El futuro del PP
Las razones por las que el resultado de los afiliados del PP no anticipa el voto de los compromisarios
El Partido Popular ensaya el 'más difícil todavía' y su primera experiencia a nivel nacional para elegir a su líder parece abocada a testar la totalidad del proceso, las dos votaciones. El XIX Congreso Nacional es extraordinario y exprés por la rapidez con la que fue convocado tras la marcha de Mariano Rajoy, pero la antesala del mismo está sirviendo como banco de prueba de un sistema de elección pensado para aclamar a un líder y que, con Alberto Núñez Feijóo habiendo dado la espantada, derivó en seis candidatos y una victoria muy ajustada de Soraya Sáenz de Santamaría. Si Pablo Casado, el otro dirigente que pasa a la segunda ronda, no apuesta por integrarse en la lista de la exvicepresidenta, habrá segunda ronda en el congreso que se celebrará los días 20 y 21 de julio. Apenas 1.500 votos de diferencia dan pie a los fieles de uno y otra a pensar que tienen en sus manos la victoria. Todo es posible.
Las candidaturas de Sáenz de Santamaría y Casado se ven ganadoras del congreso. La ex mano derecha de Rajoy porque los apoyos de los afiliados les llevan a interpretar un respaldo también mayoritario de compromisarios. Por su parte, el exvicesecretario de Comunicación se cree capaz de reconducir hacia su candidatura a aquellos compromisarios que votaron a María Dolores de Cospedal, que se quedó fuera de la carrera pero obtuvo casi un 26% de votos de los afiliados. Sin embargo, hay una serie de razones por las que el resultado de los afiliados del PP no anticipa el voto de los compromisarios. Una serie de efectos, como el peso del aparato de cada territorio, el papel de los compromisarios natos o la distorsión que provoca un censo inflado que hacen que no pueda darse nada por cerrado. De momento, el punto de partida es diferente.
infoLibre analiza por qué el resultado del 5 de julio no puede extrapolarse sin más a lo que pasará en el congreso... si no triunfan las tesis de los barones regionales y dirigentes que piden una lista única para no tensionar más a un partido en permanente estado de shock.
1. El efecto ‘el ganador se lleva todo’.
Los afiliados que se acercaron este jueves a las sedes del PP tenían que votar en dos urnas: una para elegir presidente del partido y otra para elegir compromisarios. Pero la circunscripción era diferente en ambos casos. En la votación para elegir líder del partido, la circunscripción era única, es decir, se sumaban todos los votos de España. Sin embargo, para elegir los compromisarios había en realidad 1.096 circunscripciones, tantas como sedes donde se podía votar. Y en cada una de ellas se elegía un número diferente de compromisarios.
Veamos un ejemplo real. En la ciudad de Santander se elegían ocho compromisarios. Las normas del PP establecen que podían optar a ser compromisarios todos aquellos afiliados que se hubieran inscrito y estuvieran al corriente del pago de la cuota (20 euros). En total, en Santander se inscribieron 41 candidatos a compromisarios.
Cuando un afiliado se acercaba a votar tenía, por tanto, dos papeletas: una para elegir presidente (donde debía escribir el nombre de uno de los seis candidatos) y otra para elegir a los 8 compromisarios. Esta última era una papeleta con los 41 nombres y cada votante debía marcar sólo 8. Y los 8 que más votos lograron son los que resultaron elegidos para el congreso.
Los aparatos locales y los dirigentes más influyentes, en Santander y en las otras 1.095 mesas, no sólo recomendaban a los afiliados qué candidato elegir para presidente, sino también qué candidatos votar para compromisarios. En muchas ocasiones, incluso repartían entre los votantes papeletas en las que ya estaban marcados los nombres. Así ocurrió en Santander, como pudo comprobar infoLibre, donde personas fieles al exministro Íñigo de la Serna daban instrucciones precisas sobre los 8 nombres concretos que se debían marcar en la papeleta.
¿Qué ocurrió en la votación? En la primera urna, Santamaría obtuvo 226 votos (el 63,6% del total) y Casado consiguió 95 (el 26,7%). En la segunda urna, los ocho candidatos que había recomendado el aparato controlado en Santander por Íñigo de la Serna fueron los ocho más votados. Por tanto, en dicha ciudad el 100% de los compromisarios están controlados por el exministro y apoyarán a Santamaría.
