Caso Gürtel
Rajoy aceptó un pleno sobre ‘Gürtel’ en tres años, pero Santamaría presume de las “reiteradas” explicaciones
Un nuevo paso. Este jueves, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz acordó la apertura de juicio oral de la primera parte del caso Gürtel. En total, 40 personas se sentarán en el banquillo –entre ellas, los extesoreros del Partido Popular Luis Bárcenas, Álvaro Lapuerta y Ángel Sanchís–. Pero hay más. El magistrado también abrió juicio oral contra la exministra de Sanidad, Ana Mato, y el PP en condición de partícipes a título lucrativo. Para la primera ha fijado una fianza de 28.467 euros. Para la formación liderada por Mariano Rajoy, de 245.000.
La primera reacción de la oposición ha sido la de reclamar la comparecencia del presidente del Gobierno y del PP en el Congreso de los Diputados para que dé explicaciones. En respuesta, desde el Ejecutivo, la vicepresidenta del Gobierno dio a entender este viernes que no están muy por la labor. Insistiendo en que este tipo de cuestiones son asunto de la Junta de Portavoces de la Cámara baja, aseguró que el jefe del Ejecutivo "ha comparecido en reiteradas ocasiones sobre este asunto". "Y en plenos monográficos sobre este asunto" recalcó. ¿Ha habido "reiteradas ocasiones" y "plenos monográficos"?
Los grupos de la oposición han intentado a lo largo de toda esta legislatura que Rajoy rindiera cuentas sobre este escándalo que afecta a su partido. De forma reiterada. Cada vez que han existido novedades judiciales. "En cada trámite procesal vuelven a pedir la comparecencia", se quejó Santamaría. Pero la insistencia de la oposición ha sido inversamente proporcional a las veces que Rajoy ha dado su brazo a torcer. En realidad, desde que el PP llegó al Gobierno en noviembre de 2011, sólo ha comparecido una vez para rendir cuentas sobre este asunto: el 1 de agosto de 2013. La intervención fue en el Senado al encontrarse en obras el Congreso de los Diputados.
El resto de ocasiones, el Grupo Parlamentario Popular, gracias a su mayoría absoluta en la Cámara baja, ha podido bloquear las peticiones de los partidos de la oposición al respecto. En sentido estricto, sólo el citado 1 de agosto puede considerarse como un "pleno monográfico" sobre el caso Gürtel. Y eso que el PP evitó a toda costa llamarlo así. De hecho, en el orden del día, en lo relativo al presidente del Gobierno figuraba lo siguiente: "comparecencia, a petición propia, del presidente del Gobierno, ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para informar sobre la situación económica y política de España".
Esta petición no obstante, se acumulaba a una del Grupo de la Izquierda Plural y a otra conjunta de CiU y PNV en la que sí figuraban las demandas de estos partidos para que Rajoy explicase sus actuaciones en relación con el caso Bárcenascaso Bárcenas. El presidente del Gobierno llegaba a esta cita fuertemente debilitado. Los meses anteriores a su comparecencia en el Senado habían sido muy complicados para el PP y para él personalmente. El diario El Mundo había publicado una tanda de intercambios de SMS entre el presidente del Gobierno y Luis Bárcenas fechados cuando ya era conocido que el extesorero de los conservadores había amasado una fortuna en Suiza.
El pleno tras la dimisión de Mato
También acorralado por la corrupción acudió al Congreso Rajoy el 27 de noviembre de 2014. Solo un día antes había caído la mujer que él había elegido para ser ministra de Sanidad, Ana Mato, después de que el juez la considerase beneficiaria de los tejemanejes de su exmarido, Jesús Sepúlveda. Ese día se subió a la tribuna del Congreso para, según él, liderar la iniciativa de su Ejecutivo en materia de política anticorrupción. Sin embargo, el presidente desplegó un discurso sin apenas novedades en el que hizo un llamamiento al resto de partidos a sumarse a sus dos iniciativas legislativas para lanzar a los ciudadanos un mensaje claro de tolerancia cero con la corrupción. No fue, no obstante, un pleno monográfico sobre el caso Gürtel. El Gobierno lo evitó a toda costa y lo empleó para vender su denominado paquete de medidas anticorrupción. De hecho, un par de semanas antes, había bloqueado la petición de la oposición de un pleno monográfico.
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Ese día Mato, que sigue siendo diputada, se ausentó de la sesión. Y aunque los grupos cuestionaron qué tipo de autoridad moral tiene para vender regeneración el presidente de un partido que ha sido considerado "partícipe lucrativo" de las actuaciones de un red de corruptos, Rajoy mantuvo como argumento de fuerza la necesidad de un pacto de Estado en esta materia porque, a su juicio, la corrupción es algo que trasciende de los partidos, que casos hay en todas las filas y en todos los colores políticos.
En este sentido, Rajoy se limitó a vender dos proyectos de ley que llevaban en el registro de la Cámara ocho meses y que ya había puesto sobre la mesa en el debate del estado de la nación de febrero de 2013. A saber: la Ley Orgánica de control de la actividad finaciera de los partidos politicos y la reguladora del ejercicio del alto cargo. En este sentido deslizó como principal anuncio que los conservadores defienden que los estatutos de los partidos obliguen a que cada cuatro años se renueven los órganos de dirección. Y que en este proceso participen todos los militantes. Los partidos que incumpliesen estos preceptos podrían enfrentarse a ser dados de baja en el registro de partidos políticos.
Además recordó de nuevo que la idea del Gobierno era concretar el momento en el que un cargo público imputado abandona su puesto: en el momento en el que se enfrente a juicio oral.