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Transición energética

Las paradojas de la 'transición justa': el Gobierno apuesta por no cerrar la central térmica más contaminante del país

El pueblo gallego de As Pontes y su central, a vista de pájaro.
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Diciembre de 2017. La ex secretaria de Estado de Cambio Climático Teresa Ribera evalúa para infoLibre el papel del Gobierno español en la cumbre del clima de Bonn. El Ejecutivo no ha firmado un compromiso de cerrar todas las centrales de carbón para 2030, y el ministro de Energía, Álvaro Nadal, prepara un decreto para evitar el cierre de dos térmicas propiedad de Iberdrola. "Ha sido percibido como una marcianada. España no se da cuenta del planeta en el que vive", critica. En enero de 2021, Ribera es ministra para la Transición Ecológica y su departamento maniobra para evitar la clausura de la central de carbón más potente y emisora del país: la situada en el municipio coruñés de As Pontes.

¿Qué ha pasado en estos tres años para que la cartera medioambiental del Gobierno luche contrarreloj contra una decisión que, en teoría, se alinea con sus objetivos climáticos? Se lo puede permitir: el carbón cayó sin que tuvieran que mover un dedo. Sin pelearse con ninguna eléctrica, sin bronca en el Congreso. El mercado y las exigencias de la Unión Europea hicieron su trabajo. Ahora, el Instituto de Transición Justa, codo con codo con el Concello de As Pontes (gobernado por el PSOE) y la Xunta de Galicia (gobernada por el PP), intentan evitar que los trabajadores de la central tanto directos como indirectos se queden en la calle. La habitual cara B de la acción climática. 

Abril de 2019. Sin cierre a la vista, titula infoLibre un reportaje sobre la central de As Pontes. La instalación, que cuenta con 1.403 MW de potencia, es la más emisora del país: en 2018 expulsó a la atmósfera 7.936.000 toneladas de CO2 equivalente a la atmósfera, según el registro de la Comisión Europea. Un trabajador del transporte reacciona así a los cálculos del secretario de Estado de Energía, José Domínguez, de que España no tendría carbón para 2030: "Es algo imposible, no tiene credibilidad ninguna. As Pontes y el resto de la comarca están preocupadísimos. Sé que no es posible, pero ya solo con las palabras hacen daño al pueblo". En diciembre, ocho meses después, Endesa comunicó al Gobierno su intención de clausurar la térmica. Y sigue en sus trece.

El Gobierno ha constituido, junto a la Xunta de Galicia, el Ayuntamiento de As Pontes, asociaciones empresariales, sindicatos y transportistas la llamada Mesa de Transición. Trabajan desde el minuto uno para buscar alternativas a los trabajadores directos e indirectos que se quedarían sin trabajo si Endesa cierra la central. Por ahora, las perspectivas no son buenas. El Ejecutivo pidió a la eléctrica que estudiara si la biocombustión, la mezcla del carbón con residuos, podía funcionar en los grupos I y II de la instalación. Y la compañía lo hizo, con resultado negativo: concluyó que no era viable técnicamente. Para Massimiliano Patierno, ingeniero del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (Iidma) y uno de los actores más activos del país contra los combustibles fósiles, el documento es verosímil. "Relataron un incremento de la ceniza, pérdida de potencia de los grupos, corrupción de la caldera... y para producir un megavatio por hora se tenían que gastar unos 65 euros, eso es una barbaridad".

Sin embargo, la colaboración entre las administraciones pronto dio sus frutos más allá de la foto: destacable, en tiempos de polarización. Técnicos de la Xunta, del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE, dependiente del Miteco) y del concello elaboraron un informe paralelo en el que concluyeron lo contrario: que sí que es viable técnicamente. Fuentes de Transición Ecológica remarcan: solo y exclusivamente trabajaron con criterios técnicos. "Una cosa es que vaya y otra cosa es que empresarialmente sea atractiva. En la reunión de ayer se dijo: 'tú dices que no es posible técnicamente, yo digo que sí'.  Con los nuevos datos del segundo informe, hemos pedido a Endesa que haga un tercer estudio, de viabilidad económica", asegura una persona próxima a las negociaciones. Por lo tanto, ahora la eléctrica volverá a estudiar las posibilidades de mantener As Pontes abierta, cambiando el carbón por una mezcla de combustible fósil y residuos. Aunque a regañadientes. 

Vista de la central térmica de As Pontes (A Coruña).

"Todo el mundo quiere remar a favor de que esta comarca salga adelante", explica Transición Ecológica, que celebra la "voluntad" y el "talante" de todas las administraciones implicadas, aunque la Xunta de Galicia esté gobernada por el principal partido de la oposición en el Congreso y las relaciones entre PP y PSOE sean tirantes en el ruedo nacional. En referencia al informe firmado por Gobierno nacional, autonómico y local, la concejala de Industria del Ayuntamiento, Ana Pena, cree que "posiblemente sea uno de los primeros casos en los que un informe de esas características sale avalado por tantas administraciones". "Si entendemos que es un proyecto que está siendo apoyado tanto por la Xunta como por el Ministerio, esta situación cambia y Endesa cumple y lo intenta de verdad, con buena fe y con buena intención", As Pontes podría seguir teniendo en funcionamiento una central de carbón, pronostica la representante, optimista. Pero los vientos soplan en el sentido contrario. 

