El nuevo curso político
Unidas Podemos se prepara para apretar al PSOE con los Presupuestos como última gran batalla de la legislatura
El optimismo de Pedro Sánchez, que ya da por hecho que su Gobierno sacará adelante unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año, contrasta con las dudas de sus socios de Unidas Podemos, que son más precavidos con los tiempos que manejan en el ala socialista del Gobierno. "Aprobamos los Presupuestos Generales del Estado el año pasado, y ya os digo que vamos a aprobar estos nuevos Presupuestos también", han sido las palabras del jefe del Ejecutivo este miércoles ante los parlamentarios socialistas en el Congreso.
En este inicio del curso político Sánchez ha defendido que serán unos Presupuestos para "la recuperación económica justa" y que se presentarán "a finales de septiembre o principios de octubre". Es decir, en poco menos de un mes. El presidente del Gobierno se ha marcado este plazo para tratar de cumplir con el mandato constitucional (artículo 134.3 de la Constitución Española) que delimita al Gobierno a presentar los PGE al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior.
Fuentes del Ejecutivo confirman a infoLibre que esta semana se han producido las primeras reuniones entre la ministra de Hacienda, la socialista María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, de Unidas Podemos. A esta primera fase de las negociacionesse ha sumado el jefe de Gabinete de Yolanda Díaz, Josep Vendrell. La vicepresidenta segunda deberá dar su aprobación a las cuentas en consonancia con Sánchez. Pero mientras que en el PSOE están convencidos de que se cumplirán los tiempos marcados por el presidente, en Unidas Podemos no lo tienen tan claro. "Tendrán que correr", ironiza un alto mandatario del espacio confederal, que rebaja las pretensiones de los socialistas.
Desde Unidas Podemos señalan que acuden a la negociación "sin líneas rojas". Así lo expresó su portavoz, Isabel Serra, esta misma semana. Pero al mismo tiempo aseguran que exigirán que el acuerdo de coalición se cumpla, sobre todo en materia de fiscalidad y vivienda. Los morados quieren que se suban los tipos impositivos para las rentas superiores a 130.000 euros, tal y como marca el documento suscrito por ambas formaciones en 2019 (pero que se dejó fuera en los pasados Presupuestos) y que se regulen los precios de los alquileres por ley, emulando la norma que aprobó el Parlament de Cataluña el pasado año, ahora recurrida por el Gobierno.
El portavoz de la formación morada en el Congreso, Pablo Echenique, ha evitado valorar el estado de las negociaciones por "discreción" pero ha lanzado un mensaje a su socio. A su juicio, la ciudadanía "no entendería que la regulación del precio de los alquileres o el salario mínimo no estuvieran negro sobre blanco antes de negociar en condiciones estos Presupuestos". En ese sentido también ha reiterado que la reforma fiscal (con un tipo fijo del 15% para grandes empresas en el impuesto de Sociedades) y las medidas inmediatas para bajar el precio de la electricidad son condiciones para encarar los contactos con el PSOE.
Las cuentas más importantes de la legislatura
Los Presupuestos desglosan los gastos e ingresos de la Administración Central (y los organismos dependientes de la misma). Estas cuentas marcan la agenda legislativa, económica y política del Ejecutivo lo que, consecuentemente, las convierte en la norma más importante de la legislatura. También una de las más difíciles de aprobar en el Congreso. Para Unidas Podemos estas cuentas representan la última oportunidad que tiene el Gobierno de coalición paraimpulsar una agenda progresista que incluya medidas ambiciosas. Medidas que sean capaces de revertir la tendencia hacia la derecha que marcan los sondeos tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.
Sánchez los quiere utilizar "para consolidar la recuperación económica justa", en sus palabras, pero también para "hacer avanzar al país con una agenda reformista", que "tendrá presente el papel de lo público y por tanto buscará reforzar el Estado del bienestar y encarar la revolución verde y digital". Esas fueron sus palabras en el arranque del curso político, hace una semna. El presidente del Gobierno es consciente de que para renovar el mandato en las próximas generales su formación deberá salir reforzada de la acción de Gobierno, pero también necesita que los morados se mantengan en unos números similares a los de 2019.
Por su parte, desde el grupo confederal asumen el coste de ser la formación minoritaria del Ejecutivo, pero creen que la ciudadanía también "sabrá premiar" su ahínco para sacar adelante leyes que, según su lectura, "el PSOE no aprobaría por sí solo". En ese sentido creen que la decisión de entrar a formar parte del Gobierno de coalición fue "la correcta" porque es "más fácil" impulsar cambios de calado desde el Consejo de Ministros que desde el Congreso o la movilización social. Los éxitos logrados por las carteras de Unidas Podemos serán su carta de presentación para las próximas generales.
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Las cuentas deberán pactarse entre las formaciones de Gobierno como paso previo a su tramitación en el Congreso. En ese momento -si se rechazan las enmiendas a la totalidad- se abrirá un periodo de negociaciones con los partidos que facilitaron la investidura de Sánchez. La prioridad del Ejecutivo es lograr el sí de las mismas formaciones que aprobaron los Presupuestos el pasado año, entre ellos Esquerra Republicana (trece escaños), el Partido Nacionalista Vasco (seis escaños), EH Bildu (cinco escaños), Más País (dos escaños) y Compromís (un escaño). Por ese motivo ya se trabaja en unas cuentas expansivas, continuando con la senda de los pasados Presupuestos, pero con la ventaja de contar ya con la primera inyección de los fondos europeos, que permitió aprobar el techo de gasto más elevado de la historia el pasado mes de julio.
En lo que coinciden PSOE y Unidas Podemos es en su intención de agotar la legislatura. El cálculo realizado por Sánchez es que los próximos comicios generales se celebren "dentro de dos años y medio", es decir, a finales del 2023 o, incluso, a principios de 2024. Y no solo eso: ambos partidos son conscientes de lo decisivas que serán estas cuentas en su camino a la reelección. "Si no somos ambiciosos perderemos el Gobierno", apuntan fuentes del Ejecutivo a este diario.
En ese sentido se pronunció recientemente la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, que tiene "clarísimo" que en "los próximos meses el Gobierno se juega la reelección". También apuntó en esa línea su antecesor en el cargo, Pablo Iglesias, que recientemente pidió unidad de acción a los partidos de la izquierda para evitar la entrada de Vox en un futuro Ejecutivo junto al Partido Popular.