La XIII Legislatura
El PSOE plantea a Iglesias que quiere gobernar en solitario para no dificultar los pactos que necesita con otros grupos
El PSOE no se mueve de sus preferencias. “Formar gobierno en solitario es una decisión de la Ejecutiva”, recuerdan fuentes de la dirección socialista consultadas por infoLibre. Y ese sigue siendo su objetivo. La insistencia de Unidas Podemos (UP) en una coalición, añaden las mismas fuentes, no se corresponde con el número de escaños que tiene en el Congreso. Pablo Iglesias “no está en posición de hacer exigencias”, como destacó Pedro Sánchez desde Bruselas el martes.
El secretario socialista de Organización, José Luis Ábalos, volvió este jueves a esta misma idea en una entrevista en Antena 3: la propuesta de una coalición “no nos gusta”, admitió. Aunque introdujo un matiz para engrasar el diálogo que se avecina: eso no significa que no se pueda plantear “la incorporación [al Ejecutivo] de miembros de otras formaciones, en este caso de Podemos, pero desde luego no bajo la fórmula de coalición”.
Los socialistas creen que “una coalición tendría sentido si ambas formaciones sumaran mayoría absoluta”, lo que no ocurre en el caso del PSOE y Unidas Podemos. No disponer de 176 diputados “quiere decir que, para conseguir determinados acuerdos tenemos que recurrir a otras fuerzas”.
Frente a las demandas de Unidas Podemos, Ábalos sostiene que un gobierno nítidamente socialista, “sin los condicionamientos” de una coalición, tendrá “más margen de llevar adelante una agenda progresista”. Un gobierno de “orientación socialista” será “más eficaz” e “incluso mejor para Podemos” en la medida en que, según el número tres del PSOE, estará en situación de buscar acuerdos con otros grupos para completar mayorías sin comprometer las posiciones de la formación morada.
Con todo, el PSOE sabe que necesita a Unidas Podemos. Así que sus dirigentes subrayan siempre que tienen ocasión su voluntad de pactar con ellos la agenda política que viene. “Hemos dicho reiteradamente que a Podemos lo consideramos un socio programático prioritario”, subrayó Ábalos en la misma entrevista. Y “lo más importante es acordar programas de transformación social”, no “hablar de presencias en el Gobierno. Preferimos hablar de qué vamos a hacer antes de quién lo va a hacer”.
La idea planteada por el secretario socialista de Organización de dar entrada en el Gobierno a representantes de UP, pero sin comprometer la idea de que se trata de un Gobierno del PSOE, busca rebajar las aristas entre ambas formaciones en el inicio de las negociaciones, que llevarán personalmente Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y a las que ambos pretenden proteger con un muro de discreción.
Mientras, el partido explora las opciones que tiene para completar la suma de escaños que necesita para la investidura de Sánchez más allá de los socios que ya da por seguros, entre otras cosas porque mantienen buenas relaciones y tienen fuertes vínculos de gobierno en sus respectivos territorios: el PNV en Euskadi, Compromís en la Comunitat Valenciana y el PRC de Miguel Ángel Revilla en Cantabria. La suma de todos (173), sin embargo, no alcanza para elegir a Sánchez, incluso aunque los diputados soberanistas suspendidos no puedan votar y el Congreso acabe rebajando la mayoría absoluta necesaria para la investidura a 174 diputados.
El líder del PSOE precisa sumar más de 173 votos o, al menos, que un par de parlamentarios de otros grupos se abstengan. Y no parece que Coalición Canaria, que tiene dos diputados, esté por la labor: su portavoz, Ana Oramas, ya ha dejado claro que no votará a favor ni se abstendrá en la investidura si los socialistas firman un acuerdo programático con UP, sea de la naturaleza que sea. Y pase lo que pase en el Gobierno de Canarias, que se disputan precisamente su partido y el PSOE, añadió este jueves.
