Caso Nóos

Torres envía al juez datos sobre la reunión en la Zarzuela y correos íntimos de Urdangarin

Diego Torres

La pregunta del juez del caso Nóos a Diego Torres sobre cuándo, cómo y en qué circunstancias se reunieron Iñaki Urdangarin y él mismo, en 2004 y en la Zarzuela, con Francisco Camps y Rita Barberá ya tiene respuesta, aunque su contenido va más allá de lo que pedía el magistrado. Porque el relato de Diego Torres, que es quien desveló la existencia de esa reunión como el momento en que se fraguó el primero de los convenios que reportaron a Instituto Nóos seis milones públicos, indica no solo que el entonces jefe de la Casa Real, Alberto Aza, sabía que el dúo director de Instituto Nóos se reuniría en palacio con Camps y Barberá, sino que puso medios logísticos a su disposición.

Y eso no es todo. Para acreditar que la reunión se produjo en palacio el 29 de enero de 2004, Torres ha entregado nuevos correos de carácter íntimo entre Urdangarin y una persona de su entorno a la que, entre otras cosas, comunicó que el día 29 estaría en Madid por la mañana y en Andorra por la tarde. El tono de los emails supera de largo el de los ya conocidos. Su entrega se produce después de que una juez de Barcelona acudiera en socorro del duque de Palma al prohibir a su antiguo profesor la difusión de nuevas misivas electrónicas que afectasen a su privacidad.

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Según Torres. la cita con el entonces president de la Generalitat y la todavía hoy alcaldesa de Valencia se fijó para el 29 de enero de 2004 porque los dos dirigentes valencianos habían acudido la víspera en visita oficial a Fitur. Torres relata cómo Camps comentó a Urdangarin que había tenido ocasión de saludar a su suegro, o sea, al rey. El ex socio del duque de Palma asegura que él mismo no supo hasta el día 28 que el encuentro tendría por escenario la Zarzuela y cuenta con todo lujo de detalles cómo ya en el aeropuerto de Barcelona, desde donde ambos partieron la mañana del 29 hacia Madrid, le permitieron acceder sin identificarse a la sala de autoridades –de mayor rango que la sala VIP– y, una vez ambos allí, les llevaron en furgoneta hasta el avión. Ya en Barajas, sigue narrando el escrito, un vehículo que les esperaba a pie de escalerilla les trasladó al parking de la zona de autoridades, donde cambiaron de coche y subieron a uno "de la Casa Real, cuyo chófer, de unos 50 años, saludó familiarmente a Iñaki Urdangarin". Los escoltas del yerno del rey subieron a otro automóvil, comunicado con el primero por radio y así llegaron todos a Zarzuela. Torres resuelve una de las incógnitas que el juez quería resolver: en el control del recinto nadie les pidió que se identificasen. "Las puertas –puede leerse en este punto– se abrieron al paso del automóvil, que no se detuvo".

Ya en el edificio, sigue narrando Torres, los dos directivos de Nóos fueron conducidos a un despacho mediano. Allí estaban ya Camps y Barberá, "que en ese momento se estaban despidiendo de una persona que DT [Diego Torres] cree recordar que era Alberto Aza, aunque no lo puede asegurar". Ese relato coincide con el que ya en la primavera de 2012 expusieron fuentes próximas a Torres. Aquellas fuentes ya dieron entonces por hecho que Aza, por aquellas fechas jefe de la Casa del Rey, fue quien actuó como introductor de embajadores en la reunión a dos bandas entre Urdangarin y su socio y los dos políticos más representativos de la Comunidad valenciana, ambos del PP.

En ese pequeño cónclave, dice Torres, Urdangarin concretó más la idea que ya había avanzado a Rita Barberá poco antes en un acto social en el que, acompañado de su esposa, la infanta Cristina, coincidió con Barberá. Esa idea no era otra que la que luego quedó plasmada en los tres sucesivos convenios para celebrar, entre 2004 y 2006, las llamadas Valencia Summit, tres minicumbres anuales de carácter turístico-deportivo diseñadas oficialmente para apoyar la Copa América y que a Instituto Nóos les salieron literalmente gratis, dado que todo lo pagaban la Generalitat y el consistorio valenciano. El hecho de no asumir ningún coste hizo que la pretendida ONG de Urdangarin y Torres, Instituto Nóos, se embolsase 3,2 millones limpios de polvo y paja. El dinero, como los casi 300.000 euros que luego recibió por organizar los fantasmales Juegos Europeos o como los 2,3 millones que obtuvo del Govern balear o cómo los 140.000 que le pago el Ayuntamiento de Madrid acabó en las cuentas de las empresas privadas de Urdangarin y Torres. Entre ellas figura Aizoon, propiedad de Cristina de Borbon al 50% y sobre la que el juez del caso pedirá a Hacienda un analisis exhaustivo que dilucide si contra la hija del rey hay o no indicios de delito fiscal y/o blanqueo de capitales.

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