La derecha cierra filas
El pacto del PP con Vox en Valencia confirma el plan de Feijóo para llegar a Moncloa de la mano de Abascal
Bastaron tres horas de reunión para que PP y Vox acordaran este martes repartirse los puestos de Les Corts que les garantizan el control del parlamento valenciano y la formación de un Govern de la Generalitat en el que la extrema derecha tendrá la cuarta parte de las carteras, incluyendo una vicepresidencia. Los líderes autonómicos de las dos derechas, Carlos Mazón y Carlos Flores, no necesitaron entrar a discutir sobre programas —esa negociación queda para los próximos días— y se centraron en el reparto de sillas.
Para remover obstáculos, PP y Vox coreografiaron dejar al margen del Govern al candidato de la ultraderecha, al que Génova había vetado la víspera por haber sido condenado hace años en un caso de violencia machista. E hicieron coincidir el acuerdo con el anuncio de que en vez de vicepresidente valenciano será cabeza de lista de los de Santiago Abascal al Congreso de los Diputados por València en las elecciones del próximo 23 de julio.
El veto del PP nacional no fue, en todo caso, obstáculo para que el vetado cerrase el acuerdo con Mazón ni impidió al futuro president de la Generalitat elogiarle y “agradecerle que haya puesto lo mejor de sí” para alcanzar el pacto.
A falta de otra cosa que anunciar más allá del reparto de puestos en Les Corts y en el Consell, ambos partidos han tratado de vestir de contenido el acuerdo haciendo públicos cinco ejes lo suficientemente vagos como para no comprometer a nada: “La libertad para elegir en todos los ámbitos, educativo y de la vida privada”, el desarrollo económico, la potenciación de la sanidad y los servicios sociales, la protección de las señas de identidad valencianas y el apoyo a las familias como “núcleo fundamental de la sociedad”.
Feijóo se escabulle
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se escapó de los periodistas en un acto en Aranjuez (Madrid) que había convocado para lanzar a sus cabezas de lista a las generales justo cuando se acababa de conocer el acuerdo en la Comunitat Valenciana. Pero Mazón dejó poco espacio para dudar de su complicidad con la decisión de dar entrada a la extrema derecha en el gobierno de la cuarta autonomía española por volumen de población y de PIB al afirmar que el presidente del PP está convencido de que gobernar la Comunitat le abrirá la puerta de la Moncloa. “Me ha trasladado su felicitación. Para el presidente Feijóo y para mí es un plan: hay cambio en la Comunitat Valenciana y, por tanto, el cambio en España está más cerca”.
Mazón enterró rápidamente su voluntad de no pactar con Vox, expresada durante la campaña y en los días que han pasado desde las elecciones, admitiendo sin rodeos que “las posibilidades de tener un gobierno en solitario cuando tienes mayoría absoluta son absolutas y cuando tienes mayoría relativa son relativas”. Y culpó al PSOE valenciano y a su negativa a abstenerse o favorecer un gobierno del PP: “Era evidente que teníamos que seguir trabajando en la búsqueda de un gobierno estable y eso hemos hecho”.
Nada se sabe todavía de las políticas y acciones concretas que llevarán a cabo en los próximos cuatro años, pero el pacto PP-Vox para gobernar la Comunitat Valenciana sigue, de momento, el mismo guion del que selló la primera coalición de las dos derechas en Castilla y León hace 16 meses: reparto proporcional del gobierno y entrega a los ultras del parlamento. E igual que sucedió entonces, Vox parece hacer aparcado sus propuestas más extremas para no entorpecer un acuerdo que Santiago Abascal quiere extender a partir del 23 de julio al Gobierno de España.
En una comparecencia ante los medios a primera hora de la tarde, Mazón dio a entender que ya han empezado a hablar con Vox del reparto de carteras, aunque todavía no está cerrado. “No hay un acuerdo publicable o público o cerrado” sobre este asunto, aseguró negándose a confirmar o desmentir que los ultras tendrán una vicepresidencia y las consellerías de Educación, Asuntos Sociales y Agricultura.
En paralelo al acuerdo para gobernar la Comunitat Valenciana, PP y Vox han cerrado un pacto en Elche (Alicante) que se suma a los ya alcanzados en Guadalajara, Maracena (Granada), Alcudia y Calvià (Mallorca). Vox asumirá tres concejalías en el ayuntamiento ilicitano —la de Familia y Mayores; la de Promoción Económica y Formación; y la de Pedanías, Campo de Elche y Vertebración Territorial— a cambio de hacer alcalde al candidato del PP y cerrar de ese modo el paso a la lista más votada, que fue la del PSOE.
Aragón, Murcia, Extremadura y Balears
Más despacio parecen ir las cosas en Aragón, donde el candidato del PP, Jorge Azcón, ya ha iniciado los contactos con su homólogo de Vox, Alejandro Nolasco, en busca de un acuerdo para repartirse el control del Parlamento y diseñar un pacto de gobierno. De momento Azcón mantiene, como hacía Mazón hasta este martes, que quiere gobernar en solitario, mientras que Nolasco insiste en formar parte del Ejecutivo.
A la espera de acuerdo están también los extremeños. La presidenta del PP en la comunidad, María Guardiola, negocia a marchas forzadas con Vox, apremiada por la necesidad de cerrar un pacto antes de que el jueves se constituya el parlamento regional. Desde el primer momento Guardiola ha asegurado estar “convencida” de que habrá acuerdo con Vox, aunque no ha desvelado si negocia un gobierno de coalición o un pacto de gobernabilidad para impedir que gobierne la lista más votada, que el 28M fue la del PSOE.
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En la Región de Murcia es donde los contactos con Vox están más retrasados. El PP se dispone a hacerse este mismo miércoles con el control de la mesa del Parlamento sin Vox, lo que dificultaría un acuerdo entre los dos partidos para garantizar la investidura de Fernando López Miras. No obstante, el líder regional de los ultras, José Ángel Antelo, confiaba este lunes en cerrar un documento antes de la sesión constitutiva. “Nadie entendería que Vox no estuviera en la Mesa”, advirtió.
En Balears las negociaciones entre las dos formaciones de la derecha avanzan pero todavía no han llegado a buen puerto. “Van por buen camino”, según fuentes de Vox y del PP. Los de Feijóo insisten en que quieren gobernar en solitario; los de Abascal reivindican su peso en el Parlament y exigen entrar en el Govern.
En línea con los acuerdos a los que están llegando en toda España, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tendió puentes con los ultras en la sesión constitutiva de la Asamblea cediéndoles una plaza en la mesa de la Cámara que, de otro modo, hubiese ido a parar a Más Madrid.