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Los dos sectores de Podemos niegan que haya riesgo de escisión tras Vistalegre II

Los números uno y dos de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, hace unas semanas.

El partido se encuentra sumido en un enfrentamiento duro y profundo, pero Podemos no corre el riesgo, hoy por hoy, de partirse en dos. Así lo aseguran dirigentes tanto del sector más próximo a las tesis del secretario de Política, Íñigo Errejón, como pertenecientes a la corriente liderada por el secretario general, Pablo Iglesias, que sin embargo no ven nada claro que se pueda plantear un proyecto conjunto en el próximo congreso de Vistalegre II, tal y como ha planteado públicamente el propio Iglesias.

Los choques a nivel interno en Podemos llevan produciéndose varios meses y se han ido agravando según se acercaba la fecha del congreso. Pero, en los últimos días, la situación ha experimentado un profundo deterioro a raíz de la destitución de José Manuel López como portavoz del partido en la Asamblea de Madrid. A los pablistas no les gustó nada que Errejón y los suyos criticaran el cese en los medios de comunicación y en Twitter, y por ello lanzaron el día de Nochebuena una campaña en redes sociales con el hashtag #ÍñigoAsíNo, un movimiento que generó un profundo enfado en la corriente errejonista.

Lejos de amainar, el intercambio de reproches se ha mantenido en los últimos días. Este mismo martes, la jefa de gabinete de Iglesias, Irene Montero, justificó el lanzamiento de esa campaña contra Errejón asegurando que algunas de la "actitudes" que han mostrado integrantes del sector errejonista son "dañinas" para el partido y contribuyen al "hostigamiento" que Iglesias sufre, supuestamente, por parte de "las élites políticas y económicas". "Por eso decidimos hacer una llamada a la responsabilidad", para "que se escuchase la voz de quienes creemos que hay que defender a Pablo", sostuvo Montero pocas horas después de que José Manuel López afirmase en una entrevista en Radiocable que, cuando se involucró en Podemos, creía que "la diferencia era un valor y no un problema".

Pero, a pesar de que las posiciones están más enfrentadas que nunca –un dirigente errejonista consultado por este diario tacha las declaraciones de Montero de "insultantes para la inteligencia de la gente"–, tanto unos como otros niegan que las diferencias hayan llegado a un punto irreconducible que pueda conducir a la fractura de Podemos. "Está claro que hay que parar esta dinámica, pero no creo que ahora mismo sea inminente una ruptura", sostiene un dirigente muy cercano a Iglesias, mientras que el entorno de Errejón sostiene que una escisión "es un escenario imposible de imaginar" hoy poy hoy.

"No hay un riesgo real de escisión, porque además el 60% de la organización ha votado que quiere pluralidad en los órganos de dirección", sostiene un integrante de la dirección del partido próximo al secretario de Política en referencia a la consulta de hace unos días para elegir el método de votación de Vistalegre II, en la que la propuesta de Iglesias finalmente se impuso con un 41,5% de los votos entre críticas de los errejonistas, que aseguran que el sistema aprobado es poco proporcional. "Si las diferencias fueran irreconciliables, estaríamos en otra organización", zanja este dirigente.

Se aleja la opción de concurrir conjuntamente

No obstante, pese a que ambas corrientes niegan el riesgo de ruptura, no son tan optimistas en lo referente a la posibilidad de plantear un proyecto conjunto en Vistalegre II que evite que confronten una lista liderada asociada a Iglesias y otra vinculada a Errejón. El secretario general lleva varios días planteando que su intención es ofrecer tanto a los errejonistas como a los anticapitalistas la posibilidad de presentar una propuesta política conjunta, pero fuentes del sector del número dos afirman que hay muchas más opciones de que éste plantee su propio proyecto junto a los suyos, que –tal y como establecen las normas aprobadas– deberá ir unido a una lista al Consejo Ciudadano de Podemos, el máximo órgano entre congresos del partido.

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Ni los pablistas ni los errejonistas, en cualquier caso, quieren quedar ante los ojos de la opinión pública como la corriente que cierra la puerta a alcanzar un acuerdo. Por ello, las fuentes de ambos sectores coinciden en señalar que aún es pronto para saber si se va a producir este pacto. "Lo de estos días no nos tiene que influir a la hora de negociar un acuerdo político", que "sería el escenario ideal", sostienen dirigentes cercanos a Iglesias, que no obstante señalan que "si no hay acuerdo, estamos preparados".

Mientras, el entorno de Errejón afirma que "siempre estamos a tiempo de llegar a un acuerdo" y señala que aún no se ha decidido si presentar o no una lista por separado, aunque la posibilidad de que Errejón le dispute la Secretaría General a Iglesias sí está descartada. "Lo que sí tenemos decidido es que vamos a defender nuestro proyecto", recalca un dirigente próximo al número dos que, pese a no cerrar la puerta a alcanzar un pacto con los pablistas, muestra sus reservas al respecto. "Creo que con la campaña en redes contra Íñigo [Errejón] se ha cruzado una barrera", señala, mientras que otro dirigente del mismo sector admite que "las tensiones de estos días, marcadas por ese hito [la campaña #ÍñigoAsíNo], no auguran que vaya a ser fácil llegar a un acuerdo, y de hecho hacen que parezca imposible".

En cualquier caso, al menos en sus declaraciones, ambos sectores coinciden en la necesidad de rebajar el tono del enfrentamiento. Varios dirigentes errejonistas consultados por este medio sostienen que se están iniciando "conversaciones informales y tanteos por Telegram" –un programa de mensajería similar a WhatsApp– con los pablistas y los anticapitalistas para tratar de reconducir la situación, si bien estas dos corrientes no confirman estas conversaciones. "Negociaciones desde luego no hay, pero pese a que el debate se ha recrudecido públicamente, la relación entre nosotros no ha cambiado y el contacto es fluido, no hablamos ni más ni menos que antes", señala un dirigente próximo a Iglesias.

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