UN AÑO DE LA GUERRA DE UCRANIA
Los partidos españoles, un año después: Sánchez se vuelca con Ucrania en Kiev y Feijóo busca su sitio
“Estaremos al lado de Ucrania y de su gente hasta que la paz regrese a Europa”, "no os dejaremos solos". Este mensaje de apoyo quiso llevar el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, hasta el propio corazón de Ucrania este jueves, en un simbólico trayecto justo cuando se cumple un año de la invasión rusa.
Sánchez fue hasta Kiev invitado por el propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, poco después de que fuera Joe Biden (Estados Unidos) y en una fecha cargada de simbolismo. España estuvo desde el minuto uno al lado de Ucrania, se ha comprometido de lleno, organizó la histórica cumbre de la OTAN y se ha unido al grupo de países que envía armamento militar.
Por eso, Sánchez quiso reafirmar el apoyo a Ucrania en un momento crucial, cuando se cumple un año pero con un conflicto cronificado en el que se no se ve un final rápido. Este apoyo tiene una traslación material próxima: se van a enviar diez tanques Leopard (sin concretarse fecha por motivos de seguridad), cuatro más de los seis que en un primer momento comprometió el Ministerio español de Defensa.
La posición de España
La posición marcada por Sánchez es clara en estos momentos. Se va a seguir apoyando con material militar (no con tropas) y se ha incrementado el gasto en defensa en un contexto global muy complicado. Y se apoya buscar una solución diplomática, pero siempre que sea con el documento base del decálogo presentado por Zelenski ante la comunidad internacional. En el Ejecutivo español repiten que no se puede hacer claudicar a la víctima. Y también traslada siempre la idea el presidente, como hizo también el miércoles ante el Parlamento ucraniano, de que se trata de un ataque al estilo de vida occidental: “La agresión pone en peligro el orden internacional en el que todos coexistimos. Y por eso vuestra lucha para defenderlo es también nuestra lucha”.
El jefe del Ejecutivo escuchó la petición de Zelenski de mandar “ayuda aérea”, algo que no descarta Madrid, pero siempre si es en coordinación con el resto de países europeos. En un primer momento, España fue reacia al envío de material militar, pero luego se sumó a la mayoría de grandes países. Lo apoya por la mayor parte de la sociedad (el 70% de la población está a favor de ello, según los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas).
Aunque por seguridad no se conocen los detalles exactos, España ha enviado a Ucrania lanzacohetes anticarro C90, munición, ametralladoras, proyectiles, una batería antiaérea Aspide, sistemas navales, misiles Hawk y Mistral y artillería. Además, se han puesto a disposición de Kiev diez vehículos ligeros, cinco ambulancias, cascos, chaquetones, equipos de invierno, batas y dos mil toneladas de combustible diésel.
Tensión en la coalición y los frentes abiertos por Feijóo
Los envíos causaron tensión dentro de la coalición, con Podemos en contra de esto y del aumento en gasto militar, como se comprometió España con la OTAN. Según fuentes internas del Ejecutivo, el asunto causó uno de los mayores choques internos y pudo suponer incluso una ruptura en algunos momentos. A Sánchez le sentó especialmente mal cuando Ione Belarra llamó al PSOE “partido de guerra”. Entonces tuvo que mediar también Yolanda Díaz, cuando dijo que la política exterior dependía de presidente del Gobierno. En los últimos días, esta fricción se volvió a evidenciar después de que Podemos pusiera en duda que España no vaya a enviar tropas a Ucrania. Sánchez evitó responder en Kieve sobre estas tensiones internas.
Desde Podemos se insiste en que la escalada bélica no servirá para solucionar el conflicto y cree que debería haber una apuesta diplomática más decidida por las grandes potencias. Belarra pidió a los socialistas el pasado fin de semana que reconocieran su “error” y no hacer seguidismo de Estados Unidos, en tanto que se articule una “nueva alianza de países por la paz”. Por ejemplo, Brasil, que no enviará armas a Ucrania, está intentando abrir una nueva vía e intenta acercar a China, país clave, para priorizar una salida negociada.
