Conferencia autonómica
El PSOE se queja del trato a Podemos: “Mucha coleta en televisión para fragmentar el voto de centro izquierda”
“Mucha coleta en televisión para fragmentar el centro izquierda”. Así de mordaz se mostró el presidente asturiano, Javier Fernández, en alusión a Pablo Iglesias y la marcha multitudinaria de Podemos en Madrid. Fernández se convirtió en el principal protagonista de la primera jornada de la Conferencia Autonómica del PSOE en el Palacio de Congresos de Valencia. En la misma línea de ataque se pronunció el líder del socialismo catalán, Miquel Iceta, quien alertó sobre la “necesidad de actuar” en tiempos “de tanto charlatán, curandero y vendedor de crecepelo”.
Previamente, en los pasillos, hablaron sobre este asunto algunos de los líderes autonómicos. El anfitrión, el valenciano Ximo Puig, candidato a la Generalitat, aseveró “no estar preocupado por las manifestaciones, porque manifestarse es positivo”, aunque lamentó que se trate “sólo de denunciar y gritar” y no de apostar “por propuestas y soluciones”. Guillermo Fernández Vara, secretario general de los socialistas extremeños, recetó para España “menos gritos, menos voces y más ideas”, y se mostró categórico en el diagnóstico: “No hay alternativa posible al PP más que el PSOE”.
De noche con Iglesias, de día con Sánchez
Más comedido fue Emiliano García-Page, líder socialista en Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo. Page fue uno los impulsores de la polémica cena junto a José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono y Pablo Iglesias. Un ágape del que no se arrepiente “en términos personales”, ya que fue “un encuentro privado”. Aunque, tras el aluvión de críticas y susceptibilidades, aseguró preferir “comer con Pedro Sánchez”. Page, no obstante, resaltó que en su partido hay "unidad", pero se trata de una "unidad crítica" porque no es un "ejército", sino un partido donde la gente "opina y debate" y hasta "a veces contrapone candidatos". El madrileño Tomás Gómez discrepó con esa definición del candidato manchego: no ve unidad crítica, porque "la unidad es unidad".
Podemos fue una de las obsesiones en un cónclave de marcado estrabismo, con un ojo puesto en las apelotonadas instantáneas de Cibeles y Sol y el otro en busca de la autoestima herida. De hecho, todos los discursos tuvieron el denominador común del PSOE como el único garante del Estado del bienestar y de los derechos sociales. “Somos el adversario de todos los partidos”, arengó Fernández a un auditorio que no se llenó y que recibió con aplausos decaídos a Pedro Sánchez, lo que obligó a la organización a atronar la sala con el himno de la formación. Sánchez charló con los asistentes, pero no realizó declaraciones a la prensa.
Replegado sobre sí mismo, el PSOE intentó sacar punta a valores como la unidad, la seriedad y el pedigrí progresista. Tanto Fernández como Iceta se emplearon a fondo para calentar el desánimo de los militantes. “Os pido pasión por ganar”, proclamó Fernández, quien señaló que el compromiso debe estar con los de abajo “con sus nombres, con sus caras, con sus problemas, con sus ilusiones”. Algo que, según el líder asturiano, “hay que hacerlo en la calle, para que las palabras no huelan a cerrado”.
De hecho, Fernández fue el más vehemente de sus compañeros a la hora de defender la marca PSOE. El presidente asturiano reivindicó el estado del bienestar como “el patrimonio de los socialistas, el rompeolas de la crisis”. Y pinchó algunos letargos con un lenguaje afilado de consignas: “Debemos trabajar unidos, que brote la adrenalina y vean que tenemos ganas de ganar”, por lo que debemos “poner en el corazón de nuestras políticas la lucha contra la desigualdad”. Fernández alertó del miedo: “La herramienta preferida por la derecha para su hegemonía social”.
Independencia catalana
Y hubo alusiones tibias a la independencia de Cataluña, aunque se evitó insistir en el debate territorial para evitar cualquier imagen de fraccionamiento interno. Iceta bromeó sobre el asunto al decir que Cataluña "no puede salir de la Península Ibérica, lo he visto en un mapa”. E insistió en que el debate federal se zanjó con el Consejo Territorial de Granada y que el único federalismo por el que ya siente interés es el de “los servicios públicos y los ciudadanos que libremente se asocian para hacer una sociedad mejor”.
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De manera similar se pronunció Joan Calabuig, candidato a la alcaldía de Valencia, quien auguró la rehabilitación de relaciones entre valencianos y catalanes “en un futuro cercano”. Un legado histórico, subrayó, “deteriorado por el Partido Popular”, empeñado en usar el anticatalanismo como herramienta electoral. “No queremos fronteras”, esgrimió Calabuig, “ni tampoco un régimen corrupto, de clientelismo y de despilfarro”, en relación al PP. Y puso como ejemplo la lucha de las víctimas del metro por la reparación y la asunción de responsabilidades políticas por parte del Consell tras el accidente que en 2006 dejó 43 muertos y 47 heridos.
La jornada continuó por la tarde con debates temáticos sobre igualdad, radicalidad democrática, transición económica y Estado del bienestar. Todos ellos con presencia de varios presidenciables de comunidades autónomas, como Patricia Hernández (Canarias), Rafael González (Murcia) o Tomás Gómez (Madrid). Este último alentó a los militantes de cara a los próximos comicios “para acabar con el capitalismo de los amiguetes para que vengan emprendedores de la innovación y la creatividad” y pongan fin “al liberalismo de pizarra del PP”. Una opinión coincidente con la de Manuel de la Rocha Vázquez, responsable de Economía de la ejecutiva, quien denunció una recuperación “con pies de barro”, puesto que mantiene “el desempleo y el trabajo precario”.
Las conclusiones se presentarán este domingo y, a continuación, Ximo Puig y Pedro Sánchez, clausurarán la conferencia.