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Pedro Sánchez promete “tarjeta roja directa” a los políticos del PSOE que no estén “limpios”

Irene Lozano y Pedro Sánchez.

El secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, empezó este domingo la carrera hacia la Moncloa asegurando que a cualquier político socialista que no sea "limpio" le espera "tarjeta roja directa". "Soy un político limpio que dirige un partido limpio", aseveró, recordando que "hay que enfrentar la corrupción con reformas legales y normativas" y con una "exigencia ética intachable". Este fue uno de los mensajes que lanzó durante el acto de presentación de los candidatos socialistas al Congreso y al Senado del próximo 20-D en el madrileño Polideportivo Antonio Magariños.

En este sentido, el líder de los socialistas recordó que su formación ha elaborado "un código ético" y que han "exigido su cumplimiento". "A veces hemos sido criticados por exigir una ejemplaridad más allá incluso de lo establecido en el código ético", señaló, en evidente referencia al caso de los expresidente autonómicos Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que fueron apartados tras su imputación a pesar de que el documento establece que la dimisión de los cargos públicos y orgánicos es obligada sólo ante el inicio del juicio oral.

Algunos dirigentes socialistas han criticado en privado la supuesta doble vara de medir de Sánchez, que aplicó la mano dura tras las imputaciones de los expresidentes de la Junta de Andalucía, pero mantiene su respaldo al líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, a pesar de estar imputado por cuatro delitos: prevaricación, tráfico de influencias, cohecho y contra la ordenación del territorio.

En este punto, el secretario general del PSOE reconoció que la corrupción "no ha afectado solo al PP", pero añadió que la formación conservadora la sufre "de manera sistémica, de arriba a abajo, y en todos los territorios". "De Bárcenas a Granados, pasando por Rato. De Madrid a Baleares, pasando por valencia y la mismísima sede de Génova. El edificio del PP se resquebraja por la aluminosis de la corrupción", criticó Sánchez.

Lozano esquiva pedir disculpas

El acto de este domingo buscaba mostrar una imagen de unidad después de una semana movida en el seno del PSOE, especialmente tras el fichaje de la exdiputada de UPyD Irene Lozano como número cuatro en la lista por Madrid y el desplazamiento de la secretaria de Empleo de su partido, Luz Rodríguez, que hasta entonces iba a ocupar ese puesto, a la cabeza de lista por Guadalajara. Un cambio que generó malestar en muchísimos dirigentes socialistas por las duras declaraciones de Lozano contra el PSOE durante su estancia en el partido magenta.

A su entrada al polideportivo, la nueva candidata independiente evitó, en declaraciones a los medios, pedir disculpas por sus comentarios durante años contra los socialistas, tal y como le había pedido entre otros el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Lozano destacó que "el hecho" de que el partido de Pedro Sánchez "quiera incluir generosamente a independendientes" como ella "es un síntoma de cómo están cambiando las cosas en el PSOE".

Durante el acto, sin embargo, permaneció en segunda fila. La exparlamentaria de UPyD hizo su entrada con el equipo de expertos del PSOE, a diferencia del resto de candidatos, entre ellos Rodríguez, que entraron todos juntos. Además, durante el desarrollo del encuentro, Lozano no estuvo sentada en el mismo lugar que sus compañeros de lista por Madrid.

Sin embargo, Pedro Sánchez sí que hizo referencia durante el discurso [consultar aquí en PDF] a la operación Lozano. Utilizó las recientes declaraciones del ministro Cristóbal Montoro para asegurar que mientras algunos dirigentes conservadores "se avergüenzan del PP", el PSOE se abre "a independientes no indiferentes", tengan o no tengan carnet del partido, "con la única condición de abrazar los ideales comunes de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social". Estas palabras fueron recibidas con una ovación de las miles de personas que llenaban el interior del polideportivo.

Dos mensajes sobre la reforma laboral

Sánchez también dedico unos minutos a hablar de economía porque, en su opinión, "la izquierda tiene que hablar" de ello. En este punto, el candidato socialista dejó algunas dudas en relación con sus intenciones sobre la reforma laboral. Esta misma semana afirmó que no iba a derogar dicha reforma y en su discurso emitió dos mensajes distintos.

En primer lugar, aseguró que "lo único digno" que puede hacer su partido "con la indigna reforma laboral del PP es rubricar su final y aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores". Evitó, por tanto, hablar de derogación en línea con su anuncio de principios de semana. Sin embargo, minutos más tarde, Sánchez apuntó que su formación se ha propuesto derogar "la reforma laboral, la LOMCE o la ley mordaza". "Que cuenten con ello. Las vamos a derogar", sentenció al respecto.

En este punto de su intervención, el candidato socialista a la Moncloa cargó contra el discurso del milagro económico y la recuperación del PP. Así, Sánchez denunció que los conservadores "no han aprovechado esta crisis y estos vientos favorables para recuperar el empleo y el bienestar perdidos durante la crisis". El secretario general del PSOE afirmó que la "derecha ha utilizado" estos cuatro años "para imponer su ideología", que se ha traducido en "explotación laboral". "Es imperdonable que se atreva a hacer sonar las trompetas de su propaganda cuando tantos españoles sufren paro, explotación y pobreza", dijo.

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Discurso de Pedro Sánchez [PDF]

El líder socialista reconoció también la importancia de unas elecciones que se encuentran a poco más de dos meses. Sánchez aseguró que el objetivo del PSOE "no es el de sumar escaños para estar en el poder sino para poder cambiar las cosas" y apostó por el proyecto socialista "reformista", frente al "inmovilismo" de quienes "ven el futuro como una amenaza y siembran miedo" y a los "rupturistas" que traen "soluciones fáciles para los problemas complejos".

En este sentido, Sánchez aseguró que España se encuentra ante dos grandes encrucijadas: el establecimiento de un modelo económico atrasado e injusto y la existencia de una Constitución "necesitada de actualizaciones y reformas". Y apuntó las tres líneas de esta modificación: "blindar los derechos sociales frente a los recortes, culminar el desarrollo autonómico con una reforma federal y prevenir la corrupción".

Además, quiso ser tajante al afirmar que no van a modificar la Carta Magna "bajo la amenaza de los secesionistas", pero añadió que "tampoco" van a "renunciar a mejorarla porque nos amenacen los secesionistas".

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