El PSOE apoya la búsqueda de la mayoría que necesita en el Congreso para investir a Sánchez, sobre todo, en el argumento de que la suya es la única presidencia viable. Y que si no sale adelante, quienes la impidan tendrán que asumir la responsabilidad de una repetición electoral con el riesgo que eso conlleva de ser castigados en las urnas.
Lo que no van a buscar es el respaldo de los independentistas, ni de Esquerra, ni de JuntsxCat ni de EH-Bildu. Los socialistas hablan ya abiertamente de “veto” a estas tres formaciones, a las que sitúan fuera de la Constitución y a las que no consideran “de fiar”. Especialmente después de lo ocurrido con Miquel Iceta, al que los independentistas catalanes privaron de la posibilidad de convertirse en presidente del Senado.
En cualquier caso, “aritméticamente no es necesario contar con los independentistas”, advierte Ábalos. “Es falso que no haya más remedio” que pactar con ellos para ganar la investidura. ¿Cómo evitarlo? Haciendo, por ejemplo, lo que Manuel Valls ha propuesto en Barcelona (el candidato de Cs en la capital catalana ha decidido, en contra del criterio de Albert Rivera, respaldar a Ada Colau para la Alcaldía con el objetivo de evitar que el bastón de mando caiga en manos independentistas). “Tiempo tendrá todo el mundo” de hacer esa reflexión, apuntó.
La decisión de no contar con ellos es tan firme que el PSOE se ha movilizado para impedir que el candidato de Esquerra, Ernest Maragall, se convierta en alcalde de Barcelona. Y para bloquear cualquier solución a la gobernabilidad de Navarra que incluya al partido de Arnaldo Otegi.
La candidata socialista en la Comunidad Foral, María Chivite, ya ha convocado la semana que viene a Geroa Bai, Podemos Navarra y la marca local de IU para buscar un acuerdo de izquierdas que excluya explícitamente a EH-Bildu y que, de llegar a buen puerto, no tiene ninguna posibilidad de salir adelante sin el concurso, o al menos la abstención, de la formación abertzale. El propio Otegi declaró este jueves, a la vista de las intenciones del PSOE, que, aunque EH-Bildu no tiene todavía fijada la posición en caso de que Chivite se presente a la investidura sin contar con ellos, ahora mismo “no tienen ninguna intención” de hacerla presidenta.
El inicio de las negociaciones
El caso de Navarra, como los de Canarias, Aragón, Castilla y León, Murcia, Madrid y los numerosos ayuntamientos en los que los socialistas aspiran a gobernar o pueden jugar un papel en la formación de mayorías de gobierno comenzarán a ser examinado en detalle por la dirección socialista a partir de la semana que viene.
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La comisión encargada de coordinar las negociaciones ha ido recopilando a lo largo de esta semana la información que necesita parta conocer en detalle la situación en cada comunidad y municipio y se dispone en los próximos días a examinar “caso a caso”. Ferraz estará muy encima de los contactos en ayuntamientos y autonomías: su intención en centralizar todas las decisiones, hasta la última diputación provincial y siguiendo no sólo criterios de gobernabilidad sino “orgánicos”, con la vista puesta en la cohesión interna y la proyección de futuro del partido. Lo más urgente, los ayuntamientos, que deben constituirse el sábado 15 de junio.
A la espera de que empiecen las negociaciones, el PSOE insiste en no renunciar a nada. Y continúa enviando mensajes a Ciudadanos para que reconsidere la prioridad que ha dado a los pactos con el PP.
“No puede ser [que Cs apoye] a un partido que lleva casi tres décadas gobernando” y que tiene “un proyecto político tan agotado” en comunidades como Madrid, Castilla y León o Murcia. Al que se vienen encima sentencias por corrupción. Y que necesita además el apoyo de la ultraderecha. Ciudadanos, subraya Ábalos, tiene que replantearse su estrategia. “Jugó a ser alternativa y no pudo ser; después intentó jugar a liderar la oposición y ha quedado tercero. Su rival”, asegura, “es el PP”, y “si se subordina” al partido de Pablo Casado “se convierte en su instrumento”.