Parlamento Europeo
El papa entusiasma a Pablo Iglesias e indigna a los eurodiputados de la Izquierda Plural
Los seis eurodiputados de la Izquierda Plural (IU, Alternativa Galega de Esquerda e ICV) abandonaron este martes el hemiciclo del Parlamento Europeo durante la intervención del papa Francisco para protestar por la invitación al pontífice a hablar en el pleno de la Eurocámara.
La portavoz del grupo, Marina Albiol, remarcó a través de su cuenta de Twitter que el Europarlamento "no es lugar para ninguna religión".
Por su parte, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, tachaba de "buen discurso" el alegato del papa Francisco, ya que este criticó el "burocratismo de la UE y las prácticas ostentosas de sus jefes" y defendió los derechos humanos y sociales como "base de la dignidad". "¡Bien, Bergoglio! Bravo", llegó a escribir en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, la compañera de Iglesias y eurodiputada de la formación, Teresa Rodríguez, criticó al papa por llamar "asesina a las mujeres que abortan".
Pero Iglesias no fue el único eurodiputado de Podemos que elogió el discurso del pontífice. Pablo Echenique calificó de "diez" la intervención del papa por hacer de la "dignidad humana" el centro de su discurso, pero le puso un "cero" por la aplicación del principio a los derechos de los homosexuales y de las mujeres.
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Durante su discurso, el papa Francisco alertó al Parlamento Europeo sobre la "soledad" agudizada por la crisis económica, al tiempo que advirtió de que no se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un "gran cementerio", en relación a las muertes de inmigrantes que tratan de alcanzar las costas europeas.
El pontífice se preguntó "qué dignidad podrá encontrar quien no tiene qué comer o el mínimo necesario para vivir del trabajo, que le otorga esa dignidad". A su vez, envió un "mensaje de esperanza y de aliento" a todos los ciudadanos europeos al defender que el proyecto político europeo debe poner de nuevo en el centro al hombre, que está dotado de "dignidad" y "trascendencia".
Por otro lado, el papa avisó de que, en el curso de los últimos años, junto al proceso de ampliación de la Unión Europea, "ha ido creciendo la desconfianza de los ciudadanos respecto a instituciones consideradas distantes, dedicadas a establecer reglas que se sienten lejanas de la sensibilidad de cada pueblo, e incluso dañinas".