La caída en desgracia del carbón

El batacazo del carbón como combustible mediante el cual generar energía eléctrica del país en apenas dos años llamó la atención hasta al ecologista más soñador. El 1 de diciembre de 2018 estaban en funcionamiento 15 infraestructuras de este tipo. El 1 de diciembre de 2020, solo quedaban seis. Aboño y Soto de Ribera, en Asturias, de EDP; Los Barrios, de Viesgo, en Cádiz; y las tres de Endesa, Litoral (Almería), As Pontes (A Coruña) y Es Murterar (Mallorca). La más perezosa quiere la clausura en 2026. Domínguez se pasó de precavido. Patierno explica que la mayoría de las que siguen activas pasan la mayor parte del tiempo paradas, porque la subasta diaria de precios de la electricidad las deja fuera. Son demasiado caras. "2018, que fue el último año importante para el carbón, cubrió un 14% de la generación y el año pasado cubrió un 2%". Las razones se encuentran en una mezcla de factores: presión de la acción climática, exigencias europeas, competitividad del gas natural, precio de la materia prima y subida en el coste del CO2 emitido.

La Directiva de Emisiones Industriales obligaba a las centrales de carbón a hacer reformas para reducir la cantidad de contaminantes atmosféricos –no así el CO2– que emitían. A muchas empresas no les salía rentable el cambio, por lo que el 30 de junio de este año, al acabar el plazo, siete térmicas se desconectaron de la red. Tampoco lo pelearon. Muchas de estas compañías cuentan en su cartera de generación con centrales de ciclo combinado, mucho más jugosas en la actualidad. "Cuando el carbón todavía era barato, las seguían utilizando", relata el ingeniero del Iidma. Pero empezó a subir el precio conforme bajaba el del gas natural, que pasó de un 12% de generación de electricidad en España en 2018 hasta el 17,5% actual.

También subió el coste del CO2, sujeto al mercado de carbono: "En 2018 se triplicó, pasando de cinco euros la tonelada a 16. En enero estamos en 33 euros por tonelada". Las instalaciones que funcionan con metano emiten aproximadamente la mitad de dióxido de carbono por la misma energía generada, por lo que en este contexto son mucho más competitivas. Por lo tanto, no es que Endesa haya decidido escuchar a Greta Thunberg y perder un activo valiosísimo por el bien del planeta. Endesa sabe, como saben todas las energéticas del país, que el carbón no da dinero. 

¿Son ambientalmente sostenibles los planes de As Pontes?

El Iidma opina que los planes de Gobierno, Xunta y concello para la central térmica de As Pontes pueden ser técnicamente viables, pero que no lo son desde un punto de vista ambiental, por lo que la instalación debería cerrar definitivamente. "Endesa se tiene que hacer cargo de todos los empleados, bien los directos bien los indirectos, porque la ecocombustión no es factible. Como mínimo se va a utilizar un 50% de carbón. Es verdad que se utilizarían solo dos grupos, pero a pesar de eso estamos hablando de mucha potencia. Es la central más grande de España. 1400 MW. Estamos en contra porque el carbón ya es parte del pasado", asegura Patierno. 

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La transición energética hace extraños compañeros de cama: los ecologistas locales celebran la intención de Endesa de bajar la persiana. Aunque eso no quiere decir que aprueben su gestión. Ecologistas en Acción Galicia considera la decisión de la energética una "victoria climática" y se opone a los planes de Transición Ecológica: "La ilusión de los biocombustibles, concebidos como "la única transición justa" por sus defensores, sólo ha servido para retrasar aún más la inevitable adaptación socioeconómica a un futuro sin carbón. Un cierre largamente planificado y negociado entre las autoridades públicas, una Endesa que nunca debió ser privatizada y los sindicatos sin duda habrían ofrecido mejores perspectivas para los trabajadores y el área de influencia de la planta que las existentes en la actualidad". 

Desde el Ayuntamiento de As Pontes no opinan lo mismo. No creen en las promesas de Endesa de apostar por la energía eólica como alternativa. "Con 60 MW de potencia no se pueden sustituir 1.500. La repercusión del cierre de Endesa ni se suple ni se aminora en ningún caso con 60 MW de aerogeneradores. Endesa tiene que involucrarse de una forma directa en la reindustrialización de la zona", asegura Pena, que explica que el pueblo "está totalmente volcado con reclamar a la compañía un futuro para As Pontes". "Aportaron muchos beneficios al territorio, pero también entendemos que tienen una deuda con nosotros. Un territorio en el que obtuvieron tantos beneficios no se puede abandonar". 

Transición Ecológica baraja alternativas en el caso de que, finalmente, no sea posible la reconversión de la central. Este jueves anunciaron un paquete de 30 millones de euros en ayudas para proyectos alternativos que generen riqueza en la zona. Y cuentan con un as en la manga: la salida a concurso del acceso a red de la térmica. Simplificándolo mucho: la instalación está conectada a la red eléctrica mediante un nodo muy goloso para las energéticas que quieran levantar otro proyecto de generación de electricidad. Por lo que la zona seguiría siendo atractiva para la inversión y el empleo. "Es un recurso valiosísimo, un punto de atracción importantísimo", asegura el ministerio. El tiempo dirá si, como ocurre en ocasiones, la transición energética es pagada por los más vulnerables.

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