Lucha antiterrorista
La policía detiene a un marroquí acusado de captar yihadistas y a una española que intentó viajar a Siria
Agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional han detenido este miércoles en Vitoria a un marroquí de 41 añosVitoria, retornado a España desde Siria tras haber sido supuestamente instruido militarmente por el grupo terrorista Al NusraAl Nusra, filial de Al Qaeda, que se dedicaba a la captación de jóvenes en la comarca guipuzcoana de Tolosaldea, como recoge Europa Press.
Además, en otra operación, la Policía ha detenido en Alicante a una mujer de 36 años y nacionalidad española, que colaboraba con la organización terrorista Dáesh e intentó presuntamente desplazarse con sus cuatro hijos menores de edad a la zona sirio-iraquí para unirse a las filas de la organización terrorista, ha informado el Ministerio del Interior.
Las dos operaciones, que continúan abiertas, se han desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central Instrucción, Número 6, y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, con el apoyo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST) de Marruecos.
El detenido en Vitoria, constatan los investigadores, fue instruido militarmente por Al Nusra, filial en Siria y Líbano de Al Qaeda, pero abandonó esta organización por disentir con algunos de sus postulados y se vinculó a Estado Islámico.
Según la policías, en los últimos dos años había centrado su actividad en la captación de jóvenes, preferiblemente de origen marroquí, de la comarca de Tolosaldea. Según Interior, se centraba en los más "permeables" a sus postulados y entablaba con ellos una relación estrecha, personal y casi diaria, eludiendo expresamente el uso de redes sociales para evitar ser detectado.
La influencia que el detenido ejercía sobre sus adeptos, explica Interior, propició que abandonasen sus familias y entornos para viajar a Siria y llevar a cabo la "yihad violenta" en favor del Dáesh. De hecho, en septiembre de 2013, tras un profundo proceso de alienación, un joven marroquí viajó a Siria con el detenido para integrarse en Al Nusra, donde ambos recibieron adiestramiento para el uso de armas de fuego.
El joven reclutado falleció en zona de conflicto sirio-iraquí dos años después. Su familia manifestó que, antes de iniciar la relación con el detenido, era un joven sin formación religiosa, nada radicalizado, confiado e influenciable.
En cuanto a la detenida en Alicante, los investigadores han constatado que realizaba labores de propaganda a través de las redes sociales, donde empleaba consignas muy agresivas, emblemas yihadistas y publicaba vídeos editados por ella misma, de carácter extremadamente violento, y mostraba una ideología islamista radical en favor de la causa palestina.
Además, colaboraba con el grupo terrorista Estado Islámico (EI o Dáesh) a través del contacto virtual que mantenía con un conocido reclutador, al servicio de esta organización terrorista y ubicado en Siria.
La detenida llegó a realizar todos los trámites necesarios para desplazarse con sus cuatro hijos menores de edad a zona de conflicto. Su intención era reunirse en Siria con su marido, que viajó en 2014 para luchar a favor de Estado Islámico, organización en la que pudo ostentar un alto cargo.
Para ello, llegó a denunciar la desaparición ficticia de su esposo y padre de los menores, aunque sabía que estaba combatiendo en zona de conflicto, para poder obtener la patria potestad absoluta de sus hijos y así viajar eludiendo las trabas legales que había encontrado hasta ese momento.
Ante la imposibilidad de viajar en avión desde España, emprendió con sus hijos trayecto por carretera, vía Francia, desistiendo finalmente al conocer la noticia del fallecimiento de su marido.
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A su regreso, se instaló de nuevo en Alicante donde inició una labor muy intensa en redes sociales, por un lado, con el objetivo de buscar marido a través de Internet, cumpliendo con lo establecido por Dáesh para las viudas de los mártires de la organización terrorista, y por otro, ensalzando de manera pública la figura de su esposo como combatiente yihadista.
La detenida manifestaba, según la investigación, un profundo odio por la cultura occidental y lo transmitía de manera directa a sus hijos, de manera que el discurso radical y violento de uno de ellos llamaba poderosamente la atención, por ser impropio de un menor de corta edad.
En su vida diaria empleaba importantes medidas de seguridad para evitar ser detectada, especialmente tras la marcha de su marido en 2014, cuando su nombre junto con el del combatiente, aparecieron en algunos medios de comunicación.