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El futuro del PSOE

Los socialistas sufren una sangría de militantes en la Comunidad Valenciana

Recuento de avales de las primarias abiertas del PSPV, el pasado 4 de febrero.

Es un lamento que se oye recurrentemente en el PSOE, la "sangría" de militantes. El declive imparable de la afiliación desde 2008. Y se escucha tanto en Ferraz como en las federaciones, en boca de oficialistas y críticos. Las primarias abiertas del Partit Socialista del País Valencià (PSPV), la tercera federación más importante tras Andalucía y Cataluña, permiten poner una cifra a esa inquietud: ahora son 16.143 afiliados y hace dos años, cuando celebró su congreso regional, eran 20.237. Un alarmante 20,23% menos.

Las cifras son oficiales. El PSPV abrió el pasado 19 de enero su proceso de primarias para la designación del número uno en las autonómicas valencianas. Las normas eran un calco, lógicamente, del reglamento aprobado por el Comité Federal un día antes, que estipula que los precandidatos deben recoger un 10% del censo de avales, y un máximo de un 20% –en el ámbito federal, el umbral mínimo y máximo es del 5% y 10%–. Ello quería decir que, en el caso del PSPV, los aspirantes tenían que recabar 1.643 apoyos en 15 días. El tope por arriba, 3.286 rúbricas. El lunes pasado, 3 de febrero, acabó el plazo, y los dos contendientes iniciales pasaron el corte, tanto Ximo Puig, el secretario general, como Toni Gaspar, alcalde de Faura. El primero reunió 8.650 avales aunque la Comisión de Garantías Electoral le validó el 20% (3.286) y el segundo, 2.760, que tras el escrutinio se quedaron en 2.470 (15,3%). Mañana viernes 7 comienza la campaña de inscripción de la ciudadanía.

Retrocedamos casi dos años. Al XII Congreso Nacional del PSPV, celebrado el 30 y 31 de marzo y 1 de abril en Alicante, acudieron 555 delegados, que a su vez representaron a 20.237 militantes, según ratificaron ayer fuentes  del partido. Ese cónclave fue el que eligió como nuevo líder a Puig, en sustitución de Jorge Alarte, secretario general saliente (2008-2012). 

Una excepción a la bajada de militantes es Andalucía, donde el PSOE gobierna de forma ininterrumpida desde hace más de 30 años. La federación celebró primarias (sin urnas) en julio pasado, las que encumbraron a Susana Díaz como candidata. Había 45.733 militantes censados. Para el congreso regional de noviembre, el que culminó la coronación de Díaz como sucesora de José Antonio Griñán, el PSOE-A disponía de 46.675. O sea, 942 más. Fuentes del partido apuntaron a infoLibre que no hay nuevas cifras actualizadas, pero sí se "estima que esa ola de subida de afiliación que arrancó con el nombramiento de Susana como candidata a la Junta y siguió con su investidura como presidenta y secretaria general, no se ha detenido". 

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En Ferraz, mientras, se ofrecen los mismos datos que hace unos meses. El censo actual, en números redondos, se sitúa "en el entorno de 205.000-210.000 militantes", tal y como ilustran desde el aparato. El pasado julio, la propia dirección reconocía que se le habían ido "unas 24.000 personas" en los últimos dos años. Si acudimos al 38º Congreso Federal, el celebrado en febrero de 2012 en Sevilla, el que eligió a Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general, el partido cifró el número de militantes cotizantes en 216.952, según se expresa en el informe de gestión de la ejecutiva. A su vez, eran 20.000 menos que en el anterior cónclave, de julio de 2008

Fuentes de la dirección no pudieron precisar ayer miércoles si el PSPV es la federación que más ha acusado la sangría en estos años, y si esa bajada del 20% se ha repetido en otros territorios. A fin de cuentas, el PSOE goza de una mayor implantación en afiliados, por este orden, en Andalucía, Cataluña (pero ahí es el PSC), Valencia, Madrid, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura, Castilla y León, Aragón y Asturias. "Lo que sí hemos constatado es que el saldo neto entre las bajas, los impagados o los fallecidos y los que se dan de alta sale ya positivo. Se ha invertido la tendencia", sostienen desde Ferraz, aunque no dan cifras exactas. 

Una de las razones que, para la dirección de Rubalcaba, explican el descenso del censo es la propia crisis. Por eso, a finales de 2012 se aprobaron nuevas cuotas reducidas de 2 euros al mes (para los militantes en situación de desempleo, pensión mínima o con ingresos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional) y superreducidas de 1 euro (para los parados de larga duración o sin derecho a prestación). La cuota estándar es de 5 euros mensuales, 60 al año. En enero de 2013, el PSOE anunció que más de mil afiliados habían regresado tras haberse dado de baja con anterioridad y otros 4.000 se habían acogido a este sistema de cuotas anticrisis. Estas medidas están dentro del Hacer PSOE 2015, impulsado por el secretario de Organización, Óscar López, que aún no se ha desplegado en su integridad. Dentro de ese programa –y el aparato no lo ha ocultado nunca– figura el "aumento de la base social" del partido gracias a las primarias abiertas, pues aquellos que se inscriban en el censo para participar podrán marcar si quieren ser incluidos en el estadillo de simpatizantes

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