El patrimonio del tesorero de Cs
El tesorero de Cs aportó a su empresa 791.000 euros cuyo origen no quiere desvelar
Carlos Cuadrado lleva doce años compaginando los cargos de tesorero de Ciudadanos y de administrador único de la empresa Damei Europe, dedicada a la comercialización de máquinas industriales. En 2015, según desveló infoLibre, Cuadrado utilizó su sociedad para cobrar del partido por supuestos trabajos de asesoría. Y, según ha podido comprobar este periódico, dos años antes Cuadrado aportó a su compañía la cantidad de 791.076 euros. Así consta en las cuentas oficiales de Damei Europe firmadas por el propio Cuadrado y presentadas en el Registro Mercantil de Barcelona.
Para que alguien pueda aportar 791.076 euros a una empresa, sólo hay dos posibilidades legales: o previamente tenía ese capital –bien porque sus altos ingresos le permitieron ahorrarlo o bien porque recibió una herencia–, o lo pidió prestado. En una reunión mantenida con Cuadrado en la sede de Ciudadanos en Madrid, celebrada el pasado 9 de julio, infoLibre le preguntó entre otras cuestiones por el origen de esos fondos. El tesorero de Cs pidió cuatro días para consultar documentos y aclarar el asunto, pero cumplido el plazo un portavoz oficial indicó que no daría explicación alguna [ver La caja negra al final de esta información].
Carlos Cuadrado es una persona de la máxima confianza de Albert Rivera desde la fundación de Ciudadanos en 2006. infoLibre ha desvelado durante los dos últimos meses una serie de actuaciones de Cuadrado que van desde la falta de ejemplaridad –no pagar una deuda pese a ser condenado a ello por una sentencia firme– a la posible comisión de irregularidades fiscales –presentar cuentas de su empresa con datos falsos– o incluso de un delito –mentir en una comisión de investigación del Senado. Rivera ha guardado silencio sobre todos estos asuntos.
Además de administrador único de Damei Europe, Cuadrado es también dueño del 99% de las acciones de la compañía, que en los últimos años ha facturado más de 1,5 millones por ejercicio.
El análisis de las cuentas
infoLibre pidió a dos inspectores y un técnico de Hacienda que analizaran las cuentas de Damei Europe del año 2013 y de los ejercicios anteriores, para saber a qué conclusiones se podía llegar a partir de esos documentos oficiales. Lo primero que les llamó la atención es que “existen dos versiones diferentes de las cuentas del año 2012”. [Ver aquí los documentos presentados en el Registro]
Las sociedades tienen que presentar anualmente sus cuentas ante el Registro Mercantil. En la parte del balance deben ofrecer los datos del año al que corresponden las cuentas y también los del ejercicio anterior. Pues bien, en el caso de Damei Europe, en las cuentas que presentó en 2012 aseguró que tenía deudas a largo plazo por importe de 1.300 euros; sin embargo, en las cuentas que presentó el año siguiente, indicó que las deudas a largo plazo en 2012 eran de… ¡792.376 euros! [Ver aquí y aquí los documento de los años 2012 y 2013]. “La existencia de dos versiones diferentes es una irregularidad notable”, destacan los expertos tributarios.
La diferencia entre ambas cantidades son 791.076 euros. Y esa es exactamente la cifra que Carlos Cuadrado declara como “aportación” realizada a Damei Europe. Así consta en las cuentas del año 2013 y en todas las presentadas desde entonces.
“De las cuentas de 2013 se puede concluir, sin ninguna duda, que los 791.076 euros que se declaran como aportación del socio al patrimonio de la empresa son una transformación de la deuda a largo plazo. Es decir, la empresa tenía con el socio una deuda de 791.076 euros que el accionista acepta convertir en aportación patrimonial”, explican los expertos tributarios.
Esa operación plantea una pregunta fundamental: ¿cuál es la procedencia de ese dinero? ¿Disponía Cuadrado de ese dinero legalmente? ¿Lo pidió prestado? “La aportación no es, por sí sola, determinante de un incumplimiento fiscal. Puede suceder que el aportante disponga de rentas elevadas declaradas fiscalmente que le han permitido conformar ese capital o que sea el producto de una herencia adecuadamente declarada. De esta forma es únicamente la inspección de los tributos la que, a la vista de la información fiscal del socio, puede evaluar si el capital aflorado es consistente o no con sus datos fiscales”, explican las fuentes consultadas.
“El riesgo fiscal –continúan dichas fuentes– se halla en el IRPF del socio porque debe acreditar que el capital que utiliza se ha conformado con ingresos que han sido declarados fiscalmente. En cualquier caso, ha prescrito ya la acción administrativa para comprobar el IRPF del ejercicio 2013, que es de cuatro años desde el último día en que se podía presentar la autoliquidación ante Hacienda [30 de junio de 2014]. Cuestión diferente es que se apreciaran indicios de la comisión de un delito fiscal, ya que en ese caso habría un año más de plazo, de forma que la investigación se podría iniciar hasta el 30 de junio de 2019”.
