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El debate de investidura

El PP defiende el discurso duro de Casado porque "la situación no es para menos" y Vox se jacta de que les imiten

Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Casado en el segundo día del debate de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso.

A grandes rasgos, el pleno de investidura de Pedro Sánchez que arrancó este sábado en el Congreso de los Diputados y que culminará el martes con una votación en la que el candidato ya sólo necesita cosechar más votos a favor que en contra, fue el pleno en el que el grueso de los partidos se dedicó a explicar a sus rivales cómo creen que deberían ser. Al PP no le gusta un PSOE que se acerca a Unidas Podemos y a los independentistas de ERC y EH Bildu porque, consideran, se alejan de la Constitución. Al PSOE no le gusta que el PP de Casado se haya contagiado de Vox y, a su juicio, ya cueste distinguir a la derecha de la extrema derecha. Tampoco a los socialistas les gusta que Ciudadanos haya abandonado el centro. Y a la líder interina del partido naranja, Inés Arrimadas, no le gustan los planes de Sánchez para el futuro. Hasta el punto de haber aprovechado su intervención para buscar voluntarios "valientes" en la bancada socialista que traicionen al candidato y revienten la votación.

Tras estos reproches y ataques, en muchas ocasiones muy subidos de tonos, se pueden vislumbrar los perfiles de la nueva etapa política, del contexto en el que tendrá que moverse el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos acordado por Sánchez y Pablo Iglesias. Si el pleno de investidura de estos días sirve de muestra de lo que va a ser la XIV Legislatura, las tres derechas van a competir en dureza y Sánchez va a encontrar en ellas pocas posibilidades de entendimiento. Tampoco van a poner en bandeja sus apoyos las formaciones independentistas, que ya han advertido al futuro Ejecutivo de que llegar a la Moncloa gracias a sus abstenciones no les va a salir gratis. 

Quizá el episodio más gráfico de lo que está por llegar se produjo este domingo a primera hora. A las 9.00 de la mañana subía a la tribuna de oradores para hacer uso de la palabra la parlamentaria Mertxe Aizpurua, portavoz de EH Bildu. En la bancos de las formaciones de la derecha no gustó nada que criticara con dureza el discurso del rey Felipe VI del 3 de octubre de 2017 ni sus menciones a Arnaldo Otegi y fue interrumpida con gritos de "¡asesinos!", "¡etarras!" y "¡libertad, libertad!""¡asesinos!", "¡etarras!" y "¡libertad, libertad!".

Parece ser la oposición que está por venir. En el PP aseguran que la actuación de su líder estos días ha sido la que tiene que ser en correspondencia "con la gravedad de lo que está ocurriendo y va a ocurrir", que no cabe hablar ahora de discursos centrados o radicalizados. "La situación no es para menos", subrayan las fuentes consultadas por infoLibre.

Mientras, en Vox, prometen que harán una "oposición sin cuartel". En el Parlamento y en la calle. En privado, dirigentes de la extrema derecha se jactan de que el partido de Casado en este pleno de investidura se ha apropiado de muchas de sus ideas, una acusación que también repitió desde la tribuna de oradores en varias ocasiones el propio candidato socialista. No es la primera vez que desde la extrema derecha se acusa al PP de copiarles, de imitarles.

Las tres derechas buscan protagonismo

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet tuvo que llamar al orden. También accedió a dar la palabra a Pablo Casado (PP) y al diputado de Ciudadanos Edmundo Val, que pretendían que desde la Presidencia de la Cámara se hubiese afeado a EH Bildu las críticas a la Corona. Desde Vox, nadie pidió la palabra. Su líder, Santiago Abascal, estaba fuera del hemiciclo, acompañando a compañeros de su formación, víctimas de la banda, para que no tuviesen que escuchar el discurso de la diputada de la izquierda abertzale. Sin ser su día, porque sus respectivos turnos tuvieron lugar el sábado, las tres derechas acaparaban gran parte del protagonismo de la jornada. 

"Es infame lo que hemos vivido", decía Pablo Casado tras asegurar que el discurso de la portavoz de EH Bildu había sido de lo más "nauseabundo" que había oído "jamás" en el hemiciclo. Pero también tuvo críticas para Pedro Sánchez, al que un día antes ya había criticado con dureza amenazando incluso con llevarlo a los tribunales en el caso de no aplicar el 155 en Cataluña si Torra se aferra al cargo tras la decisión de la Junta Electoral Central de que sea inhabilitado. A ojos del jefe de los conservadores, el jefe del Ejecutivo en funciones no había actuado bien al no haber defendido, en la réplica, "ni a la Constitución, ni al rey, ni a España, ni a las víctimas del terrorismo".

