La crisis del coronavirus
Los sanitarios reclaman más contratos y retener talento para evitar un aumento histórico de las listas de espera
El inicio de la desescalada, con una "nueva normalidad" como horizonte, ha dado paso a un escenario todavía marcado por las dudas. También, o especialmente, en terreno sanitario. Si la sanidad venía arrastrando una serie de problemas sin resolver, la situación de emergencia ha contribuido a cronificar aquellos que echaban raíces en el sistema sanitario. Entre ellos, los profesionales señalan a uno evidente: las listas de espera.
Una estimación desarrollada por el Instituto Coordenadas calcula que las ya abultadas listas de espera en la sanidad pública podrían triplicarse tras la pandemia. La situación de partida ya venía preocupando, desde hace años, a los profesionales sanitarios. El último informe del Ministerio de Sanidad, relativo a junio de 2019, cifra en 671.494 los pacientes en espera quirúrgica. El número marcó un nuevo récord que no se batía desde el año 2003. En añadido, el tiempo de espera medio pasó a ser de 115 días, según los últimos datos oficiales.
Las diferencias territoriales atraviesan una vez más al análisis respecto a la espera: Cataluña se mantiene como la región con mayor tasa de pacientes en espera por cada mil habitantes (23,32), seguida por Extremadura (21,01) y Castilla-La Mancha (19,07). Por el contrario, Madrid sale menos dañada del balance (8), igual que País Vasco (8,32) o Castilla y León (9,95). En cuanto al tiempo de demora, Andalucía lidera el ranking con 164 días de espera media, mientras que en Madrid la cifra desciende a los 46 días. Por especialidades, acumulan un mayor número de pacientes en espera Traumatología (171.534), Oftalmología (140.930) y Cirugía General y de Digestivo (121.519).
Manuel de Castro, responsable del área de Atención Hospitalaria de la Asociación de Médicos y Titulados de Madrid (Amyts) explica a infoLibre la dimensión del problema. "Hay varios tipos de lista de espera: una es demorable y otra no", perfila. A día de hoy, continúa, "se ha paralizado prácticamente la actividad, el covid-19 nos ha desbordado así que la vuelta a la normalidad es un poco confusa".
En ese regreso a las condiciones normales, la prioridad absoluta tiene ahora que ver con que "los hospitales dejen de ser covid-19". Y en ese contexto, una urgencia: que todas las patologías no demorables que han quedado atrás, como los procesos oncológicos, empiecen a ser abordadas. Ello requiere en primer lugar "extremar los circuitos limpios, las medidas de protección, las instalaciones y los medios". Actualmente todavía no se ha empezado a "recuperar la urgencia de lo no demorable, porque se está abordando la urgencia vital, pero poco a poco vamos entrando", asiente De Castro.
El primer paso dentro de la esfera sanitaria lo marca, por tanto, "la actividad urgente, la menos demorable, la que pone en riesgo la vida a corto plazo". Una vez se alcance "esa aparente normalidad, hay que garantizar la cirugía con niveles de garantía y seguridad". Superados los objetivos, "se puede empezar a solventar toda esa otra demora impresionante que se ha acumulado".
Descanso, contratación y retención del talento
Surge la pregunta clave: ¿de qué manera se puede resolver un problema grave, como el de las listas de espera, que lleva años enquistado? De Castro lanza una respuesta: contratación. "Es imprescindible contratar a todos los médicos residentes de formación, porque nos va a venir una acumulación impresionante, con un personal agotado que necesita vacaciones". Para el médico es fundamental retener al talento que, año tras año, ha sido víctima del éxodo. "Que no se nos marchen a Inglaterra o Alemania como ya se están marchando", sentencia De Castro. De acuerdo a los datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), los certificados médicos para salir fuera del país ascendieron a 4.100 a lo largo de 2019, la cifra más alta en una década.
Retener a los médicos que marchan fuera, especialmente los más jóvenes, se convierte en tarea fundamental en una situación especialmente sangrante para ellos. "No hay una bolsa de profesionales médicos para contratar", describe el profesional, origen de buena parte de los problemas denunciados previamente. "Partimos de una situación crónica en la que no hay personal para cubrir puestos", de manera que si "dejamos escapar a la gente, luego no encontraremos soluciones".
Con el verano a la vuelta de la esquina, el médico llama además a la no relajación: "No podemos permitirnos un parón, pero tenemos que hacerlo de la mejor forma posible y no a costa de los profesionales" que están actualmente batallando contra el virus.
Coincide Antonio Cabrera, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras. "Pedimos al Ministerio de Sanidad que habilite un fondo para contrataciones, que se pueda trabajar mañana y tarde en quirófano, porque con un solo turno es inviable", traza el sindicalista. Todo ello, matiza, teniendo en cuenta que "el personal que ahora mismo está trabajando merece descanso" tras una situación de absoluta "saturación física y psíquica".
Cabrera defiende que "se prorroguen los contratos que hay, que se priorice la reducción de las listas de espera", porque hay cuestiones que "no se pueden retrasar más y que acumulan esperas de casi un año", por lo que "tiene que ser la prioridad".
Respecto a la falta de personal, Cabrera defiende "ampliar las unidades docentes" con el objetivo de "aumentar las plazas MIR". Actualmente, afirma, un incremento de dichas plazas es fundamental para cubrir las jubilaciones. A partir de ahí, recalca, mejorar las condiciones. "No sólo económicas, la gente busca estabilidad, con estabilidad en el empleo podríamos retener a los que se van".
Al menos 131.000 enfermeros más
Plan de choque. Es la fórmula que plantea el Sindicato de Enfermería Satse. Y teje algunos detalles: la estrategia habría de iniciarse el 1 de julio y mantenerse, al menos, hasta enero de 2021. Debe igualmente definir los recursos humanos y materiales necesarios, así como elevar el rendimiento de los quirófanos y de las consultas externas hasta el 85% en los hospitales. En ese sentido, es importante esquivar la reducción de los profesionales o el cierre de actividad y servicios en verano, como tiende a ocurrir en periodo estival.
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María José García, portavoz del sindicato, explica a infoLibre que el problema de las listas de espera "ha sido constante y desde luego ahora lo que ha hecho es agravarse". Se han aplazado, recuerda, "cirugías programadas, consultas y revisiones". Hay que tener en cuenta, puntualiza, que en muchos casos "no son patologías urgentes, pero sí pueden ser patologías invalidantes".
También García se detiene en la palabra contratación. "Puesto que ahora mismo el sistema sanitario ha tenido que incorporar a profesionales para la pandemia, habría que aprovechar para dar o mantener consultas externas y más quirófanos", replica. Los profesionales "están ya trabajando, conocen el centro y son el recurso perfecto".
Respecto a números, la portavoz del sindicato recuerda que "las plantillas de enfermería en los centros sanitarios son raquíticas". De acuerdo a los últimos datos oficiales, el número de enfermeros en ejercicio es de 5,7 por cada mil habitantes en suelo español, lejos de los 8,4 de media en la Unión Europea. Para paliar ese desequilibrio, García estima necesaria la contratación de al menos 131.000 profesionales de enfermería entre la sanidad pública y la privada, tan solo para "poder tener una atención normal". Son, exclama la portavoz, "las exigencias mínimas".