En definitiva, hay dos escenarios: que Cuadrado pueda demostrar que los 791.076 euros que aportó a su empresa en 2013 tienen un origen legal o que se trate de dinero no declarado al Fisco. En este último caso, Hacienda no podría hacer ya nada –porque la acción administrativa está prescrita–, pero la Fiscalía aún estaría a tiempo de actuar.
Si el origen de ese dinero fuese ilegal, dado el elevado importe, estaríamos probablemente ante un delito fiscal. El fraude a Hacienda está tipificado como delito cuando la cuota no ingresada supera los 120.000 euros en un ejercicio. Habría que conocer con detalle la declaración de IRPF de Cuadrado, pero parece razonable pensar que la cuota resultante de ese hipotético afloramiento de fondos superaría los 120.000 euros en el año 2013.
Uno de los tres expertos consultados por infoLibre entiende que, en caso de origen ilícito de los fondos, también se podría interpretar que el impacto fiscal es en el Impuesto de Sociedades y no en el IRPF. De acuerdo con esta interpretación, se habría producido un incremento patrimonial de 791.076 euros en Damei Europe, que debería estar sujeto a tributación. En ese caso, la prescripción administrativa se produciría la próxima semana (el 25 de julio, cuando se cumplen cuatro años de la fecha límite para presentar la declaración del Impuesto de Sociedades del ejercicio 2013).
El 'caso Cuadrado'
"¿Qué sabe el tesorero que impide a Rivera su cese fulminante?". La pregunta la formuló esta misma semana el senador del PP Luis Aznar, después de que este periódico publicase una nueva información sobre las actividades del tesorero de Ciudadanos. Aznar es precisamente el senador a quien Cuadrado mintió en una comisión de investigación del Senado. Los hechos fueron los siguientes: el 13 de julio de 2017, Cuadrado compareció ante la comisión que investiga la financiación de partidos en la Cámara Alta. Al ser preguntado por Luis Aznar si tenía procedimientos judiciales pendientes “en España o fuera de España", Carlos Cuadrado fue tajante: “No tengo ninguno”, aseguró. Pero no era verdad. En aquella fecha, de acuerdo con los documentos oficiales a los que tuvo acceso infoLibre, Cuadrado figuraba como parte demandada en al menos tres procedimientos judiciales en el Estado de São Paulo (Brasil). Dos procesos judiciales se dirigían directamente contra Cuadrado y el tercero contra la compañía Square Brasil Comércio Importação e Exportação de Máquinas Ltda., que es la filial brasileña de Damei Europe.
Mentir en una comisión de investigación parlamentaria está castigado como delito en el Código Penal español. En concreto, el artículo 502.3 señala lo siguiente: “El que convocado ante una comisión parlamentaria de investigación faltare a la verdad en su testimonio será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses”. El PP ya ha anunciado que trasladará los hechos a la Justicia por si considera oportuno investigar "las mentiras" del tesorero de Cs en sede parlamentaria.
infoLibre también desveló que Ciudadanos camufló pagos a Cuadrado a través de Damei Europe, empresa dedicada a la comercialización de máquinas industriales. Los pagos se produjeron en la precampaña de las elecciones generales de diciembre de 2015. La explicación que ofreció Cuadrado a este periódico fue la siguiente: “Durante nueve años presté mis servicios como miembro de la Ejecutiva y responsable de Finanzas de Ciudadanos de forma totalmente altruista, sin cobrar ni un solo euro. A mediados de 2015, como se acercaban varias elecciones, pensamos que era bueno contratar a mi empresa para poder ayudar al partido a afrontar esos nuevos proyectos en la parte de la gestión de las finanzas. Para hacer todo de forma legal, antes yo amplié el objeto social de la empresa y añadí la asesoría. Hasta que no estuvo cambiado el objeto social, no emitimos ninguna factura a Ciudadanos”. Ante la pregunta de a qué otras empresas o partidos había prestado servicios de consultoría económica Damei Europe, Cuadrado admitió que a ninguno. Desde 2015 hasta hoy sólo ha tenido un cliente: Ciudadanos.
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Las cuentas de Damei Europe también presentan múltiples irregularidades. Las más graves detectadas por este periódico corresponden a 2016, las últimas presentadas en el Registro Mercantil, cuando Cuadrado ocultó la compra de un local industrial valorado en medio millón de euros y también omitió la firma de una hipoteca con Bankia por importe de 380.000 euros. Además, al menos durante los años 2011, 2012, 2013 y 2014, Cuadrado declaró falsamente en la documentación pública de su compañía que no había percibido ninguna remuneración por su cargo de administrador único.
Pagar las deudas tampoco parece una prioridad para el tesorero de Ciudadanos. Eso se deduce al menos de lo ocurrido con una sentencia firme de los Juzgados de Mataró (Barcelona) que condenó a Damei Europe al pago de 53.316,2 euros por incumplimiento de contrato. Cuadrado intentó primero una maniobra judicial para no abonar la deuda y, cuando la Audiencia Provincial de Barcelona la impidió, logró un aliado inesperado: la sociedad a la que debía el dinero entró en quiebra y el administrador concursal no le exigió que pagase. Así que Cuadrado dejó transcurrir el tiempo hasta que el tema prescribió. De forma que nunca pagó lo que debía.