El final de ETA
Cuando Rajoy presidía (y convocaba) manifestaciones junto a las víctimas de ETA
La última vez que el actual presidente del Gobierno acudió a una manifestación relacionada con el terrorismo fue el 10 de marzo de 2007. Bajo el lema "España por la libertad. No más cesiones a ETA", la marcha fue convocada por el PP tras la excarcelación del etarra Iñaki de Juana Chaos el 1 de marzo, cuando tras su prolongada huelga de hambre se le concede el segundo grado y es trasladado al hospital Donostia de San Sebastián. "El Gobierno de España está metido en una trampa en el que él mismo se ha metido y de la que no sabe salir", dijo el entonces líder de la oposición ante miles de personas en la plaza de Colón de Madrid. "Quiero deciros una cosa, quien cede una vez ante ellos se condena a seguir cediendo o a tener que combatirlos cuando sea demasiado tarde –había dicho poco antes–. Por eso es preferible tener el coraje de hacerles frente desde el principio, sin debilitar nuestra fuerza y sin fortalecer al principal enemigo de nuestra libertad". Detrás de Rajoy, estaba la entonces líder del PP vasco, María San Gil, y entre el público, José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones que estuvo 532 días secuestrado por ETA. Hoy ambos se hallan alejados del PP.
Un "¡Viva España!" y la interpretación del himno nacional cerraron la mayor de las ocho manifestaciones contra la política antiterrorista de Zapatero, la única que convocó oficialmente el PP. 337.500 personas acudieron a la marcha, según los cálculos realizados por el diario de El País; 342.655, según la Delegación del Gobierno, y 2.125.000, según la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre.
A continuación se reproduce el discurso íntegro:
"Amigas y amigos, este gesto ha desenmascarado todos los disimulos, ha dejado todas las intenciones a la vista y ya no es posible ocultar lo que resulta evidente. Ahora sabemos por qué se nos humilla ante los terroristas y por qué el Gobierno es tan complaciente con sus portavoces y por qué Batasuna que es ilegal recibe mejor trato que quienes respetamos las leyes.
Ahora sabemos por qué había que retorcer las normas, trampear los procedimientos y engañar a los españoles para excarcelar a un terrorista insaciable. Son compromisos previos. Son exigencias que los terroristas imponen al Gobierno para que este muestre su buena voluntad hacia ellos. Es el peaje que paga el Gobierno para poder negociar.
Se ha pretendido engañarnos con el pretexto de una paz engañosa. Esa paz que lleva escrita en el rostro De Juana Chaos, la paz de Otegi y la paz de los canallas que colocaron la bomba en Barajas. ETA no renuncia a nada. Quiere la amnistía, quiere la independencia y nunca se conformará con nada. Mientras se le consienta, seguirá y seguirá hasta lograr su propósito. Hasta que renunciemos a la razón, la justicia, a la dignidad y en definitiva, hasta que nos rindamos.
Tampoco renunciará jamás a su capacidad de coacción e intimidación. Todo eso lo sabe el Gobierno y pese a ello, siendo evidente que ETA no pensaba dejar las armas, buscó su trato. Siendo consciente que ETA pretendía obtener con su alto el fuego los mismos beneficios que reclamaba con las armas, buscó su trato. Siendo evidente que ETA se reservaba el derecho de negociar con armas, buscó su trato. Un trato delirante porque pretende que los criminales se apacigüen mediante concesiones y eso es tan absurdo como apagar el fuego con leña. Cuanto más echemos, más nos pedirá. Cuanto más obtengan, más querrán. No se detendrán hasta obtener todo lo que pide. ETA no quiere la paz, busca la victoria y ha descubierto un Gobierno débil y quiere aprovechar la ocasión.
Quiero deciros una cosa, quien cede una vez ante ellos, se condena a seguir cediendo o a tener que combatirlos cuando sea demasiado tarde. Por eso es preferible tener el coraje de hacerles frente desde el principio, sin debilitar nuestra fuerza y sin fortalecer al principal enemigo de nuestra libertad. El Gobierno de España está metido en una trampa en el que el mismo se ha metido y de la que no sabe salir. Por eso se asusta cuando un terrorista no come, se asusta cuando se le piden explicaciones y se asusta cuando los españoles sacamos nuestra indignación serena y democráticamente a la calle.
Cuando el PP sí iba detrás de las pancartas
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Quiero deciros a todos los españoles que quiero que este acto quede como testimonio de un pueblo que sabe que sólo siendo fiel a sus valores, podrá construir su mejor futuro. De un pueblo que sabe que entre el terrorismo y la democracia no hay caminos de encuentro y que uno de los dos debe prevalecer a costa del otro.
¿Con quién discute el Gobierno el futuro de Navarra, del País Vasco de España? Con los navarros no, con los españoles no, lo discute con Batasuna, en secreto. ¿Con qué derecho lo hace? No lo vamos a consentir. España nos pertenece a todos y nadie tiene derecho a modificarla para darle gusto a ETA. No lo vamos a consentir. Hasta hace tres años, esto era impensable.
Y ahora, si todavía no estáis roncos, gritad conmigo: ¡Viva la libertad! ¡Viva España!"