"Cuando haces oposición firme, te llaman extremista"

Este domingo, pues, Casado volvió a dar muestras de que ha decidido recuperar su tono más duro, el mismo tono al que recurrió en la campaña electoral de las generales del 28A, cuando su formación tocó suelo: 66 escaños. En su entorno aseguran que no es cuestión de poner calificativos a la actitud de su líder. Sostienen que cuando hay que hacer oposición, o la haces o no la haces, y que si algo ha quedado claro estos dos días es que "Casado lidera la oposición"."Cuando haces oposición firme, te llaman extremista", subraya un parlamentario conservador en conversación con infoLibre.

La misma fuente apunta a que, contrariamente a lo que dijo Sánchez desde la tribuna, los votantes del PP no se sienten traicionados por el papel de Casado en este debate. "Sólo hay que escuchar a la calle", destaca. Y se dice convencida de que hay votantes y dirigentes socialistas que no entienden cómo su presidente no se ha atrevido a plantar cara a los ataques de ERC y EH Bildu. Otra cosa es que vayan a tener éxito las apelaciones que se han hecho desde la derecha a diputados del PSOE y a los partidos regionalistas para que impidan que Sánchez logre los votos necesarios este martes.

¿Va a ser este el Casado de toda la XIV Legislatura? ¿Dónde quedó el 'giro al centro' que demandaban destacados dirigentes territoriales para hacer del PP un partido con una base de electores más amplia? ¿Dónde quedó la idea de Casado de aglutinar bajo las siglas del PP a todas las formaciones ubicadas a la derecha del Partido Socialista? Todas las fuentes consultadas por este diario coinciden en que es pronto para dar respuesta a esta batería de preguntas. Que irán paso a paso y que lo que tocaba este fin de semana era denunciar lo malo para España de los pactos de Sánchez y el "silencio" del presidente en funciones que le ha llevado a apoyar "tesis soberanistas".

El PP mantiene que lo que va a ocurrir a partir de este martes, si a Sánchez le salen las cuentas que ya parece tener amarradas, no es una coalición progresista, sino "una coalición ultra contra el Estado constitucional". Porque, a ojos de los conservadores, el PSOE constitucionalista ya se ha extinguido accediendo a tesis de "conflicto político".

No ha renunciado Casado, destacan, a aglutinar bajo el paraguas del PP a los votantes de Ciudadanos y de Vox. Su plan era, admiten, hacerlo desde la Moncloa, desde la Presidencia del Gobierno. Pero ahora tiene que cambiarlo y empezar a construir desde la oposición porque en el PP ya empieza a cundir el temor de que la legislatura puede ser más larga de lo que en principio aventuraban.

Los diez escaños de Ciudadanos dejan a Inés Arrimadas en una posición muy débil. El principal obstáculo está en Vox, que gracias a sus 52 escaños tiene un altavoz muy potente en el Congreso.

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"Ofensiva parlamentaria"

De momento, en el primer gran debate de la legislatura que acaba de nacer, en el PP se dan por satisfechos con cómo su líder lo ha manejado. En su calidad de líder de la formación más votada después del Partido Socialista, a Casado le correspondió hacer uso de la palabra justo después de la intervención del candidato a la investidura, lo que le dio cierta ventaja a la hora de intentar marcar el terreno o de robar argumentos a Santiago Abascal (Vox) e Inés Arrimadas (Ciudadanos). También, a la hora de marcar el tono. Nada más terminar su intervención, desde la izquierda se destacaba con ironía que mucho tenía que decir el líder de la extrema derecha para superar la dureza de Casado. Y, en cierto sentido, fue un argumento que incluso compartieron en el PP: "En este debate, nuestro presidente ha dejado sin sitio a Vox y Ciudadanos. Sin espacio", valoraba un dirigente autonómico a infoLibre.

Como Vox, el PP también estará atento para dar respuesta a cada paso de Sánchez y sus socios en la calle, en el Congreso, en el Senado o en los tribunales. SenadoLa batalla, pues, por liderar estas iniciativas y adelantarse va a ser uno de los ejes de la relación del bloque de la derecha, un bloque que se entiende a nivel autonómico y municipal. De momento, los conservadores trabajan en una "ofensiva parlamentaria" para que el futuro presidente del Gobierno explique a los españoles desde el Congreso su relación con ERC y con EH Bildu. 

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