La nueva legislatura
Un sector de Cs trata de atraer a Sánchez a una investidura sin la izquierda ni el soberanismo y con la abstención del PP
Las presiones para que el PSOE cambie de estrategia y dé un giro de 180 grados a su política de pactos continúan. Un sector de Ciudadanos está impulsando una fórmula con la que se pretende empujar a Pedro Sánchez para que no acepte las condiciones de Esquerra Republicana ofreciéndole una combinación aritmética capaz de asegurarle la reelección sin contar con la izquierda y el soberanismo y sin tener que firmar un acuerdo con el PP. En la formación naranja, según ha podido saber infoLibre,creen que esta posibilidad podría servir para desbloquear la investidura no sólo en la hipótesis de que Sánchez renuncie a su pacto con Unidas Podemos y a un acuerdo de diálogo con Esquerra sino que seguiría siendo igualmente válida en el supuesto de que los republicanos catalanes acaben negando al líder del PSOE la abstención que necesita para iniciar la legislatura. Los defensores de este planteamiento consideran que, de salir adelante, permitiría a Ciudadanos recuperar el protagonismo político y el papel de "bisagra" al que renunció con la estrategia de derechización encabezada por Rivera.
La idea de Ciudadanos depende, en todo caso, de que el PP se abstenga. Pero confían en que Pablo Casado se abrirá a esa posibilidad si el PSOE (120 diputados) acepta un acuerdo con ellos (10 escaños) y con las tres formaciones minoritarias que no son ni independentistas ni de izquierdas: Coalición Canaria-Nueva Canarias (2), el PRC de Miguel Ángel Revilla (1) y Teruel Existe (1).
Esta suma de 134 escaños sólo sería suficiente para sacar delante la investidura de Sánchez si el PP —y con él Navarra Suma— se abstiene. En ese caso el previsible voto en contra del resto de los grupos —Vox (52), Unidas Podemos (35), Esquerra (13), Junts (8), PNV (7), EH Bildu (5), Más País (3), CUP (2), y BNG (1)— sumaría 126 escaños, insuficientes para evitar la investidura de Sánchez en la segunda votación, en la que únicamente hace falta tener más votos a favor que en contra.
Los promotores de esta combinación aritmética dentro del partido naranja creen que sería más fácil atraer a Sánchez a este acuerdo porque no incluiría la participación activa del PP. Pero de momento Inés Arrimadas, portavoz parlamentaria y líder oficiosa de Ciudadanos desde la dimisión de Albert Rivera, defiende un acuerdo que incluya a los de Pablo Casado, algo que el líder conservador rechaza de plano.
En este supuesto Sánchez ya no dependería de Esquerra, pero la base parlamentaria de su Gobierno sería más reducida —134 escaños frente a los 155 que suma sólo con Unidas Podemos— y sus posibilidades de construir mayorías y desarrollar políticias públicas quedarían en manos del PP.
En una carta que envió este lunes al presidente del Gobierno en funciones, Arrimadas propuso “una mayoría sólida de 221 escaños” formada por PSOE, PP Ciudadanos y Navarra Suma que recuerda a la fórmula que Rivera intentó in extremis en la recta final de la legislatura anterior, cuando se hizo evidente que Sánchez no pactaría una coalición con Unidas Podemos. En aquella ocasión el PSOE no dio ninguna credibilidad a la propuesta de Ciudadanos, que exigía al PSOE renuncias que no estaban dispuestos a firmar, como poner fin al Gobierno progresista de Navarra.
Para negociar esta posibilidad, la portavoz naranja quiere que Sánchez convoque una reunión a tres siguiendo el ejemplo seguido en la Unión Europea, donde conservadores, liberales y socialdemócratas negociaron y pactaron el reparto de puestos en el Parlamento, el Consejo y la Comisión.
Fuentes del Gobierno citadas por Europa Press indicaron que el presidente no tiene ningún problema en verse con la dirigente de Ciudadanos pero en una reunión bilateral y no a tres. La cita, en todo caso, queda pendiente de que Sánchez “pueda cumplir con los importantes compromisos internacionales de esta semana”.
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Aceptar un escenario como el que propone Arrimadas, con el voto a favor o con la abstención del PP, obligaría a Sánchez a dar un volantazo a su discurso y a renunciar a la agenda progresista que prometió en el programa electoral con el que el PSOE ganó las elecciones de abril y de noviembre y que este lunes volvió a defender en su primera comparecencia pública desde que hace dos semanas recibió en la Moncloa al nuevo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Sánchez se mostró esperanzado en “poder construir una mayoría que permita echar a andar la legislatura y contar con una estabilidad parlamentaria lo suficientemente razonable como para activar “mucha de la agenda política progresista” que quiere “poner en marcha en España durante los próximos cuatro años”. Esa es la razón, recordó, por la que el PSOE ha firmado un preacuerdo con Unidas Podemos. “Lo que queremos”, añadió, “no solamente es conseguir la investidura, sino también forjar alianzas parlamentarias que nos permitan abordar los grandes desafíos que tiene el país y que deben ser respondidos con la aprobación de unos Presupuestos General del Estado”.
El presidente evitó contestar las preguntas que le interpelaron sobre qué camino piensa tomar en el caso de que Esquerra decida no facilitar su reelección y se limitó a insistir en la idea de que la investidura “no solamente depende del Partido Socialista, depende de todas las fuerzas políticas. La llamada que me gustaría hacer a los líderes políticos del resto de formaciones es que, después de dos elecciones donde los españoles claramente han dicho que es el PSOE quien tiene que gobernar, ¿por qué continúan en el bloqueo? ¿Qué alternativa ofrecen al país? Porque el Partido Socialista ha ofrecido una”, enfatizó en referencia al preacuerdo con Unidas Podemos. “Nadie está pidiendo a ningún partido político que renuncie a ser alternativa del Partido Socialista. Al contrario, lo único que estamos proponiendo es que asuman su responsabilidad, desbloqueen la situación y permitan que haya un Gobierno en España más pronto que tarde”, porque “lo que no puede haber son terceras elecciones”.