Ese mismo efecto se produjo en la mayoría de las 1.096 mesas, de forma que el sector mayoritario en el respectivo centro de votación (Santamaría, Casado o Cospedal) se quedó con todos los compromisarios que estaban en juego en dicha circunscripción.
De forma que en este momento los únicos que realmente saben cómo están repartidos de verdad los compromisarios son los ‘aparatos’ de Santamaría y Casado, que este viernes empezaron a rastrear nombre a nombre para saber a quién pueden respaldar y ‘de quién son’ los compromisarios elegidos.
2. El efecto censo
Los grandes titulares han correspondido, lógicamente, al total de votos obtenidos por los dos vencedores en las urnas del jueves. Santamaría logró 21.513 votos (el 36,9% del total) y Casado consiguió 19.967 papeletas (el 34,3%).
Pero el análisis sobre los compromisarios requiere responder a otras dos preguntas: ¿en qué comunidades autónomas consiguieron esos apoyos y cuántos compromisarios envía cada una de ellas al congreso? La respuesta es importante porque no existe una relación proporcional entre el número de votantes del jueves en cada comunidad y el número de compromisarios que dicho territorio enviará al congreso del 20 y 21 de julio. Ese desfase se explica porque el reparto de compromisarios se hizo de acuerdo con el censo oficial de afiliados de cada provincia, con independencia de que fuesen o no a votar en la primera fase.
Veamos también en este caso un ejemplo real. En Andalucía hubo 10.251 votos válidos, el 17,6% del conjunto de España, mientras que en Madrid se depositaron 8.239 papeletas, el 14,1% del total. ¿Y cuántos compromisarios tendrán esas comunidades? Pues Andalucía contará en el congreso con el 18,2% de los representantes, mientras que Madrid sólo dispondrá del 7,9%.
En otras palabras: aunque Casado arrasó este jueves en Madrid, eso no hace que este territorio vaya a tener más compromisarios en el congreso, porque esa cifra está decidida de antemano para cada provincia. Y resulta que Madrid es la comunidad donde existe mayor desproporción –en su contra– entre el porcentaje de compromisarios que elige y el porcentaje de votantes del pasado jueves.
Por supuesto, en otros territorios el desfase entre proporción de votantes y proporción de compromisarios favorece a priori a Casado. De hecho, el segundo territorio con mayor desproporción en términos porcentuales es Galicia, en este caso a su favor: pese a aportar sólo el 6,8% de los votantes en la primera fase, tendrá el 10,7% de los representantes en el congreso. Y se supone que Feijóo finalmente dará su respaldo a Casado.
Lo único cierto es que este hecho impide extrapolar sin más el porcentaje de voto obtenido en toda España y dar por supuesto que ese es el porcentaje que controla cada uno de los candidatos.
3. El efecto de los compromisarios natos
Si no hay pacto previo, el futuro líder del PP saldrá de lo que decidan los 3.184 compromisarios que viajarán a Madrid los días 20 y 21 de julio. De estos, 2.612 son electos, los votados este jueves junto a la urna de los candidatos a presidentes. Los 522 que restan hasta completar la totalidad de compromisarios son los miembros natos. Los que, por sus cargos, tienen derecho a votar sin la necesidad de ser elegidos por los afiliados. Si los compromisarios en general suelen ser los más permeables al aparato, los miembros natos son el núcleo duro de ese aparato.
Según los estatutos, son compromisarios natos "todos los miembros de la Junta Directiva convocante del Congreso –en este caso, la nacional– y los miembros de su Comisión Organizadora; en este último caso en número no superior a 10, si reúnen los requisitos exigidos para ser compromisario".
La Junta Directiva Nacional es el máximo órgano del PP ante congresos. Y la integran, entre otros cargos, los diputados, senadores y parlamentarios europeos afiliados al partido, los presidentes autonómicos, provinciales e insulares, los presidentes y portavoces de las asambleas legislativas de las comunidades y ciudades autónomas, los presidentes de diputaciones, consejos y cabildos insulares y los alcaldes de capitales de provincia, de capitales autonómicas y de municipios de más de 50.000 habitantes. Por su papel en la Secretaría General del PP en los últimos diez años, se suponía a Cospedal como principal receptora de estos 522 votos. "Ahora, sin ella, tendrán que reposicionarse", dice una de las fuentes consultadas por este periódico.
