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Eutanasia

Los profesionales rechazan que el caso de la paciente de Alcalá de Henares guarde relación con el debate de la eutanasia

Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.

María Teresa lleva una semana ingresada en el Hospital Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares). La mujer padece una enfermedad neurodegenerativa desde hace más de dos décadas y los médicos que la atienden han decidido, por lo "complejo" de su situación clínica, desestimar medidas de reanimación en caso de parada. Así lo habían determinado los profesionales hasta que la asociación ultracatólica Abogados Cristianos tomó cartas en el asunto. La organización solicitó medidas cautelares a instancias de su familia con el fin de "garantizar su vida" y este jueves el juez de instrucción número seis de Alcalá de Henares estimó la petición. Abogados Cristianos entiende el fin del tratamiento como una suerte de "eutanasia pasiva", mientras que los médicos creen que prolongar las medidas implica "encarnizamiento terapéutico".

Polonia Castellanos, portavoz de Abogados Cristianos, sostiene en conversación con infoLibre que todo comenzó cuando "una persona de la familia se pone en contacto" con la asociación para explicar el caso de la paciente. Castellanos denuncia que el hospital, llegado el momento, "no la reanimaría porque es una paciente que le sale cara". En ese momento la asociación ultracatólica reclama medidas cautelares, para "asegurar que siga con vida". Según la portavoz, el juez "pide asesoramiento médico a un especialista totalmente objetivo, que va a verla, la examina, estudia su historia clínica y dice que, a pesar de su estado, está estable, evolucionando, mejorando y es aconsejable su reanimación".

Según el auto al que ha tenido acceso Europa Press, el juez acuerda que se proceda por parte de "facultativos médicos de este centro hospitalario a la aplicación del tratamiento médico correspondiente, en su caso, la reanimación cardiopulmunar, en el momento en el que lo necesite". "La decisión médica clínica se deberá tomar respecto al paciente concreto, y en atención a las circunstancias concurrentes en el momento que se presente por su evolución clínica, con total respecto a la autonomía del mismo o persona que legalmente le represente", recoge el auto judicial.

El Hospital de Alcalá de Henares defiende la profesionalidad de sus médicos, que "han aplicado los protocolos habituales para dar la mejor asistencia médica posible a esta paciente ingresada actualmente, en situación clínica muy compleja". En todo momento, afirman fuentes del hospital, "la paciente ha sido valorada por profesionales de distintas especialidades –Urgencias, Medicina Interna, UCI y Neurología–". Ante la insistencia de la familia en aplicar técnicas que "los facultativos valoran como encarnizamiento terapéutico", el pasado 4 de julio el centro pone los hechos en conocimiento del Juzgado de Guardia de Alcalá de Henares, remitiendo además un informe de la asistencia. Es entonces cuando Abogados Cristianos se hace eco del conflicto y solicita la imposición de medidas cautelares.

La atención prestada, subraya el hospital, "ha sido siempre siguiendo criterios asistenciales, no económicos", desmintiendo así la versión ofrecida por la portavoz de la asociación ultra. Respecto al auto, contra el que cabe recurso, el centro dice estar estudiándolo al detalle. "Recurrirlo demostraría una obstinación por acabar con la vida" de la paciente, opina Castellanos, quien apuesta por que "pueda seguir con su vida".

¿Debate en torno a la eutanasia?

Los profesionales que la atienden, añade el hospital, "de forma colegiada y consensuada, han valorado que la aplicación de otras técnicas agresivas e invasivas, no beneficiarían a esta paciente". En concreto, "los facultativos han valorado que si la paciente entra en parada, no deben aplicarse técnicas avanzadas de reanimación". Es en este punto donde surge la polémica. Para Castellanos, este modo de proceder responde a una "eutanasia pasiva" porque la paciente "necesita reanimación y no se la dan". Además, sostiene, la reanimación cardiopulmunar es "algo relativamente normal y no provoca sufrimiento".

La portavoz de Abogados Cristianos cree que este episodio viene a reactivar el debate en torno a la eutanasia, un método que tacha de "muy peligroso y que viene de la Alemania nazi". Critica además la pretensión de trabajar por una ley de muerte digna: "Si hoy hubiese una ley de eutanasia se le habría podido aplicar", denuncia.

El hospital, por su parte, sostiene que "la atención a esta paciente no tiene nada que ver con debates como la eutanasia", pues "se está atendiendo a la paciente en las mejores condiciones posibles dado su estado".

También rechaza el papel de la eutanasia en este caso la asociación Derecho a Morir Dignamente, cuyos portavoces declinan hacer declaraciones precisamente por entender la polémica como una cuestión completamente ajena a su batalla por el derecho a una muerte digna.

El doctor Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio de Médicos de Madrid, comenta en conversación con este diario que identificar el caso particular del Hospital Príncipe de Asturias con un debate alrededor de la eutanasia es "un error". "El comportamiento técnico y deontológico de los médicos del hospital es el correcto", asegura el doctor, quien cree importante conocer el significado exacto de eutanasia: "Una intervención de forma activa para acabar con la vida" del paciente.

Aunque está actualmente jubilado, José Andrés Cambronero es especialista en medicina intensiva. Para el médico, el discurso de Abogados Cristianos no es sólo un error, sino que además persigue "confundir a la gente". La eutanasia pasiva, recalca, "no existe", porque por definición tiene que ver con "procurar la muerte de una persona de manera indolora". La asociación ultracatólica, lamenta, "trata de confundir" con la eutanasia cuando "lo que se plantea es la limitación del esfuerzo terapéutico del soporte vital".

Encarnizamiento terapéutico

Los profesionales del hospital, subraya el centro, "han informado en todo momento a la familia" de las circunstancias por las que pasa el estado de la paciente. No obstante, la familia rechazó "el seguimiento de estas medidas" e insistió en "aplicar técnicas que los facultativos valoran como encarnizamiento terapéutico".

Este concepto, el de encarnizamiento terapéutico, se repite en palabras de los profesionales consultados. Sánchez Chillón recuerda que es el propio Código de Deontología Médica el que introduce la idea de "no tomar medidas extraordinarias cuando se estima que la vida está llegando a su fin y las medidas terapéuticas puedan incurrir en un empeoramiento de la calidad de vida". La muerte, reflexiona el doctor, "forma parte del proceso vital y cuando ya se intuye que cualquier acción terapéutica no va a revertir el proceso, lo puede mantener en el tiempo pero no revertir, se recomienda no entrar en esa situación".

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Con la visión defendida por el doctor coincide también Cambronero, quien asevera que "por el diagnóstico que tiene [la paciente de Alcalá de Henares], está en fase terminal de una enfermedad neurológica que no tiene cura", de manera que "cualquier medida de soporte vital no tiene sentido, porque es interpretable como encarnizamiento terapéutico". Lo habitual en este tipo de casos, confirma, es que "se pare el tratamiento".

El artículo 36.2 del Código Deontológico expresa que "el médico no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanza de beneficios para el enfermo, inútiles u obstinadas".

Por otro lado, y aunque los médicos respetan el dictamen de los tribunales, sí observan incongruencias. "Hay que acatar el auto del juez por encima de la decisión clínica", pero el mismo indica que, "como se espera la mejoría de la paciente, es conveniente dar paso a la reanimación cardiopulmunar". Si la paciente estuviera en una situación de mejoría, observan los profesionales, no debería entrar en parada, una situación "crítica vital".

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