Igualdad
Las mujeres al frente de familias monoparentales batallan por una legislación que las tenga en cuenta
"Cuando las condiciones de vida de la ciudadanía" dependen del tipo de familia que constituya "es que la vida que se teje no está poniendo en el centro a las personas y la sostenibilidad de la vida, sino la economía del capital y la sostenibilidad del mercado". Así de tajante lo expresa la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (Fams) en su informe Madres y punto. La realidad invisible de la monoparentalidad en España, coordinado por la abogada y activista por los derechos humanos Violeta Assiego.
El análisis pone la lupa sobre las condiciones de vida en el seno de las familias monoparentales y sobre la ausencia de políticas públicas específicas. "Hablar de que la pobreza, el desempleo y la exclusión social son problemas estructurales, significa decir que estas problemáticas atraviesan a aquellas personas cuyas vidas, a ojos del mercado, tienen menos valor que las del resto", introduce el estudio, especialmente en un contexto donde el centro queda ocupado por la "productividad de beneficios de forma muy desigual".
"Desde una lógica del capital hay vidas que cuestan dinero –las de los colectivos vulnerables– y desde este pensamiento, la inversión económica que requieren las vidas de los vulnerables no estaría motivada en una cuestión de justicia social sino más bien en una percepción subjetiva de caridad o de un interés económico del mercado", añaden las autoras del texto. En un contexto marcado por tales dinámicas, las familias monoparentales "desafían la actual estructura del sistema de bienestar y la configuración de las políticas públicas que están pensadas desde un modelo de familia biparental".
Al cierre de 2018, existían en el país un 2% más de hogares monoparentales que el año anterior. De las 18.535.900 familias que cita la Encuesta Continua de Hogares, el 10,1% son monomarentales: existen a día de hoy 1,8 millones hogares de este tipo. Y de ellos, el 81,9% están encabezados por una mujer. El estudio se pregunta: "Si el colectivo de monoparentales tiene un peso cada vez mayor y, además, es cada vez más visible y reconocido, ¿cómo es que se ha agravado su situación de vulnerabilidad?".
Los efectos de la desigualdad
¿Por qué son las familias monoparentales más vulnerables? El informe cita el desempleo, la pobreza y las respuestas discriminatorias como piezas clave. La tasa de riesgo de pobreza y exclusión, conocida como tasa AROPE, dicta que la mitad de hogares monoparentales vive en situación de riesgo. Asimismo, tal como recoge el informe, la tasa de pobreza relativa en los hogares monoparentales fue del 42,9% en 2018 y la carencia material severa afecta a un 12,4% de estas familias. En cuanto a los menores, la Comisión Europea recuerda que el riesgo de pobreza infantil ascendió al 31,3% en el año 2017, un porcentaje que escaló hasta el 40% en el caso de las familias monoparentales.
La monoparentalidad "viene a evidenciar que las políticas sociales no sólo son inútiles o fracasan a la hora de luchar contra los riesgos de pobreza, sino que cuando las realidades familiares plantean particularidades que las leyes no contemplan, estas situaciones se agravan". Así lo explica Violeta Assiego a preguntas de infoLibre. Al final, observa, "parece que lo que se puede estar penalizando es el estado civil".
Y en esa penalización cobra una dimensión fundamental el componente de género. "La monoparentalidad está encabezada mayoritariamente por mujeres, ocho de cada diez familias, y esto marca de forma determinante", comenta Assiego. La pobreza, de hecho, "es una realidad feminizada: sabemos que la brecha de género existe, los suelos de barro, la precariedad laboral y todas la dificultades de la conciliación". Este hecho, reflexiona la abogada, implica la necesidad de medidas específicas, por ejemplo en el terreno de la conciliación, que tengan en cuenta "no sólo la perspectiva de género, sino también la realidad monoparental en que la mujer está sola frente a la crianza".
Los obstáculos a los que se enfrenta una mujer en su vida cotidiana, "el acceso al trabajo, los sueldos, la problemática del desempleo", se agrava en el caso de las familias monoparentales y "de ahí que los efectos de la pobreza sean más extremos".
Desprotegidas jurídicamente
Con este escenario como telón de fondo, las investigadoras detectan que "las leyes están habitualmente redactadas desde el enfoque de familia biparental". Y uno de los ejemplos más sangrantes –por las expectativas depositadas en él– lo observa Assiego en el decreto ley que modifica los permisos parentales, "el caso más claro de una ley feminista que apuesta por la igualdad y la corresponsabilidad, pero que omite clarísimamente modelos de familias distintas a las compuestas por dos progenitores".
Con los permisos "se olvidaron de nosotras". Así lo siente Carmen Flores, presidenta de Fams. La corresponsabilidad, razona, "es cosa de todos y todas, pero nuestros hijos van a contar con la mitad de tiempo de cuidados".
El INE certifica que la recuperación no llega a parados, inmigrantes y familias monoparentales
Ver más
Con todo, la mayor carencia que ponen sobre la mesa las familias monoparentales es la ausencia de una ley estatal. "En el momento en que hubiera una legislación que ofreciera un paraguas a las familias, no estaríamos hablando de esos niveles de pobreza", reza Flores. La falta de políticas, señala, es lo que hace del monoparental un modelo de familia vulnerable.
Actualmente, sólo son cinco los decretos que reconocen la obligación de las instituciones públicas de dar respuesta a las necesidades sociales de las familias monoparentales. Estas normativas muestran "una llamativa brecha temporal, entre las que se han aprobado este mismo año 2019 en Aragón, Cantabria y Navarra", sumadas a aquellas que entraron en vigor "hace algo menos de una década como las de la Comunitat Valenciana y Cataluña", muestra el estudio. Es cierto, remarca Flores, que las normas autonómicas "dejan un reconocimiento a estas familias y un lugar en la sociedad que les corresponde", pero también ocurre que la disparidad de perspectivas deviene en una suerte de brecha territorial que impide un trato homogéneo.
La ausencia de una definición única y de ámbito estatal, completa Assiego, "las expone a una falta de seguridad jurídica" que termina por "invisibilizarlas, un lastre que se viene arrastrando en los últimos años" y cuyas raíces anidan entre las madres solteras durante el franquismo. Normalmente "mujeres humildes, jóvenes, de clase obrera, expuestas a esa vulnerabilidad", detalla la abogada. Pero las madres batallan por salir de la sombra. "Si la familia ha sido siempre la institución más importante, queremos que lo sea en plural", remata Flores.