No obstante, otros dirigentes destacan que la victoria de Santamaría en 23 provincias, frente a 14 donde se impuso Cospedal y 13 en las que venció Casado, demuestra que la exvicepresidenta cuenta con más apoyos del llamado aparato que la ex secretaria general.
4. El efecto 'infidelidad'
¿Puede un afiliado que a su vez es compromisario cambiar el sentido de su voto del día 5 en la votación que tendrá lugar en el congreso? La respuesta a esta pregunta es evidentemente sí. Obligados de hecho en los casos en los que apoyaron a un candidato que ya se ha caído en esta primera fase. La gran duda es saber si, en el caso de que Cospedal pida a quienes le respaldaron este jueves que den ahora su apoyo a Pablo Casado, todos o una amplísima mayoría le harán caso.
En Madrid hay dirigentes que respaldaron a Cospedal tras contemplar que el presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, se declaraba abiertamente partidario de la secretaria general. "Las presiones han sido fuertes", destacan. Pero ahora advierten de que ya no se cuente más con ellos si lo que se pretende es hacer un trasvase de apoyos a Pablo Casado.
Puertas adentro del PP, Madrid siempre ha sido un territorio muy complejo, muy dividido. Y para algunos diputados o concejales apoyar a Cospedal, que al fin y al cabo era la número dos del partido, no tiene el mismo precio que apoyar a Pablo Casado, claramente identificado con el aguirrismo.
"Al fin y al cabo se trata de una votación secreta. En este apartado entran en juego factores de afinidades personales, ajustes de cuentas y lealtades ya no debidas al aparato", señala un dirigente regional.
En esta misma línea de afinidades y ajustes de cuentas ya hay cargos del PP que hablan del "efecto 2008". Los conservadores no olvidan que en ese congreso Aguirre y su equipo desplegaron una dura campaña para lesionar el liderazgo de Rajoy y que Casado sigue contando con el respaldo del aguirrismo. "No es destacartable que afiliados que votaron por Cospedal por apostar más por su proyecto lo hagan ahora por Soraya al ver los apoyos que se van sumando a Casado", subraya un diputado.
Hay incluso quienes hablan de un trasvase de votos de Cospedal a Santamaría por el "factor mujer". "Ya es hora de que el PP esté liderado por una mujer. De que el PP tenga a una candidata a la Presidencia del Gobierno", destaca un líder provincial.
En el entorno de Casado restan importancia numérica a esos dos factores y están convencidos de que la inmensa mayoría de los compromisarios de Cospedal le apoyarán a él en el congreso. En su opinión, el enfrentamiento radical entre Santamaría y Cospedal durante años se trasladará también a los compromisarios, de forma que para los fieles a la exsecretaria general lo prioritario será que Santamaría pierda el congreso.
Por eso, aseguran que cuentan aproximadamente con el 63% de los compromisarios y que Santamaría no tiene más del 37% (una extrapolación del voto de afiliados). Y reducen a "meras cuestiones de estrategia" el hecho de que los partidarios de Santamaría aseguren que cuentan con el apoyo de los delegados necesarios.
5. El efecto de los ‘aparatos’
Feijóo cree que "sería bueno" una candidatura única para "relanzar el partido y no fracturarlo"
Ver más
Otra de las razones por las que el resultado de los afiliados del PP no anticipa necesariamente el voto de los compromisarios es que a los delegados no se les considera "de los candidatos". "Es otra dimensión", dicen. "Si son de alguien, y lo suelen ser, son de los presidentes provinciales y regionales", destaca un dirigente conservador. Y es a ellos a quienes, por lo general, se les debe el cargo.
Evidentemente, al ser menos que los afiliados, el control de los compromisarios por parte de las direcciones es mayor, al igual que las presiones. El voto, no obstante, sigue siendo secreto y se ejerce en un espacio mucho más amplio: las instalaciones del congreso.
Hasta aquí, la teoría. Porque, en la práctica, Casado logró derribar todo tipo de teorías e imponerse a Cospedal y quedar muy cerca de Santamaría sin apoyos explícitos de ministros y líderes regionales.