Yolanda Díaz también se ha pronunciado con motivo de este primer año de guerra exponiendo su visión en un largo artículo en Le Grand Continent y en un acto este miércoles, pidiendo que Europa abandere “un nuevo esfuerzo diplomático alineado con las aspiraciones de la ciudadanía ucraniana”. Y se mostró a favor de un paz “justa y duradera”, como defienden el papa Francisco y Antonio Gutérres.
España tiene claro otro objetivo que se ha acelerado por esta invasión: la entrada de Ucrania en la Unión Europea. El país dio su “firme apoyo” el pasado mes de junio para la concesión a Kiev del estatuto de candidato a la UE. “Se están dando los pasos necesarios”, recalcó Sánchez ante el Parlamento ucraniano este jueves (sólo han comparecido presencialmente allí otras cuatro autoridades como los presidentes de Polonia y Lituania y los líderes del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE).
Madrid asumirá además en el segundo semestre la Presidencia rotatoria de la UE y tendrá a Ucrania como uno de sus puntos principales, como ya ha comprobado el dirigente socialista durante su primera minigira a Austria, Eslovenia y Croacia para preparar esta cita.
El intento sin precedentes de Feijóo
El campo militar ha abierto otro flanco entre el Gobierno central y el PP en la esfera política nacional. Entre Moncloa y el Ejecutivo hay comunicación cuando “corresponde” y en los niveles que “corresponde” sobre Ucrania, según fuentes gubernamentales. Pero hay un choque por el intento de Alberto Núñez Feijóo de visitar las tropas españolas en Letonia, algo que rechaza el Ejecutivo.
El Gobierno, según fuentes consultadas, ve electoralista el intento de Feijóo de visitar las tropas, un acto que no tiene precedentes en un jefe de la oposición. Su intención era ver a los efectivos en la base de Adazi, que está a poco más de cien kilómetros de Rusia. Los populares aseguran haber contactado con el Ministerio de Defensa y con los mandos de la OTAN, que dieron su visto bueno. Pero, en cambio, el líder del PP ni siquiera llamó a Margarita Robles, según fuentes conocedoras. En La Moncloa también detectan un intento de instrumentalizar las fuerzas armadas, cuya neutralidad debe salvaguardarse. “No es ni el presidente ni el rey”, sostienen en el complejo presidencial.
Y a pocas horas de cumplirse el primer año, Feijóo subió el tono contra el Gobierno acusándolo de “financiar” la guerra al aumentar la compra de gas ruso. Según el líder popular, es “lamentable que nos hayamos convertido en uno de los países que más gas importa de Rusia, estamos financiando de forma indirecta la invasión ilegal”.
Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica respondieron así: “El gas natural licuado ruso no está incorporado a las sanciones de la UE y, por tanto, las empresas comercializadoras deciden de dónde traen el gas a Europa. Son decisiones empresariales, no del Gobierno. ¿Está pidiendo el señor Feijóo que el Ejecutivo intervenga las empresas?”.
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Añaden: “El gas natural licuado de Rusia está llegando a todos los países de la UE importadores que tienen plantas de regasificacación: Francia, y Bélgica principalmente. En España, se ha incrementado el volumen de gas natural licuado de todos los orígenes porque tras el cierre del gasoducto del Magreb en octubre de 2021, parte del gas natural que llegaba por gasoducto se ha sustituido por gas natural licuado que llega por barco, pero eliminado este efecto, el porcentaje sobre el total en los últimos tres años se ha movido entre el 9 y el 12%”.
“Siendo España el país con mayor capacidad de la UE de regasificación, doblando en capacidad al segundo, no somos el principal importador de gas licuado de origen ruso. Los principales exportadores a España son Estados Unidos y Nigeria”, sostienen las fuentes de Transición Ecológica.
Otra de las vertientes que ha demostrado España durante este año es su solidaridad, superándose las 168.000 protecciones temporales a refugiados de Ucrania. El 63% son mujeres y el 33% tiene menos de 18 años. Las autonomías que más han acogido son la Comunidad Valenciana (45.379), Cataluña (38.616), Andalucía (24.002) y Madrid (23.646).