Justicia
El monje que denunció el genocidio en Tíbet lamenta que el Gobierno ceda a las presiones de China
El monje budista Thubten Wangchen, que presentó la denuncia contra el expresidente chino Jiang Zemin y otros exdirigentes chinos que ha provocado que la Audiencia Nacional dicte una orden de detención, ha lamentado la actitud del Gobierno español y que maniobre en las Cortes para limitar la justicia universal por considerar que sus acciones parecen responder a las presiones de Pekín para cerrar la investigación sobre los abusos de derechos humanos en el Tíbet.
"La presión del Gobierno chino al Gobierno español es una presión muy fuerte para que cambie leyes y el Gobierno español está escuchando 'sí, sí, señor', pero los chinos no son dueños del mundo", ha afirmado Thubten Wangchen, en una entrevista concedida a Reuters en Madrid. Thubten Wangchen, que es miembro del Parlamento tibetano en el exilio y ciudadano español, se ha mostrado muy satisfecho por la decisión del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno de dictar una orden internacional de detención contra el expresidente chino Jiang Zemin y otros cuatro exdirigentes chinos por su presunta responsabilidad en la supuesta violación de los derechos humanos en el Tíbet durante los años 80 y 90.
China se ha quejado ya al Gobierno español y el proceso podría tener un corto recorrido en virtud de una modificación legislativa que tramita el Parlamento para limitar la aplicación del concepto de justicia universal en los tribunales españoles. "Los chinos pueden cambiar sus leyes en China pero el pueblo español, su ley, hasta ahora era la dignidad de los españoles internacionalmente", ha afirmado el monje, en una entrevista concedida el martes en Madrid.
Nacido en Tíbet en 1954, Wangchen abandonó la región en 1959, casi una década después de que China invadiera el país y emprendiera, según denuncian agrupaciones de derechos humanos, una dura represión contra el idioma, la religión y la cultura tibetana. "El Gobierno chino dice que el Gobierno de España está interfiriendo, pero él también está interfiriendo, está dando consejos al señor Rajoy, mira, tiene que cambiar esta ley porque este monje budista no era español cuando sufrió en el Tíbet", ha asegurado el monje budista, cuya madre sufrió abusos a manos de las fuerzas chinas.
Pena y vergüenza
España, que ha sido pionera en la aplicación de la justicia universal que permite emprender acciones judiciales más allá de las fronteras de cada estado, aceptó la querella presentada por Wangchen y dos organizaciones de apoyo al Tíbet en 2006. Desde entonces han pasado por la Audiencia Nacional varios tibetanos que han relatado las supuestas represiones sufridas bajo las autoridades chinas.
La aplicación del principio de justicia universal que ha granjeado a España elogios internacionales de defensores de los derechos humanos ha traído también muchos problemas a la diplomacia española, que se ha topado durante años con quejas de países como Estados Unidos o Israel por las peticiones de detención de militares o responsables oficiales encausados en España. Después de que la causa del Tíbet ganara fuerza en los tribunales, el PP planteó en enero una proposición de ley en el Parlamento que, en principio, pretende limitar la acción judicial a casos en los que los supuestos ofensores sean españoles o residentes en España.
El PP niega que la modificación legislativa se deba a esta causa, pero su tramitación por la vía rápida conduciría al cierre en semanas de más de una docena de casos entre los que están el procesamiento de militares estadounidenses por la muerte del cámara español José Couso en la guerra de Irak en 2003, la causa por la muerte en Ruanda de cuatro millones de personas en los años 90 o la del asesinato de cinco jesuitas en El Salvador en 1989. "El Gobierno español tiene que sentir un poco de pena, de pobreza y vergüenza de que las leyes puedan cambiar. Esto no sólo afecta al Tíbet, afecta a Guatemala, Guantánamo, la familia de Couso", ha asegurado Thubten Wangchen.
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Repercusión internacional
Pese a lamentar la iniciativa del PP en el Congreso, el ciudadano ha explicado que espera que este caso dé voz a la causa a favor de la defensa de los derechos humanos en Tíbet, país al que no vuelve desde 1987 y al que no llama por teléfono por temor a represalias contra sus familiares.
"Hasta ahora el problema del Tíbet, no se oye, no existe internacionalmente. Es una forma muy importante a nivel internacional esta decisión, más allá no esperamos nada", ha indicado. Wangchen reside en España desde 1982 y dirige la Fundación Casa del Tíbet en Barcelona, ciudad en la que vive compaginando su vida religiosa con labores de defensa de la causa tibetana.