Zapatero: "Los temas pendientes tienen que abordarse de forma discreta entre los Gobiernos vasco y español"

La banda terrorista ETA ejecutó este sábado 8 de abril el final de su desarme casi cinco años y medio después de que tres encapuchados anunciaran que ETA ponía fin a 43 años de terror. La comunicación de esa renuncia definitiva a la violencia organizada para conseguir sus objetivos políticos se produjo a las 19 horas del 20 de octubre de 2011, cuando faltaba justo un mes para las elecciones generales que llevaron a Mariano Rajoy a la Moncloa.

José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente bajo cuyo mandato ETA anunció el cese definitivo de la violencia de forma unilateral, valora para infoLibre un proceso de desarme que, a su juicio, supone "un paso más de la victoria de la democracia". El ex jefe del Ejecutivo encuadra entre los retos que permitan consolidar el escenario vasco de paz la disolución formal de la banda y la política penitenciaria. Reitera que ambas cuestiones tienen que abordarse teniendo siempre en cuenta la "memoria de las víctimas". 

PREGUNTA. ¿Qué valoración hace del proceso de desarme unilateral e incondicional de ETA culminado este sábado?

RESPUESTA. ETA anunció el fin de la violencia hace más de cinco años, ahora hace un gesto cuyo alcance vamos a ver sobre su armamento y quedará un tercer paso que es la disolución. Es un proceso normal en este tipo de organizaciones, que intentan mantener su trayectoria, aunque es también un paso más de la victoria de la democracia. 

P. ¿Cómo definiría el recorrido seguido hasta el actual escenario de paz? 

R. Hay dos consideraciones que me parecen relevantes. La primera es que los valores democráticos, la razón democrática, se acaban imponiendo e incluso el fanatismo, como ha sido la acción terrorista, tiene que acabar cediendo y reconociendo el valor de la libertad y de la convivencia. La segunda es que la democracia tiene la capacidad de regenerar la convivencia incluso pensando en aquellos que negaron sus valores más esenciales. 

P. ¿Qué tareas considera que siguen pendientes tras la entrega de las armas por parte de ETA? 

R. En estos cinco años, de manera progresiva, paso a paso, la convivencia en Euskadi ha ido mejorando. Es un proceso lento, hay que animarlo, el Gobierno vasco ha hecho una tarea en esa dirección... El resto de los temas que puede haber pendientes tienen que ser siempre en diálogo discreto entre el Gobierno vasco y el Gobierno de España. Me atrevo a pedir al Gobierno de España que escuche y que atienda lo que el lehendakari Urkullu pueda plantearle. 

P. ¿Entre esos retos encuadra hacer cambios en la actual política penitenciaria? 

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R. La política penitenciaria forma parte de la política antiterrorista y para sellar bien el fin de una organización de este tipo. Desde fuera no es fácil dar un consejo. Cuando presidía el Gobierno prefería que no me dieran consejos en una materia tan delicada y, por tanto, no lo voy a hacer ahora. Lo único que debe estar presente en todo momento, en cada acto de esta naturaleza que nos va recordando el final de una historia tan dramática, es la memoria de las víctimas. El honor a las víctimas, el recuerdo a las víctimas, el afecto a las víctimas... y la afirmación democrática. 

P. En el programa de televisión Mi casa es la tuya, deTelecinco, el expresidente José María Aznar señaló que entre las principales causas del fin de ETA estaban algunas de las medidas llevadas a cabo durante su etapa en la Moncloa. Entre ellas, la ilegalización de Batasuna. ¿Qué valoración hace de estas palabras? Mi casa es la tuya, José María Aznar

R. Aznar no sorprende nunca. Sólo añadiré que, obviamente, la democracia tiene pudor al celebrar algo que ha causado tanto dolor. En todo caso, el mérito es de toda la sociedad española y de la sociedad vasca, que ha amado la paz, ha luchado por la libertad y que ha convencido en esos valores a la inmensa mayoría y, lógicamente también, a aquellos que han estado encargados de defendernos, la Policía, la Guardia Civil... Si podemos hablar de mérito, porque la historia es muy dura, sería un mérito absolutamente general.