LA NUEVA LEGISLATURA
PSOE y Junts retoman sus contactos tras la investidura con máxima discreción y sin confirmar el verificador
Pasada la investidura, el PSOE y Junts encaran una nueva fase de negociación, como marcó el documento suscrito en Bruselas, con una primera reunión prevista para este sábado en Suiza envuelta en la máxima discreción y sin haber hecho una confirmación oficial de quién ejercerá el papel de verificador, pero que pretende ser de “trabajo” y sin expectativas de grandes acuerdos.
En el documento rubricado el pasado 9 de noviembre entre el PSOE y Junts para cerrar el apoyo a Pedro Sánchez en la investidura se reflejaba que, “dadas las profundas discrepancias sobre la forma final de la resolución del conflicto, además de las desconfianzas mutuas reconocidas por ambos, se han acordado dotarse de un mecanismo entre ambas organizaciones, internacional, que tenga las funciones de acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos entre ambas formaciones a los que se llegue”.
Ninguna de las dos partes han confirmado oficialmente quiénes y cómo se ejercerá dicho papel, aunque TVE señaló este viernes, citando fuentes conocedoras de la negociación, que esta misión recaerá sobre el Centro para el Diálogo Humanitario Henry Dunant, que ya medió en la negociación para el fin de la banda terrorista ETA y que puede coordinar a un equipo de verificadores.
Esta fundación tiene como principal objetivo, según define en su web, "prevenir y resolver conflictos armados mediante el diálogo, la mediación y la diplomacia discreta", a través del método de reunir "a todas las partes" para "encontrar el camino hacia la paz".
La primera reunión no será "exhaustiva"
En el documento que rubricaron Santos Cerdán, por parte del PSOE, y Jordi Turull, por parte de Junts, dibujaba la hoja de ruta: “En la primera reunión de negociación a celebrar este mes de noviembre, se planteará, de forma no exhaustiva” cuestiones en el ámbito sobre el “reconocimiento nacional” y del “de los déficits y limitaciones de autogobierno”.
Sobre esta primera parte, Junts “propondrá la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya amparado en el artículo 92 de la Constitución”, mientras que e PSOE “defenderá el amplio desarrollo, a través de los mecanismos jurídicos oportunos, del Estatut de 2006, así como el pleno despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Catalunya".
En temas económicos, a lo largo de esta negociación los de Carles Puigdemont reclamarán el 100% de los tributos a gestionar en Cataluña y los socialistas apostarán por medidas para el acceso a los mercados de la Generalitat y el diálogo singular sobre el actual modelo de financiación autonómica.
Organizar el trabajo
Desde el PSOE se han rebajado las expectativas de lo que puede salir de esta reunión y, según confesó el propio Santos Cerdán, tendrá más bien un carácter de encuentro de trabajo para organizar esas citas. El ‘número tres’ de los socialistas es el capitán de la delegación de su partido con Junts y fue el encargado de trasladarse a Bruselas para lograr los votos para la investidura (estuvo acompañado por el diputado Juan Francisco Serrano). Junts ya anunció que en estas reuniones mensuales participará el expresidente Carles Puigdemont, que siempre está escoltado en este tipo de reuniones por Jordi Turull y Míriam Nogueras.
En el PSOE no han querido confirmar ni hora ni lugar de la cita ni la identidad del verificador de los acuerdos. Desde Ferraz se repite: “Discreción en el diálogo, transparencia en los acuerdos”. No obstante, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró durante su entrevista el jueves en TVE que se hará público el nombre del verificador y defendió este papel. Para el secretario general del PSOE es “bueno” que cuando dos tengan posiciones dispares “haya un tercero que verifique”.
"Partimos de una posición de desconfianza, lo que hace que sean necesarias terceras personas que de alguna manera medien en una relación en la que hay una desconfianza de partida, nada más", argumento también este viernes el ministro de Transportes, Óscar Puente, uno de los puntales del recién conformado Gobierno de coalición. Y rechazó que se esté negociando con opacidad: “Los acuerdos acaban al final siendo públicos, trascienden y son transparentes”.
La negociación con Junts es paralela a la mesa de partidos también pactada entre el PSOE y Junts durante las negociaciones para la investidura. Ese espacio también contará con un verificador, cuya identidad tampoco se ha hecho pública todavía. No obstante, los republicanos, según fuentes conocedoras, ya han puesto sobre la mesa varios nombres que los socialistas no ven mal, según fuentes conocedoras, La opción elegida podría pasar también por ser una fundación o entidad.
Este órgano también es independiente de la Mesa de Diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat, que se pretende activar también pronto. El presidente Sánchez ya ha fijado además un viaje a Barcelona el próximo 21 de diciembre, donde tiene previsto reunirse con el jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, de Esquerra Republicana.
La derecha se lanza contra la reunión
La primera reunión entre PSOE y Junts con verificador internacional será este sábado en Ginebra
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La derecha ha centrado sus críticas durante estas horas en esa figura entre el PSOE y el independentismo. El vicesecretario de Política Autonómica del PP, Elías Bendodo, habló de “disparate”: "Sánchez y los suyos no se dan cuenta de que, en una democracia, el verificador de lo que hace el Gobierno es el pueblo", y no debe haber "un tercero al que hay que pagarle".
Los populares también hincaron el diente contra el Gobierno por el desmentido de la Comisión Europea a las palabras del titular de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, de que en Bruselas había “cero” preocupación con la ley de amnistía. Fuentes de Génova resaltaron que “el portavoz de Didier Reynders niega que el comisario europeo de Justicia haya expresado que dicha ley no plantee preocupaciones”.
“Por mucho que se empeñe el Gobierno, esta amnistía no es un asunto interno porque supone un menoscabo de los pilares básicos del Estado de derecho y de la democracia por romper la igualdad entre ciudadanos y ofrecer impunidad a cambio de votos y de mantenerse en Moncloa”, añadieron los populares, que denunciaron: “El ministro de los tres poderes del Estado se debió de pensar que mentir por boca de Reynders no iba a tener consecuencias, pero las mentiras tienen las patas muy cortas y el engaño ha retumbado en Bruselas”.