El PSOE se plantea pedir ya la denuncia de los acuerdos con la Santa Sede

La relación del PSOE con la Iglesia no ha sido ni mucho menos lineal en los últimos años. En el Gobierno, pasó de prometer una nueva Ley de Libertad Religiosa a aparcarla definitivamente y aprobar una financiación muy ventajosa para los obispos. En la oposición, desde el congreso de Sevilla de 2012, ha amenazado repetidamente con pedir la revisión de los acuerdos con la Santa Sede si el Ejecutivo del PP no cedía y seguía adelante con la ley Wert o con la contrarreforma del aborto. Ahora, el partido parece decidido a apretar más las tuercas a la Iglesia. El pasado 13 de octubre, Alfredo Pérez Rubalcaba anunció en Bilbao que la Conferencia Política de noviembre aprobaría la denuncia del Concordato, para defender la laicidad. "Porque la laicidad es el máximo respeto y la máxima igualdad, que es lo que los socialistas defendemos”. No concretó más. Pues bien, la dirección del PSOE entiende que ha llegado el momento, que es "ahora" cuando hay que proceder a solicitar la modificación de los acuerdos con el Vaticano.

El documento marco de la Conferencia plantea que un "asunto crucial" en la elaboración de una nueva Ley de Libertad de Conciencia y Religiosa es su "potencial discrepancia" con el Concordato de 1979. Según proclama el texto, la nueva norma, "que debe sentar sentar un marco general para responder con libertad de la manera más adecuada y consensuada a las demandas de la nueva sociedad en conformidad con los principios constitucionales, no debe elaborarse bajo el criterio de los límites impuestos por los acuerdos del Estado con la Santa Sede". Y añade: "Será su aprobación la que permita identificar aquellos puntos donde los acuerdos vigentes [...] deberán adecuarse a la futura ley". Dicho de otro modo, la propuesta inicial era que una vez sancionada la futura norma (cuando el PSOE retornara a la Moncloa, por tanto), se verá qué puntos del Concordato no encajan, para proceder a su renegociación con el Vaticano. 

La cúpula del partido está convencida de que esa tesis ya ha quedado "desbordada" por los hechos, y lo está comprobando a través de las enmiendas a la ponencia marco que van llegando a Ferraz. "El documento condiciona la denuncia de los acuerdos a la puesta en marcha de una nueva ley, con un Gobierno socialista. Pero ha ido cobrando fuerza la idea de que es ahora cuando hay que denunciar el Concordato", explicaban este martes fuentes de la dirección. El "retroceso" en democracia diseñado por el Gobierno es ya motivo suficiente para que el PSOE plantee en la Conferencia la revisión del convenio internacional de 1979 como "una demanda política del momento". En suma, el cónclave "se adelanta", corre más deprisa de lo previsto inicialmente.

Enseñanza de la Religión, fuera del horario escolar

La dirección, no obstante, considera que hay que esperar a que se celebre el cónclave y se vea el cariz de los debates. Es una idea que sale recurrentemente de la boca de los organizadores: la Conferencia, que coordina el exministro Ramón Jáuregui, está "abierta", y se pretende que dirigentes, militantes y miembros de movimientos sociales (acudirán, con voz y voto, 250, de un total de 1.097 participantes) "discutan de verdad". 

Tampoco está decidido el alcance de la denuncia de los acuerdos, que tienen en realidad cuatro patas (educación, financiación de la Iglesia, asuntos jurídicos y asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas). "Si pides revisar una parte, se entiende que denuncias todo el contenido", razonaban desde la cúpula federal. Rubalcaba, en su intervención del 13 de octubre en Bilbao, en la clausura de la Conferencia Política de Juventudes Socialistas de España (JSE), se remitió a lo que decida la Conferencia, pero apostó por que la enseñanza religiosa salga fuera del currículum académico y fuera del horario escolar porque “la elección de uno no puede condicionar el horario del otro”. “Será programa del PSOE y cuando gobernemos, que será pronto, lo haremos efectivo”, prometió.

"España ha cambiado mucho en estos años y es el momento de decir las cosas como las pensamos", aseguró Rubalcaba. El secretario general dijo entonces que el partido "defiende" a los padres con creencias religiosas, igual que a los progenitores "que no quieren educación religiosa para sus hijos". "Hay que hablar de la educación en el hecho religioso y los valores éticos compartidos, que están en nuestra Constitución". El papa Francisco, añadió, "seguro" que entiende a los socialistas, "porque puede entender lo que es un Estado laico". 

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Sin cambios en el tratamiento de la Corona

En la defensa de la laicidad, pues, habrá avances. Pero no se prevé introducir modificaciones sustanciales respecto al documento marco inicial en otro tema controvertido: la monarquía, que ocupa la última página del texto. La ponencia propone eliminar la prelación del hombre sobre la mujer en la sucesión de la Corona, salvaguardo los derechos del príncipe Felipe, y elaborar una ley orgánica que desarrolle el artículo 57. 5 de la Constitución, para regular así los casos de abdicación y la renuncia de los derechos sucesorios, y otra más que defina con precisión el estatuto jurídico del heredero. Elena Valenciano, la vicesecretaria general, planteó hace pocas semanas, redactar un "Estatuto de la Casa Real", que inclusa la regulación de la figura del príncipe, "con consenso entre los partidos", y "cuando sea posible", porque la monarquía debe "modernizarse", como todas las instituciones, y ganar en claridad, "saber cómo funcionan las cosas". La número dos recordaba la propuesta del PSOE justo cuando la Zarzuela comunicó que el jefe del Estado tenía que pasar de nuevo por quirófano, sin que pudiese delegar en su hijo ninguna de sus funciones. 

"Este tema de la Corona queda como está. Hay ciertas complejidades técnicas respecto a la regulación de la abdicación y demás. Nos vale en principio la redacción original del documento marco", afirmaba el pasado martes un alto responsable de la dirección. Sin embargo, ya hay enmiendas que piden avanzar más: JSE exigió al PSOE que asuma como "objetivo" la llegada de la III República.