crédito a las empresas. Esto es lo que está ahogando a la economía española y no saber quién se presentará a las primarias". 

¿Pero lo descarta, sí o no? Nada, agua. "No vean en este planteamiento ningún proyecto personal, no lo hay. Nunca he visto la erótica del poder, sí mucho trabajo. Hace un año me retiré de la política, tengo mi vida resuelta, pero apelaron a mí para que echara una mano". Y después: "Jamás he hecho planes de más de una semana. El objetivo es mucho más ambicioso, es remover conciencias y debatir ideas". ¿Será candidato?, se le volvió a insistir. "No va a ser un sí o no mi respuesta. Por coherencia con lo que digo". 

¿Y qué quiere decir que participan personas "de ideologías distintas"? ¿Es un proyecto al margen del PSOE? "Mi equipo está formado por más de treinta personas, y hay gente de todas las sensibilidades políticas. Hay gente con carné del PSOE. Creo que no hay nadie con carné de otro partido, pero sí con otra sensibilidades. No abordamos un problema del PSOE, sino del sistema". ¿Las ideologías han muerto? No, intentó explicar. "Nada más alejado de eso. Las ideologías están al servicio de la gobernabilidad y de los ciudadanos. Hay principios inmutables, como la constitucionalización del gasto social. Pretendemos hacer política, una política noble. Reivindicamos la política, pero se puede hacer otra política. La gente no quiere ver al político justificando actitudes calamitosas de compañeros de partido, justificando actuaciones corruptas, quiere ver al político humano, que sabe reconocer un error y pedir perdón. Hay que tratar de quitar poder a las estructuras de los partidos, reformándolos".

Rubalcaba, cree, "no será candidato"

Mesquida señaló que la plataforma Forma parte de la Solución no ambiciona convertirse en un partido: "Está descartado". Y que él mismo tiene sus "convicciones", residenciadas en el PSOE, y que seguirá trabajando "dentro y fuera" de su formación, sin que su gesto pueda ser entendido como una "agresión a nadie". "Es compatible la actividad dentro del PSOE y en un colectivo social. Soy el portavoz de la plataforma, nada más", porque así lo decidieron sus miembros, tarea que asumió "con honor y orgullo". 

La forma de trabajo de la nueva plataforma será a través de la web y de las redes sociales. Se irán "aportando las soluciones más aceptadas" y se rechazarán aquellas "que atenten contra la dignidad de las personas, o tengan un contenido xenófobo". Un veto un tanto laxo. Después, esas medidas se rebotarán a todos los partidos y se tendrá contacto "con todas las plataformas ciudadanas". 

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Mesquida, hoy funcionario de carrera en el Ayuntamiento de Calvià (Baleares), aseguró que no tenía detrás ningún apoyo financiero desconocido, que los miembros de Forma parte de la Solución trabajaban como voluntarios y estaban aportando "ideas a cambio de nada", que él mismo estaba en Madrid de permiso una semana sin sueldo. 

¿Y de Alfredo Pérez Rubalcaba, qué? La pregunta eterna que siempre humea en la pistola de los periodistas y que circula dentro del PSOE desde hace meses. "Lo que vaya a hacer no me corresponde decirlo. Tengo el mayor de los respetos y de los afectos hacia él". Mesquida, a fin de cuentas, fue su subordinado en Interior. Afirmó que está "cumpliendo adecuadamente" su mandato como secretario general. Y aventuró: "Tengo la percepción de que no será candidato, pero respetaría que decidiera lo contrario". 

La pobre militante socialista que se declaraba "confusa" por la indefinición de las palabras de Mesquida le piropeó y le dijo que podría un "gran secretario general" del PSOE. Aplauso entusiasta de los colaboradores. "No estaba preparado", excusó. Pero ni por esas. Mesquida no estaba en Madrid para adelantar decisiones futuras

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